En septiembre de 2015, el grupo alemán Volkswagen, el mayor fabricante de automóviles del mundo, admitió haber instalado unos dispositivos en 11 millones de automóviles diésel vendidos en el mundo entre 2008 y 2015 que fueron diseñados para detectar y adaptarse a las pruebas de laboratorio, haciendo que el vehículo pareciera cumplir con la normativa medioambiental cuando, de hecho, emitía unos contaminantes llamados óxidos de nitrógeno, o NOx, a unos niveles que cuadruplicaban en promedio el límite europeo aplicable.
Si bien Volkswagen ha llamado para su revisión a los vehículos afectados, tanto en Estados Unidos como en Europa, científicos de varios lugares del mundo han determinado que el exceso de emisiones ya ha tenido un impacto en la salud pública. En un estudio se estimó que el exceso de emisiones generado por 482 000 vehículos afectados vendidos en Estados Unidos causará aproximadamente 60 muertes prematuras en todo el país.
Ahora, el equipo de Steven Barrett, profesor en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Cambridge, Estados Unidos, ha calculado el impacto para la salud de varios millones de coches afectados vendidos en Europa por la compañía y otras vinculadas al grupo. El equipo ha llegado a la conclusión de que las emisiones del fabricante, que superan el valor límite, han tenido un efecto notable sobre la salud pública no solo en Alemania sino en toda Europa.
Los investigadores estiman que 1,200 personas en Europa morirán antes de tiempo, cada una perdiendo hasta una década de su vida, como resultado del exceso de emisiones generado entre 2008 y 2015 por los coches afectados vendidos. De estos fallecimientos prematuros, 500 sucederán probablemente en Alemania.
En la investigación también han trabajado Guillaume Chossière, Akshay Ashok, Irene Dedoussi y Raymond Speth, del MIT, así como Sebastian Eastham de la Universidad Harvard en Estados Unidos y Robert Malina de la de Hasselt en Bélgica.
(Nota de NCYT Amazings)