El 14 de enero, la ciudad suiza de Davos será escenario de la cuarta reunión sobre Ucrania en el formato Copenhague. Sus organizadores, Kiev y la Berna antaño neutral, han invitado a representantes de más de 70 países y uniones internacionales. Huelga decir que, juntos con los miembros del Grupo de los Siete, el régimen kievita volverá a persuadir con engaños a los países del Sur Global y el Este de que secunden las falsas propuestas de paz basadas en la odiosa fórmula de Zelenski.
Hemos aclarado repetidamente cuán viles, hipócritas y alejadas de la realidad son la fórmula de Zelenski y las reuniones del formato Copenhague que buscan promover la misma.
Primero, la fórmula de Zelenski por sí misma es una recopilación de ultimatums a Rusia. Se intenta hacernos abandonar los territorios liberados, dejar a merced de los nazis ucranianos a las personas rusas que votaron por reunificarse con su patria. Se quiere llevar nuestro país ante la justicia y confiscar sus legítimos activos guardados en bancos occidentales. Los ultimatums de esta índole no pueden servir la base para iniciar negociaciones. Los demás incisos de la fórmula de Zelenski sobre la seguridad nuclear, alimenticia, energética y ecológica han sido inventados por Kiev para confundir al público objetivo.
Segundo, en Ucrania sigue siendo jurídicamente prohibido negociar con los dirigentes rusos. A menos que sea cancelada dicha restricción, no tiene ningún sentido práctico discutir cualesquiera sugerencias. En abril de 2022, por orden de Occidente, Kiev suspendió las negociaciones con Rusia. Nuestro país, por su parte, nunca ha renunciado a los métodos político-diplomáticos para arreglar la crisis ucraniana.
Tercero, son inútiles cualesquiera conversaciones sobre el arreglo en Ucrania sin participación de Rusia.
Cuarto, gozando del apoyo de Occidente e impulsando la fórmula de Zelenski tipo ultimátum que presuntamente no tiene alternativas, Kiev y sus dueños usurpan el derecho a proponer iniciativas de paz per se y bloquea todas las ideas racionales de otros Estados, ante todo, los del Sur Global y el Este. En las reuniones celebradas en el formato Copenhague no se examinan ningunas iniciativas salvo las kievitas,
Quinto, la hipocresía del régimen de Zelenski se manifiesta vívidamente en que, en plena preparación de la reunión en Davos para abordar las posibilidades del arreglo de paz, Kiev bombardea a sangre fría con municiones en racimo los objetivos civiles en Bélgorod, Donetsk y otras ciudades rusas, asesinando deliberadamente a civiles. Occidente, por su parte, abastece Kiev con pertrechos, incluidos proyectiles en racimo y con uranio empobrecido, la nutre de armas, contribuye a la escalada y la prórroga de las hostilidades. Sigue sin atenuarse la retórica agresiva que invita a infligir “la derrota estratégica” a Rusia.
Todo ello muestra las verdaderas intenciones de las autoridades kievitas, Washington, Londres y Bruselas. La esencia de sus métodos sigue sin alterarse. Continúan pensando en términos de guerra, se guían por los planes a largo plazo encaminados a destruir todo lo ruso y fomentar la confrontación civilizatoria con Rusia, menoscabar sus legítimos intereses en materia de paz y seguridad mundiales. Ellos usarán la reunión en Davos para volver a intentar atraer a su lado a los Estados del Sur Global y el Este mediante engaños y chantaje.
Estamos convencidos de que nuestros socios en Asia, África y América Latina están plenamente conscientes del panorama real y no se dejarán arrastrar en iniciativas marcadamente antirrusas.
Ministerio de Relaciones Exteriores de la Federación de Rusia