VOCES OPINIÓN Por: Jorge Santa Cruz
Las siguientes líneas tienen un solo propósito: demostrar: que México está bajo el yugo de una dictadura soez y vulgar. Procedamos a demostrarlo:
1. Se dice democrático, cuando en realidad es dictatorial. Las grandes decisiones son tomadas por las cúpulas, mismas que utilizan las instituciones -que están a su servicio- para darles un barniz “democrático”. Ejemplo de lo anterior fueron las “reformas estructurales”, aprobadas por el PRI, el PAN, el PRD y el Partido Verde, en el marco del “Pacto por México”.
2. Las ideologías de los partidos son falsas. Recuérdese que el Verde Ecologista apoyó a Fox en el 2000; después, por conveniencia, se convirtió en un apéndice del PRI. Los actuales acercamientos entre PAN y PRD tampoco son sorpresivos: ambos firmaron el “Pacto por México”.
3. El sistema político mexicano es un gran negocio, porque reditúa poder político y económico a las cúpulas, lo mismo si están en el gobierno, que si militan en la oposición. Las siguientes cifras publicadas por el Instituto Nacional Electoral (INE) lo demuestran fehacientemente:
4. Las cúpulas siguen comprando el voto, sea con dinero, con despensas, con materiales de construcción, con útiles escolares, etcétera, etcétera. Volteemos, por ejemplo, al Estado de México, para corroborarlo.
5. Hacen obra, por la que reciben millonarios “moches”, como los que dio la constructora brasileña a funcionarios de Pemex. De vez en cuando sacrifican temporalmente a algunos miembros de la pandilla, para dar al pueblo atole con el dedo.
6. Los gobiernos ocultan sus atropellos con espectáculos artísticos y deportivos esporádicos. El de la Ciudad de México, por citar uno, hace grandes eventos en el Zócalo que de ninguna manera lo exoneran de los abusos que se cometen con los impuestos, en los corralones vehiculares, en las agencias del ministerio público y demás.
7. Para mantener semejante estilo de vida, las cúpulas cobran impuestos injustos. Empezaron con el Impuesto sobre la Renta (ISR); se siguieron con el Predial, la Contribución del Agua; la Tenencia Vehiculary el Refrendo; continuaron con el Impuesto al Valor Agregado (IVA), y crearon el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS). Cobran, cobran y cobran y nunca les alcanza. Tienen una ambición y una voracidad ilimitadas.
8. Dicen ser demócratas pero siempre perjudican a la mayoría. La verificación vehicular no deja lugar a dudas: la gente de escasos recursos, que no tiene para comprar autos seminuevos, es obligada a dejar sus unidades estacionadas casi toda la semana, en temporada de contingencias ambientales. Le dicen que utilice el transporte público que es insuficiente y, dependiendo de las rutas y recorridos, malo y caro. Usted nunca verá al Presidente de la República, a los gobernadores de los estados, a los ministros de la Corte, a los senadores y diputados, viajando en el estribo de un microbús. ¡Claro que no! Ellos utilizan vehículos nuevos, incluso híbridos, ¡faltaba más!
9. Las cúpulas se la pasan alabando al “pueblo”, al tiempo que la mitad de él carece de servicios de salud. Dicen y dicen que el Seguro Social y el ISSSTE mejoran sus servicios a sabiendas de que ponen en riesgo la vida de los derechohabientes quitando medicamentos del cuadro básico.
10. Todo el tiempo se victimizan. Se ponen como las incomprendidas. Todo lo hacen bien. El país, sin embargo, está a la deriva y las organizaciones criminales imponen condiciones en estados como Tamaulipas, Guerrero y Michoacán.
En conclusión: es un sistema que se burla de nosotros, sin que tengamos plena conciencia de ello.