Voces del Periodista Diario

Dos personajes originarios de Polonia de cara a Stalin

Zbigniew Kazimierz Brzezinski (nació en Varsovia el 28 de marzo de 1928 y falleció en Virginia el 26 de mayo de 2017) fue un geopolitólogo y geoestratega estadounidense de origen polaco y de religión católica, además de consejero de Seguridad Nacional del gobierno del presidente de Estados Unidos Jimmy Carter (1977-1981) y autor de numerosos libros que ofrecen el camino seguro a la política militar estadounidense. Y el segundo es Isaac Deutscher, autor de la biografía mejor argumentada de Stalin, nació en, Galitzia, imperio austrohúngaro mdel inicio del siglo XX, el 3 de abril de 1907– y falleció en Roma el 19 de agosto de 1967) fue un escritor, periodista, historiador y activista político comunista polaco de ascendencia judía. Es muy conocido como biógrafo de León Trotski y Iiosif Stalin. Su biografía sobre Trotski en tres volúmenes, en particular, fue altamente influyente en la Izquierda del poscomunismo.

Primeros años de Brzezinski

Su padre, Tadeusz Brzezi?ski, era diplomático y estuvo destinado en Alemania entre 1931 y 1935, siendo testigo del ascenso del nacional socialismo, y luego en la Unión Soviética entre 1935 y 1938. Al producirse la invasión de Polonia en 1939, primero por Alemania y luego por la URSS, la familia, que se encontraba en Canadá, no pudo volver. Zbigniew Brzezinski cursó el bachillerato en Montreal y se graduó en la Universidad McGill.

En 1953 se doctoró en Ciencias Políticas por la Universidad de Harvard, con una tesis sobre la Unión Soviética y la relación entre la Revolución de Octubre, el estado de Lenin, y las políticas de Stalin. Empezó a trabajar como profesor en Harvard, y se mostró crítico con la política del rollback de la Administración Eisenhower, que buscaba provocar el retroceso de la URSS hasta sus “auténticas” fronteras.

Creía que los europeos del oriente podían hacer frente de forma gradual al dominio soviético. Volvió a Polonia por primera vez en 1957, y reafirmó su idea de que existían fuertes divisiones dentro del bloque de países del oriente. El punto de mira polonés resultó ser muy objetivo. Menos de una década después Brzezinski comenzó la publicación de la revista “Marxismo y Democracia”, con la colaboración de intelectuales del establishment anglosajón, y de Jean Calvez, intelectual jesuita francés. El tomo 5 de la colección está dedicado al estudio de Stalin y del stalinismo, y coincide con la biografía del autor de la consigna de “socialismo en un solo país” escrita por Deutscher, en que ambas ven el paso de Stalin por el seminario ortodoxo uniato (es decir, seguidor del rito ortodoxo, pero fiel a Roma).

En 1958 obtuvo la ciudadanía estadounidense, y se trasladó a Nueva York para ejercer de profesor de asuntos soviéticos en la Universidad de Columbia. Se integró en el Council on Foreign Relations (CFR), y en 1960 fue consultor de política exterior por la campaña presidencial del senador John F. Kennedy. Aconsejó una política no-antagonista hacia los estados no soviéticos de Europa oriental, para desengañarlos de sus miedos a una Alemania agresiva, y rebajar el miedo de los europeos occidentales. También prestaría consejo a la campaña electoral del presidente Lyndon Johnson en 1964.

Departamento de Estado y Comisión Trilateral

Tras asesorar al vicepresidente Hubert Humphrey en las elecciones presidenciales de 1968, el nombre de Zbigniew Brzezinski comenzó a atraer la atención de los políticos y los medios cuando, a principios de los 70, advirtió en un artículo en la revista Foreign Affairs de los riesgos del declive del poder imperial norteamericano y una recomposición de hegemonías planetarias a las que debía corresponder una nueva política de Washington. Fue contratado por el banquero David Rockefeller para ayudarle a crear una organización que fomentara la cooperación entre EEUU, Europa, y Japón: la Comisión Trilateral, de la que Brzezinski sería su primer director.

Consejero de Seguridad Nacional (1977-1981)

A finales de 1975, la Comisión Trilateral se lo recomendó al entonces gobernador Jimmy Carter para asesorar a su campaña presidencial en política exterior. Tras la victoria electoral, el presidente Carter lo nombró su Consejero de Seguridad Nacional.

El primer objetivo de la nueva estrategia de Seguridad Nacional sería sustituir la sobre-dependencia en la distensión con la URSS, por un enfoque basado más en los derechos humanos, el compromiso pacífico con los Estados no soviéticos de Europa Oriental, y el apoyo a los disidentes soviéticos. Lo que equivalía a una confrontación velada.

Brzezinski chocó desde el principio con el secretario de Estado Cyrus Vance, representando los papeles contrapuestos del halcón (Brzezinski) y la paloma (Vance). Mientras Vance abogaba por continuar con la combinación de distensión y contención aplicada por las Administraciones de Nixon y Ford, Brzezinski tenía la firme creencia de que la distensión había envalentonado a los soviéticos en Angola y el Medio Oriente, y quería presionar más con el arma de los derechos humanos. Mientras Vance estaba obsesionado con el control de armas, y por sacar adelante cuanto antes los acuerdos sobre limitación de armas estratégicas, Brzezinski defendía el condicionamiento de las conversaciones a mayores concesiones soviéticas en el terreno de derechos humanos.

Isaac Deutscher

Por su parte, Isaac Deutscher nació en Chrzanów, un pueblo en la actual Polonia, que entonces era parte del Imperio Austro-Húngaro, en una familia judía religiosa. Estudió con un rabino jasídico y fue aclamado como un prodigio en el estudio de la Torá y el Talmud babilónico. Sin embargo, cuando llegó a la edad de celebrar su bar mitzvá había perdido la fe. Probó a Dios comiendo alimentos no kosher ante la tumba de un Tzadik (una persona justa en el judaísmo) en Yom Kipur. Y cuando comprobó que no le ocurríría nada, se hizo ateo.

Deutscher estudió literatura, historia y filosofía como estudiante asociado de la Universidad Jaguelónica de Cracovia. A los 18 años abandonó Cracovia, trasladándose a Varsovia, donde estudió filosofía y economía, y se hizo marxista. En torno a 1927 se afilió al ilegal Partido Comunista de Polonia (KPP) y se convirtió en editor de la prensa clandestina del partido. En 1931 viajó por la Unión Soviética, contemplando las condiciones económicas bajo el primer plan quinquenal. Allí, las universidades de Moscú y Minsk le ofrecieron sendos puestos de profesor de historia del socialismo y de teoría marxista. Declinó ambas ofertas y regresó a su trabajo clandestino en Polonia.

A su regreso, Deutscher cofundó el primer grupo anti-estalinista del Partido Comunista Polaco, criticando la línea del partido acerca de que el fascismo y la socialdemocracia no estaban en las antípodas sino que eran hermanos simbióticos. Publicó un artículo titulado “El peligro de la barbarie sobre Europa, en el que urgía a la formación de un frente único de socialistas y comunistas contra el fascismo. Deutscher fue expulsado del partido por exagerar el peligro del nazismo y fomentar el pánico en las filas comunistas.

Traslado al Reino Unido y periodismo (1939-1947)

En abril de 1939, Deutscher abandonó Polonia para viajar a Londres como corresponsal de un periódico judío-polaco para el que había trabajado como lector de pruebas durante catorce años, Este traslado salvó su vida y cimentó el terreno para su futura carrera. Nunca regresaría a Polonia y nunca volvería a ver de nuevo a ningún miembro de su familia. En Londres trabajó como corresponsal para el periódico polaco, y durante un tiempo se afilió a la trotskista Liga Revolucionaria de los Trabajadores.

Cuando Alemania ocupó Polonia en septiembre de 1939, y su conexión con el periódico fue cortada, aprendió inglés como autodidacta y comenzó a escribir para revistas inglesas. Pronto se convirtió en corresponsal regular del semanario “The Economist”. En 1940 se alistó en el Ejército polaco en Escocia, pero fue acusado de peligroso y subversivo. Liberado en 1942, ingresó en la plantilla de “The Economist” y se convirtió en experto en asuntos soviéticos y temas militares, así como en corresponsal jefe para Europa.

Asimismo, escribió para el periódico “The Observer” como corresponsal itinerante europeo bajo el pseudónimo Peregrino.

Abandonó el periodismo en 1946-1947 para dedicarse a la escritura. El nombre de Deutscher apareció más tarde en la Lista de Orwell, que fue una nómina de personas (la mayor parte escritores y periodistas, que elaboró George Orwell en marzo de 1949 para el Departamento de Información Exterior del Foreign Office, una unidad de propaganda establecida en el ministerio de exteriores británico por el gobierno laborista. Orwell consideraba a las personas incluidas en la lista como de tendencias pro-comunistas y, por ello inadecuadas para escribir según el Departamento.

El papel de los jesuitas

Fragmentos del artículo Los jesuitas y el socialismo/comunismo

De Ricardo Puentes

26.02.16

“Muchos de ellos se presentarán bajo más disfraces de los que haya usado jamás un jefe de los bohemios: como impresores, escritores, editores, maestros de escuela. Si alguna asociación de personas ha merecido condenación eterna en esta tierra y en el infierno, es esta la Sociedad de Loyola. Sin embargo, debido a nuestro sistema de libertad religiosa, sólo podemos ofrecerle refugio”.

Los jesuitas han jugado un papel muy importante en la creación y legitimación del comunismo en el mundo. Desde su llegada al continente americano de la mano de las coronas española y portuguesa y fieles al papa, los jesuitas se involucraron en las políticas internas y externas de los países donde estaban, afectando así las condiciones de vida de los pueblos y haciendo un esfuerzo mayor para que las ideas renovadoras del racionalismo y la ciencia no llegaran a sus dominios porque esto haría muy difícil la permanencia de su control sobre tales naciones.

Los jesuitas en el siglo XIX

Durante los años de su proscripción, los jesuitas permanecieron en el anonimato y se mezclaron con el clero común y con otras órdenes, lo cual los ayudó a sobrevivir. Siguieron viviendo en Francia, Austria, España e Italia.

En 1794, en Bélgica, fundaron la Sociedad del Sagrado Corazón, un cuerpo docente, e instituyeron órdenes alternas, como la de los Hermanos de la Fe, que en 1799 se fusionarían, uniéndose a su vez con los jesuitas rusos. Poco a poco fueron cobrando vida de nuevo, para desventura de las naciones.

La Revolución Francesa le dio un nuevo aire a la Compañía de Loyola. Las monarquías, temerosas de que lo sucedido en Francia les ocurriera, recurrieron de nuevo a los jesuitas ya que sabían de su capacidad para manejar a las masas. El mismo Napoleón I, quien había prometido que bajo su imperio no habría cabida para los jesuitas, una vez coronado como emperador, se valió de la ayuda de ellos para el establecimiento de un sistema educativo que mantuviera al pueblo sometido y alejado de las ideas del protestantismo.

El embajador alemán en el Vaticano durante la República de Weimar y la Alemania de Hitler, Diego Bergen, fue quien organizó la llegada de Stalin a Rusia desde Suiza, proporcionándole un tren sellado completamente equipado.

Stalin

Iósif Vissariónovich Dzhugashvilia, más conocido como Iósif Stalin o José Stalin nació en Gori, comunidad georgiana el 6 de diciembre18 de 1978, y falleció el 5 de marzo de 1953), fue un político revolucionario y dictador soviético, secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética, entre 1922 y 1952, y jerarca de la Unión soviética entre 1941 y 1953. Aunque inicialmente presidía un liderazgo colectivo como primero entre iguales con Lev Kámenev y Grigori Zinóviev, a los que ejecutó posteriormente, hacia los años 30 ya se había convertido en líder de facto de la Unión soviética.

Joseph Stalin fue educado y entrenado por los jesuitas en el seminario ortodoxo de Tiflis, Georgia, Rusia. Los jesuitas enseñaron los principios del comunismo a Stalin y al cardenal Agagianian (Gregorio Pedro XV, Agagianian fue patriarca emérito en Cilicia de los armenios y cardenal de la Iglesia Romana).

Stalin visto por Deutscher:

“El propio Dzhugashvili recordó los motivos de su adhesión al socialismo. Informó en su momento de los motivos de su adhesión al socialismo diciento “Me hice marxista a causa de mi posición social porque mi padre era obrero en una fábrica de zapatos y mi madre era también una trabajadora, pero además … debido a la rígida intolerancia y la disciplina jesuítica que me oprimían tan despiadadamente en el Seminario”.

El Seminario de Tiflis tenía un aspecto de cuartel. En su interior la vida estaba estrictamente reglamentada por monjes austeros. Una vez que la puerta se cerraba tras el novicio, éste debía cortar todos sus vínculos con el mundo exterior. Los seminaristas debían permanecer enclaustrados día y noche aunque el monje encargado de la clase tenía autoridad para conceder permisos de salida hasta por dos horas. “La vida era triste y monótona. Encerrados día y noche dentro de los muros cuartelarios nos sentíamos como prisioneros obligados a pasar allí muchos años sin haber cometido falta o delito”.

Desde su llegada a Tiflis donde pasó cinco años de su vida después de salir de Gori, su estancia duró desde octubre de 1894 hasta mayo de 1899. Faltaban 23 años para que el eminente jesuita Edmund Walsh, visitará Moscú y en lugar de procurar entrevistarse con Lenin o Trotski, buscó específicamente a Stalin, quien aún no era una figura relevante. Walsh había fundado la Foreign Office School, en Georgetown, primer centro de enseñanza en el continente americano de geopolítica. Walsh fue asimismo el pacificador de México cuando propuso al gobierno de este país un documento (los Arreglos) para poner fin a la rebelión cristera en 1929.

Deutscher, biógrafo y académico (1948-1967)

Deutscher publicó su primer libro importante, “Stalin: una biografía política”, en 1949. Entonces aún era un convencido trotskista, pero en el libro perfila a un Stalin comprometido en la construcción de una forma de socialismo en la Unión Soviética, aunque bajo la opinión de Deutscher, como una perversión de la visión de Marx, Lenin y Trotski. La biografía sobre Stalin escrita por Deutscher le convirtió en una autoridad creciente sobre asuntos soviéticos y la Revolución rusa.

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