Otro punto del análisis realizado por la NASA es el Índice de Estrés Evaporativo (ESI por sus siglas en inglés), que evalúa la temperatura de la superficie terrestre tomada desde los satélites de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, más datos utilizados para estimar la evapotranspiración, es decir, cuánta agua se evapora de la tierra y de las hojas de las plantas.
Teniendo en cuenta los cambios de la temperatura, al analizar las 12 semanas que van desde principios de febrero hasta fines de abril, se obtuvieron valores de la tasa de evapotranspiración que están por debajo de los normales. Esto significa que la humedad del suelo no es la adecuada para la vegetación, lo que afecta las cosechas.
La posible llegada de las lluvias
La falta de precipitaciones, vinculada con el fenómeno de La Niña, comenzó en los últimos meses del año pasado, lo que ocasionó que las lluvias fuesen 20 % menores a lo normal. Según las estimaciones meteorológicas mexicanas, esta situación recién podría comenzar a modificarse el mes próximo, en coincidencia con la temporada de huracanes, que suelen provocar intensas precipitaciones.
Ya a mediados de abril la directora general de la Comisión Nacional del Agua, Blanca Jiménez Cisneros, había afirmado que marzo de este año fue uno de los más secos de la historia, ya que se ubicó en el lugar 71 de los 81 monitoreados desde 1941.
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