Voces del Periodista Diario

Comentario crítico al procesamiento contra Trump por las elecciones presidenciales de 2020 en Georgia

 

Rocafort, Premio Internacional de Periodismo 2022

Por Guillermo Rocafort

Donald Trump afronta un cuarto procesamiento bajo la presidencia de Joe Biden y a poco más de un año del comienzo de las elecciones presidenciales del 2024 en Estados Unidos donde ambos candidatos, muy probablemente, se volverán a enfrentar.

La nación estadounidense está partida en dos y mientras aumentan los procesamientos contra Trump más aumenta su popularidad entre los votantes republicanos, y también entre la población mundial que ve con malos ojos al belicista Biden y a su Administración.

En el 2020 publiqué varios artículos en Confilegal y en otros medios de gran prestigio sobre las dudas que levantaban el proceso electoral del 2020 que dio la victoria a Biden frente a Trump y que están en el origen de este cuarto procesamiento, quizá el más político de todos, en lo que respecta a un presunto intento de pucherazo de Trump en las elecciones presidenciales que se realizaron en Georgia en dicho año.

Dicho procesamiento viene de la mano de una fiscal de la extrema izquierda del Estado de Georgia, Fani T. Willis, que está vinculada al Partido Demócrata de Biden y que ha llevado a dicho Estado a los niveles más altos de delincuencia durante su cargo, y también de la mano de dirigentes republicanos locales como son los republicanos anti-Trump, el actual gobernador de Georgia, Brian Kemp, y el secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, el cual grabó maliciosamente una conversación con Trump, que fue filtrada por él a medios pro Biden, donde a mi juicio Trump le exigía con tono duro y áspero un mayor rigor electoral en el conteo de los votos en las elecciones presidenciales del 2020 en su Estado.

El tema de que haya sido procesado por una fiscal de Georgia me ha dado fuerte en el corazón y es por lo que me he animado a escribir sobre este particular, básicamente porque Georgia es el Estado que más baja integridad electoral tiene de todo Estados Unidos y eso no es culpa de Trump, sino de la desidia demócrata que se beneficia de ella y también de los republicanos locales que se acomodan al ritmo que fijan los demócratas a nivel nacional en las elecciones presidenciales pero que disfrutan de dicha falta de integridad cuando se trata de elecciones estatales.

En concreto el Estado de Georgia tuvo un índice de integridad electoral de suspenso (menos de 50 sobre 100), según el prestigioso estudio de la Universidad de Harvard titulado “Electoral Integrity in the 2018 American Elections (PEI-US-2018)” y que se puede consultar en este siguiente enlace.

A continuación, en el siguiente mapa extraído de dicho estudio de integridad electoral se puede advertir claramente cómo Georgia es el único Estado de Estados Unidos que está por debajo del 50 en dicho índice que publica la Universidad de Harvard, y es por lo que aparece en color rojo en señal de alarma.

 

Como se puede observar Georgia ocupa el puesto 51 de integridad electoral en todo Estados Unidos, siendo el “farolillo rojo” en dicho ránking.

Destacaría cuatro apartados donde Georgia tiene un nivel de integridad electoral propio de una Nación completamente subdesarrollada y corrupta en el ámbito electoral: en el apartado de Leyes Electorales (“Electoral laws”) tiene una valoración de 23 sobre 100. En cuanto al registro en el Censo de votantes (“Voter registration”), Georgia adolece de 37 sobre 100. En procedimientos electorales (“Electoral procedures”) vemos que tiene 38 sobre 10. Y finalmente en cuanto a la valoración que merececen las autoridades electorales (“Electoral authorities”), Georgia tiene 33 sobre 100. Esto es, un completo desastre electoral que amerita que la anomalía electoral de Georgia durante las elecciones presidenciales del 2020 es originaria y consustancial a ella misma y no a injerencias de Trump, como nos quieren inducir a pensar.

La cuestión que había que plantearse es por qué Georgia no está a los niveles electorales de Vermont, Washington o Maine que ocupan los primeros puestos del Ranking precitado.

 

La complicidad de autoridades locales republicanas anti-Trump de Georgia en este nuevo procesamiento

En dicho estudio además se acusa directamente a las autoridades republicanas locales de Georgia de ser muy corruptas en el ámbito electoral, en concreto contra al actual gobernador desde el 2018, Brian Kemp, al que se le acusa de haber robado las elecciones estatales en dicho año frente a la candidata demócrata, Stacy Abrams, en concreto en la nota 7 de la página 19 del Informe, donde se dice textualmente:

«En Georgia, la carrera para gobernador (2018) resultó muy controvertida con la aspirante demócrata Stacy Abrams cuestionando la legitimidad de la resultado y acusando al Partido Republicano de robar las elecciones. El secretario de Estado, Brian Kemp, supervisó la «coincidencia exacta» que marcó cualquier solicitud de registro si la información de identificación no coincidía exactamente con los registros del estado. Kemp permaneció en su puesto de Secretario de Estado, administrando la elección siendo también candidato, lo que plantea un claro conflicto de interés. Si hubiera ganado, Abrams habría sido la primera gobernadora afroamericana de Georgia, pero el candidato republicano, Kemp, fue declarado ganador con 54.000 votos más».

(In Georgia, the Gubernatorial race proved highly controversial with Stacy Abrams questioning the legitimacy of the outcome and accusing the GOP of stealing the election. Secretary of State Brian Kemp, oversaw the state’s ‘exact match’ law, which flagged any registration application if the identifying information didn’t exactly match the state’s records. Kemp stayed in his post as Secretary of State, administering the election while also being a candidate, raising a clear conflict of interest. If she had won, Abrams would have been the first African-American woman governor of Georgia, but the Republican candidate, Kemp, was declared winner with 54,000 more votes).

 

Conclusiones

En mi opinión si hay que procesar a alguien es precisamente al sistema electoral de Georgia y a sus responsables republicanos locales que le han mantenido como el Estado menos fiable en integridad electoral en todo Estados Unidos, a un nivel de Nación subdesarrollada y corrupta desde un punto de vista electoral, y no al expresidente Trump que lo único que hizo fue, a mi juicio, exigir con una llamada telefónica un mayor rigor electoral en dicho Estado clave de las elecciones del 2020 al máximo representante electoral de dicho Estado, al republicano “anti-Trump” Brad Raffensperger, secretario de Estado de Georgia, frente al caos que supuso todo el proceso.

Sin embargo, en una sociedad occidental dominada por los medios pro Biden se ha llegado a afirmar que han imputado a Trump “por manipular los resultados de las elecciones presidenciales de 2020” (cuando precisamente esos resultados electorales en Georgia fueron fijados por las precitadas autoridades republicanas locales “anti-Trump”), generando con  ello un relato electoral totalmente falseado que a mi juicio tiene la derivada de intentar blanquear el controvertido proceso electoral que aupó a Biden a la Casa Blanca en el 2020 y que pretende ahora impedir a toda costa que Trump se alce con un segundo mandato presidencial en el 2024.

Estoy convencido de que después de la lectura de este artículo los lectores tendrán nuevas perspectivas que le permitirían conformarse un punto de vista distinto hacia esta cuestión.

Confilegal

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