Voces del Periodista Diario

Gobernar tras las rejas, una opción que no puede descartarse.

Un Punto de Vista.
Paco Baca.
twitter@pacobaca

 

¿Trump podría postularse a la presidencia de los Estados Unidos desde prisión? Técnicamente no hay un solo obstáculo legal para que estando tras las rejas como delincuente convicto pueda postularse como candidato de un partido para competir por la presidencia. Y si Trump se encuentra en esa situación, estará siguiendo los pasos de otro populista agitador y candidato presidencial, un socialista de cepa, nominado por una quinta ocasión para contender por la presidencia de los Estados Unidos, me refiero a Eugene V. Debs, quien estando en prisión, recibió casi un millón de votos hace poco más de un siglo.

Eugene V. Debs no sería la única persona que ha buscado ser presidente mientras estaba en prisión, pero fue en un sentido el más popular, y el mas exitoso.   En 1920, se convirtió en el candidato del Partido Socialista mientras cumplía una sentencia federal de 10 años por instar a la gente a resistir el reclutamiento de la Primera Guerra Mundial. Recibió el 3 por ciento del voto popular, un conteo respetable para un socialista encarcelado, pero no lo suficiente como para obligar a la nación a lidiar seriamente con una pregunta constitucional improbable: ¿Qué sucede si un candidato encarcelado realmente gana?  Muchos expertos sostienen que incluso si Trump es condenado, es poco probable que vaya a prisión porque los jueces rara vez sentencian a prisión a los delincuentes por primera vez por ese tipo de delito grave.  Pero otras tres investigaciones criminales en curso de Trump, una en Georgia por interferencia electoral y dos del fiscal especial Jack Smith en Washington, podrían desencadenar cargos por delitos más graves y conllevar un mayor riesgo de prisión.

Si Trump fuera condenado por un delito federal, podría intentar perdonarse a sí mismo, anulando los cargos inmediatamente después de asumir la presidencia, una maniobra que el mismo Eugene V. Debs prometió emprender si ganaba. ¿Y como respondería a esto el sistema legal norteamericano cuando no hay una figura legal ni una forma constitucional para afrontar esta posibilidad? Estaríamos entrando en la dimensión desconocida para el sistema legal.Flaco favor de comparar a Trump, emblema del capitalista recalcitrante poniéndolo a la altura de un socialista de hueso colorado que sería en este momento emblema de resistencia y constancia cimentada en una ideología que -para muchos chauvinistas- es inaceptable en el país de las barras y las estrellas, cuando la tendencia de control poblacional, está conllevando a un distinto establishment, de control poblacional. Muchos acusan al partido demócrata de comunista por sus políticas, cuando por otro lado, el mirar al pasado como un recurso de autoridad, solo conlleva a encontrarse con un radicalismo que la tendencia mundial se encuentra acotando. Algunos también podrían ver la comparación como injusta para Eugene V.  Debs, quien es visto por muchos en los movimientos laborales y contra la guerra como un héroe. Aun así, los dos agitadores tienen una sorprendente cantidad de elementos en común.Trump alega persecución política, Debs y sus aliados, clamaban lo mismo y ese papel de víctima impulsó su candidatura presidencial. En aquella época sus seguidores organizaron mítines de apoyo con una foto de Debs en los carteles que ostentaban en las marchas multitudinarias por todo el país. Si esto pasara, ahora, no dudemos que los fanáticos seguidores del Populista, buscarían esas imágenes para “santificar” las imágenes del expresidente, pintándolo como una especie de mártir tras las rejas.

De hecho, algunos de los memes de Trump que circulan en las redes sociales, incluida una maqueta de una foto policial de Trump que nunca se tomó, se parecen mucho a los botones de solapa que circularon durante la campaña de 1920 de Debs que muestran fotos de él junto con su número de prisionero federal. . “Debs Para Presidente: Convicto No. 9653”, -decían los botones-.  Las acusaciones contra Trump están teniendo rendimientos decrecientes para la recaudación de fondos políticos para su campaña. Incluso, Mike Pence -Vicepresidente de los Estados Unidos- durante el gobierno de Donald Trump, siempre habla fuerte sobre la acusación sobre Trump diciendo en todos los lugares que le es posible: “Cualquiera que se ponga por encima de la Constitución nunca deberá ser presidente” Trump, dijo que podría dispararle a alguien en la Quinta Avenida y no perdería un solo voto, hoy ya está tratando de convencer a sus seguidores de que son ellos los que están siendo atacados. “En realidad, no están detrás de mí, están detrás de ti. Y resulta que yo soy la persona que se interpone en su camino”, dijo en un mitin reciente en Texas.   Eugene V. Debs – el comunista- también argumentaba que estaba cayendo porque su movimiento político amenazaba a las élites políticas arraigadas. Eugene V. Debs “era visto por sus partidarios como un mártir, y el Partido Socialista no confiaba en los principales medios de comunicación de 1920”, El caso de Debs planteó una pregunta que muchos se hacen ahora: ¿Puede una persona postularse para presidente, o ser elegida presidente, después de haber sido condenada por un delito o incluso mientras está en la cárcel? La respuesta, entonces y ahora, es sí. No hay nada que impida que Trump se presente. Incluso una condena federal no impide eso. … Incluso si estuviera declarado mentalmente incompetente.   La Corte Suprema ha dicho que los únicos requisitos que se necesita para postularse  a un cargo federal, son los que están en la Constitución.

Esos requisitos son que una persona debe tener al menos 35 años, debe ser un ciudadano natural y debe haber vivido en los EE. UU. durante al menos 14 años. A pesar de que sucedió hace más de un siglo, la candidatura de Eugene V.  Debs puede ser la más parecida a la que ahora vive Trump y que podría terminar igualando si es encarcelado antes de noviembre de 2024. Un símil muy notable por el que Debs fue encarcelado, justo responde a uno de los mismos estatutos por los que Trump ahora está siendo investigado y es su posible violación a la Ley de Espionaje.     Debs fue acusado de violar -en su momento- las disposiciones de la ley que prohibían alentar al motín y la insubordinación en las fuerzas armadas y de interferir en el alistamiento de tropas. Ahora, más de un siglo después, los fiscales federales indicaron en documentos judiciales que están investigando la presencia de documentos clasificados y ocultados en la propiedad de Trump en Mar-a-Lago en Florida, la posible violación de otra disposición de la Ley de Espionaje que prohíbe la “retención deliberada” de la defensa nacional.

En su juicio, Debs declaró frente al jurado: “Me están acusando de obstruir la guerra. -Lo admito-Caballeros, ¿qué más puedo decir?… aborrezco la guerra. Y me opondría a la guerra aún si estuviera solo”.

En el caso de Trump, el solo se limita a permanecer sentado frente al jurado, con él rosto desencajado y la mirada divagante negando todos los cargos. Habrá que ver, hasta donde le alcanza a Trump, cuando admita de manera inevitable, un hecho que sobrepase su soberbia y nos lleve a un escenario que dará mucho para escribir y dibujar.  Ya sabremos como continua este culebrón.

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