El Gobierno de México anunció este jueves que se retomarán las clases presenciales en el sistema educativo a partir del 30 de agosto, a pesar que buena parte de la población se opone a la medida debido a la tercera ola de contagios de covid-19.
Delfina Gómez, titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), presentó un decálogo de medidas que se tomarán en las escuelas para evitar los contagios y señaló que el regreso a las aulas es “inminente“, pero también voluntario.
“Sin duda, ya es el regreso a clases algo inminente. Se debe hacer un entorno responsable, ordenado y cauto a las aulas. Por ello, este 30 de agosto regresamos a las escuelas”, dijo en la habitual conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Las medidas anunciadas incluyen el establecimiento de un “filtro de salud” para estar aletas ante posibles contagios, la desinfección de las manos con gel antibacterial o agua y jabón, y el uso de cubrebocas, entre otros protocolos sanitarios.
Sin embargo, la medida ha sido rechazada por un sector importante de los mexicanos, debido a que el regreso a clases se daría en medio del repunte de casos de covid-19, por lo cual, muchos padres y madres de familia han manifestado que no enviarán a sus hijos a las escuelas.
De acuerdo con un sondeo realizado a principios de agosto por la consultora Poligrama, el 68 % de los encuestados respondió que no enviaría a sus hijos a la escuela en caso de que se reactivaran las clases presenciales.
El 63 % de los encuestados consideró que la escuela de sus hijos no está en condiciones para recibir alumnos ante la pandemia, y el 35 % señaló que las clases presenciales deberían reactivarse solo cuando finalice la crisis sanitaria por el coronavirus.