ESPAÑA, (Sputnik), 4 de enero de 2021 .- El rey emérito sirvió de enlace en 2010 entre el hijo de su hermana Pilar de Borbón y Emiratos Árabes para gestionar inversiones de entidades españolas a través de un fondo de capital riesgo.
Juan Carlos I ayudó a su sobrino Bruno Gómez-Acebo a poner en marcha un fondo de capital riesgo para canalizar inversiones de compañías españolas en los Emiratos Árabes. El hijo de la infanta Pilar de Borbón le envió una carta al monarca en 2010 para agradecerle su interés y pedirle nuevas gestiones, tal y como ha adelantado el diario El Confidencial, que ha publicado la misiva. La información se suma a la lista de escándalos financieros de la corona y al desgaste de la institución.
El objetivo era atraer grandes inversiones. Activos por valor de entre 700 y 1.500 millones de dólares (entre 550 y 1.150 millones de euros al cambio del momento). Esas cantidades de dinero se destinarían a financiar obras hidráulicas, medioambientales, sanitarias, educativas, energéticas y del transporte. El beneficio anual estaría en el 15% y los socios de Gómez-Acebo cobraría un 1,75% por “compromisos acumulados”, según los documentos que menciona el periódico español.
El rey no se limitaba a llenarse los bolsillos. Según se publica hoy, cuidaba de los negocios de su familia y ayudó a su sobrino a lanzar un fondo de cientos de millones de euros en Emiratos Árabes.
Desgraciadamente 2021 no será un año sin escándalos en la jefatura del Estado.
— PODEMOS (@PODEMOS) January 4, 2021
?Un negocio que requería notables dosis de confianza y contactos. Para generar beneficios, las compañías de ambos países tendrían que fiarse y aprobar contratos. Por eso, Gómez-Acebo recurrió a su tío, Juan Carlos I. “Querido tío, me alegra mucho verte en forma después del susto, ahora toca cuidarse y tomárselo con calma”, le escribía en una carta, después de una operación de pulmón.
Gracias al emérito, Gómez-Acebo había contactado con la embajada de Emiratos Árabes en Madrid y con el entonces ministro de Economía de la federación, Sultan bin Saeed al Mansoori. Según relata, le habían mencionado al monarca: “No solo me mandó recuerdos y sinceros abrazos para ti, sino que me dijo que el proyecto le encantaba y que tenía que haber ido a hablar con él desde el principio. Se ha comprometido personalmente a impulsar desde su lado el proyecto”, señalaba.
?No obstante, la misiva tiene un propósito claro: culminar estas operaciones mediante la influencia de Juan Carlos I. Ni desde los emiratos ni desde las empresas españolas se concretaba nada. Y las empresas con las que contaba el fondo creado por el sobrino del rey (Abengoa, Acciona, ACS, Adif, Enagás, Endesa, FCC, Ferrovial, Gamesa, Grupo Villar Mir, Iberdrola, OHL, Renfe, Repsol, Talgo y Técnicas Reunidas, entre otras) no se atrevían a dar el salto. Por eso, Gómez-Acebo insinuó al monarca que sería bueno para sus intereses que él mismo o Felipe VI –que todavía era príncipe de Asturias y acababa de visitar la zona- realizaran una visita oficial a Emiratos.
“Creemos que el papel de España en la zona está muy por debajo de nuestras capacidades, históricas y económicas, y desde la visita de Felipe en enero pasado, no paran de preguntarme cuándo va a volver, él, o incluso tú. Porque me consta el fuerte cariño que tienen a nuestro país, y a la familia real, y creo que vuestros últimos viajes por la zona han dejado un poso que no debemos dejar enfriar”, argumentaba Gómez-Acebo.
Bajo esta premisa, expone: “Llegados a este punto y para estos proyectos, tu ayuda nos vendría fenomenal, ya que las cosas en esta parte del mundo funcionan así“. Y concluye: “Te mando un cariñoso abrazo, con mi deseo de que estés ya en plena forma, y poder verte muy pronto. Tu sobrino, Bruno”.
A pesar de la intervención del monarca, el fondo de capital fracasó. Ni la coyuntura económica de España ni la de Emiratos Árabes, con una fuerte caída del precio del petróleo, fueron favorables. Dos años después de escribir la carta, Gómez-Acebo salió de la operación y esta entró en vía muerta. Mientras, Juan Carlos demostraba su sintonía con la región, despidiéndose de su puesto en 2014 con un viaje oficial y volviendo el pasado verano por sus problemas con la justicia en España. Se instaló en un hotel de forma indefinida y ni ha regresado a la Zarzuela por Navidad ni se conocía su estado públicamente hasta la filtración de unas imágenes suyas.
Opacidad en las cuentas suizas
Mientras, los asuntos judiciales de Juan Carlos I siguen dando que hablar. Según el diario El País, el rey emérito no declaró los 65 millones de euros que recibió a través de la fundación Lucum e ingresó en el banco suizo Mirabaud. Nadie le exigió en ese país que hiciera aflorar esos activos millonarios en España, según las declaraciones al fiscal Yves Bertossa. Ni cuando abrió la cuenta en 2008 ni cuando dispuso de cantidades millonarias en diferentes tandas ni tampoco cuando transfirió cuatro años después los fondos al paraíso fiscal de Nassau (Bahamas).
En las conversaciones obtenidas con el fiscal suizo resalta la opacidad de la cuenta y la permisividad de las autoridades para que Juan Carlos I y sus testaferros actuaran libremente.