Voces del Periodista Diario

28° Aniversario del Bautismo de Fuego del Batallón Argentino 7 en la Guerra de Croacia

 

Por Ricardo Alberto Orlando

Desde los inicios de la participación de la República Argentina en las Operaciones de Mantenimiento de la Paz y hasta mediados de los años 90s, la Argentina jamás había experimentado ser una de las naciones protagonistas cumpliendo con un mandato de las Naciones Unidas y un instrumento militar decisivo en la mediación y remediación de un conflicto armado internacional como lo fue durante su participación en la República de Croacia en el año 1995. Una parte importante de ese instrumento militar argentino se encontraba por aquel entonces cumpliendo con una misión en la antigua Yugoslavia, con el fin de mantener y hacer prevalecer la paz en la región, operando junto a otros ejércitos dentro de su sector de responsabilidad.

Pero como todo en la vida nada es para siempre, el mandato de la misión UNPROFOR que se venía desarrollando desde los inicios de los despliegue en esa zona se vio completamente suplantado por un nuevo mandato a pocas semanas de su arribo a Croacia. Es así que por este hecho muchas otras nuevas tareas y actividades fueron emergiendo a medida que iba transcurriendo la misión, comenzando a tomar un nuevo matiz el cúmulo de responsabilidades hacia los nuevos objetivos a cubrir.

Poco a poco comenzaba a notarse en la región mucho más movimientos destinados para los preparativos del propio fortalecimiento de la seguridad de casi la totalidad de las posiciones de las bases y puestos de Naciones Unidas, y como así también, los simulacros de ejercicios militares por parte del ejército croata en distintos espacios que mantenían ocupados. Todo este escenario expectante avizoraba un panorama de tensión permanente y con una constante incertidumbre que duró hasta el 01 de mayo del año 1995; momento aquel cuando se desató la invasión del ejército croata sobre el sector serbio produciendo el quebrantamiento de todos los acuerdos en la región.

Cronología de los hechos ocurridos en el sector oeste bajo la responsabilidad del BEA 7 a partir de las 00:00 horas del 01 de mayo de 1995.

Desde muy temprano por la mañana el Comandante del sector oeste General de Brigada Carlos Roberto Matalón recibió la orden en donde se comunicó que el ejército croata se estaba preparando para iniciar las operaciones militares contra el ejército de la República Serbia de la Krajina (RSK); en aquellos instantes, ya se podían percibir los movimientos en las bases y posiciones del batallón argentino debido al intenso tráfico generado durante las comunicaciones ordenando el alistamiento y el apresto de todo los cascos azules argentinos y del personal de otros ejércitos, a ocupar las posiciones de protección: bunkers, refugios subterráneos, pozos dobles etc. dentro de su sector de responsabilidad. Es muy importante tener presente que por aquellas horas el BEA 7 contaba en el área principal del conflicto con un total de 225 efectivos pertenecientes a las Compañías Bravo, Charly y Delta, comenzando desde la ciudad de Lipi hasta la ciudad de Bucle, lo que representaba en su haber casi la mitad del total del personal afectado a disparos de fuego cruzado.

La primera ofensiva croata se inició a las 05:30 horas con la denominada Operación Relámpago contra la (RSK) con una intensa cadencia de fuego masivo de lanzadores múltiples de 120 mm con boca numerosa, seguido de la artillería y morteros de distintos calibres haciendo impacto sobre las ciudades de Seovica, Gavrinica, Japaga y Kragui.

El ejército de la (RSK) contestó el fuego con proyectiles antitanques tipo PAF, cañón 20 mm, morteros y armas automáticas quedando entre los fuegos los Puestos de Observación 4 y 5, el WA 14 y Casa Serbia, de responsabilidad del batallón argentino. Para entonces, en la ciudad de Seovica se había ordenado el repliegue del personal argentino en cuando se produjera un alto al fuego; mientras tanto, en las ciudades de Caklovac, Sumetlica y Bjelajci los cascos azules argentinos recibieron fuego de morteros y de la artillería pesada quedando su personal a resguardo en sus posiciones fortificadas aferrados entre los fuegos de ambos bandos enfrentados. A medida que iban aconteciendo los intensos combates entre serbios y croatas, se continuaba recibiendo fuego en toda el área de responsabilidad del Batallón Ejército Argentino 7, y sobre todo en las localidades de Pakrac, Gavrinica, Brusnik, Dragovic Road, entre otras localidades cercanas. El Jefe del BEA 7 Teniente Coronel “VGM” Héctor Gustavo Pugliese ordenó en cuando se haga una pausa de fuego la prioridad y seguridad del personal de los Puestos de Observación 8 y 13 para que se replieguen a la Base Delta. Entre todos estos hechos que estaban aconteciendo, la Compañía Bravo estaba ubicada en la localidad de Pakrac recibiendo fuego de armas automáticas provenientes de la localidad de Serbia de Gavrinica.

Dado al grado de riesgo e incertidumbre por la situación desencadenante en la región, y al no hallar una herramienta en lo inmediato para lograr el control de la situación, el Comandante del sector oeste ordenó el “Alerta Roja” para todas las bases del sector oeste a mantener sus posiciones y que el personal de ONURC en particular sería la primera prioridad. Mientras tanto, se seguían emitiendo los distintos partes de novedades desde cada posición actualizando los distintos estados de situación de cada puesto y sector. Asimismo, dado al abrumado e intenso bombardeo y movimiento de personal por doquier, las Compañías Bravo, Charly y Delta informaron por radio sobre explosiones de proyectiles de morteros, artillería y cohetes producidos por ambos bandos (serbios y croatas) en zonas próximas a los puestos del BEA 7 a lo largo de la Dragovic Road, junto al incremento de disparos de armas automáticas.

Posteriormente, se ordenó el repliegue de los puestos de Pakrac y la Dragovic Road hacia bases más seguras; esta medida fue tomada como consecuencia de los intensos combates liberados en el sector de responsabilidad sur del batallón. Además, minutos más tarde el Jefe de la Compañía Bravo informó haber replegado personal de sus puestos a áreas más seguras por haber el ejército de la Krajina minado el camino de repliegue quedando aferrado en sus posiciones con 15 hombres. Se informó también que el personal que se encontraba en la Casa Serbia se hallaba en la misma situación recibiendo ambos puestos fuego de artillería, morteros y armas automáticas. Todo esto que simplemente se está narrando y que estaba ocurriendo como si se tratara al parecer que en realidad no fuese la misión de los cascos azules argentinos, cumpliendo con una Operación de Mantenimiento de la Paz bajo el mandato de las Naciones Unidas, nos muestra que el contingente argentino fue una pieza importante en ese tablero de ajedrez en donde se estaba desatando un conflicto armado internacional entre serbios y croatas en la guerra de la antigua Yugoslavia, dando origen en la madrugada del 01 de mayo de 1995 el bautismo de fuego a los integrantes del Batallón Ejército Argentino 7. En este contexto, y siguiendo un hilo conductor respecto del estado de situación hasta estos momentos, nuevamente todas las compañías dieron sus reportes de situación detallando la realidad del personal y material, y como así y también, el detalle del personal perteneciente al BEA 7 que no había podido salir de los puestos aislados de observación del territorio serbio por tener minados los caminos de repliegue, los cuales pertenecían a las Compañías Bravo, Charly y Delta.

A todo esto, y mientras se mantenían sucediendo los numerosos enfrentamientos en las zonas más dramáticas debido a los combates con armas de variado calibre, el Jefe del BEA 7 recibió la orden del sector oeste de incrementar la seguridad en la base de Camp Polom ocupando las posiciones defensivas y reforzando los puestos de guardia. Además, y dado a la gravedad de los incidentes generados por los combates en varios puntos del sector oeste el Jefe del BEA 7 ordenó la instalación de un puesto socorro en la localidad de Batinjani compuesto por un médico, dos enfermeras y un conductor, a fin de proporcionar el apoyo médico inmediato a las subunidades que se encontraban en primera línea.

Promediando aquel día del 01 de mayo del año 1995, las autoridades del sector oeste comunicaron al BEA 7 que las negociaciones para el cese del fuego se encontraban en camino y que en lo pronto se tendrían que preparar para ubicarse entre las parte en conflicto. Pero mientras tanto, las subunidades continuaban emitiendo los partes de novedades informando sobre episodios aislados en donde se continuaba realizando disparos de armas de variados calibres. Alrededor de las 15:00 horas de aquel día en que se produjera el bautismo de fuego del BEA 7, el Comando del Sector Oeste recibió la orden de ubicar sus fuerzas entre ambos bandos en el momento en que se diera un alto al fuego que fuera acordado por las negociaciones realizadas. La finalidad de esta acción fue continuar cumpliendo con la misión impuesta por el mandato de la ONU. Mientras tanto como fuera de esperar las posiciones argentinas mantuvieron sus puestos de control entre ambas fracciones desde el inicio de las hostilidades y a lo largo de toda la línea de confrontación; Puesto que jamás se separaron de las partes del conflicto, salvo aquellas instalaciones que fueron replegadas por razones de extrema seguridad.

Pero hasta aquí nada se encontraba librado a los designios del futuro y lo que le sucedería a los integrantes del Batallón durante el desarrollo de su misión; fue por entonces que el Jefe del BEA 7 ordenó al Jefe de la Compañía Alfa que destacara una sección mecanizada en las proximidades de la Base Hotel para proporcionar seguridad al personal de la Compañía Bravo, con el fin de cumplir con la misión impuesta por el sector manteniendo a los efectivos argentinos entre ambas facciones beligerantes.

Momentos después una sección mecanizada de la Compañía Alfa llegó a la zona de Pakrac para brindar seguridad al personal de la Compañía Bravo, lo que desencadenó esta maniobra un intenso fuego de artillería y de morteros alrededor de la Base Hotel por parte de la RSK, por lo que el Jefe del Batallón tuvo que ordenar el repliegue de esa sección hacia la localidad de Batinjani para preservar la seguridad del personal debido al intenso fuego de disparos generado en la zona. Entre otro orden de cosas, se le informó y recordó nuevamente al Jefe del BEA 7 que aún permanecían en Brusnik unos 20 cascos azules de la ONU argentinos que estaban sitiados por acción del ejército de la República de la Krajina que les había minado los caminos de repliegue.

También, debido al intenso fuego de armas automáticas que intercambiaban entre los bandos beligerantes en proximidades de una de la secciones en Dragovic fue necesario brindar seguridad al personal durante su repliegue hacia otras zonas seguras. Lo mismo ocurrió con otro grupo de soldados argentinos de la Base Hotel de la Compañía Bravo que se replegaron hacia Batinjani como consecuencia de los intensos fuegos de morteros y armas automáticas entre ambos bandos enfrentados. A todo lo ya mencionado, mientras tanto, durante el resto de la noche del día 01 y las primeras horas del día 02 de mayo de 1995 continuaban los ataques con artillería, morteros y armas automáticas en toda el área de responsabilidad del BEA 7, manteniéndose las bases argentinas que habían quedado aferradas en sus puestos operando desde los bunkers.

Conclusión.

Lo que se pretendió lograr con este artículo fue traer a la memoria los hechos y acontecimientos que desencadenaron el bautismo de fuego del Batallón Ejército Argentino 7. En este sentido, pudimos reflexionar acerca de lo sucedido durante toda la jornada del 01 de mayo del año 1995, que marcó el nuevo rumbo que tomaría la situación durante la Operación de Mantenimiento de la Paz del contingente de cascos azules argentinos. Estos hechos mencionados se hicieron reiterativos durante los días posteriores, y en especial cuando el ejército croata lanzó su segunda ofensiva denominada Operación Tormenta a las 14:00 horas del día 04 de mayo de ese mismo año invadiendo el resto de la totalidad del Área de Protección de las Naciones Unidas; produciéndose horas más tardes y mediante las negociaciones del conflicto el cese del fuego y la redición incondicional de las autoridades Serbias ante el BEA 7. En los días posteriores al 04 de mayo el BEA 7 realizó diferentes maniobras para restablecer la seguridad en su sector y continuar operando bajo las órdenes del Jefe del Batallón argentino implementando un sistema coordinado entre las Compañías realizando diferentes patrullas en vehículos mecanizados, livianos y de a pié hasta el día 10 de mayo, en donde se restableció la normalidad que se tenía días previos al bautismo de fuego, para brindar confianza sobre las poblaciones civiles y mantener la cercanía hacia aquellos grupos más vulnerables, prestando la asistencia humanitaria adecuada a sus necesidades inmediatas.

El hecho narrado marcó un punto de quiebre en la historia argentina con respecto al envío de los contingentes de cascos azules al exterior, en donde jamás se había producido un hecho de estas características en donde el instrumento militar argentino conformaría el elemento clave durante la mediación y remediación en un conflicto armado internacional.

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