En los que va corrido del mes de mayo la barbarie en Colombia no se detiene y se siguen atacando a los manifestantes que salen a las calles a protestar por las decisiones antipopulares del gobierno. Los ataques son producidos por la policía nacional que se muestra bastante represiva ante la inconformidad popular, en su mayoría de jóvenes estudiantes o desempleados. Los acontecimientos responden a las decisiones por pretender imponer una reforma tributaria desproporcionada en impuestos a los alimentos de la canasta familiar en momentos de pandemia que ha dejado pobreza en varios sectores sociales. La respuesta del pueblo colombiano fue contundente y salió a manifestarse en contra de unas políticas antidemocraticas y lesivas para la gran mayoría que no cuenta con ingresos dignos en un ambiente de carestías.
Al paso del tiempo son varios los antecedentes que han venido sucediendo y que agravan el problema y deja cifras de 50 muertos y 150 desaparecidos, además de un millar de heridos.
Las recientes propuestas de más impuestos terminaron sacando gente a la calle y en este propósito se unieron estudiantes, indígenas, campesinos, transportadores, trabajadores y el gran grueso de la población colombiana que no aguanta más el abuso gubernamental. La situación es tan preocupante que que gobernantes regionales salieron a descalificar los pronunciamientos del ministro de defensa nacional respecto a líderes sociales a los cuales calificó de antisociales, en un hecho que deslegitima a un gobierno cuando sus altos funcionarios son los que en actitudes irresponsables condenan la inconformidad social. Por su parte, la población exige que se anulen las medidas antipopulares en un país como Colombia con un presupuesto utilizado en gran parte para el pago de elevados costos de congresistas y altos funcionarios del gobierno. Se suma el hecho histórico de un país con un grupo de familias que han heredado el poder por mucho tiempo y en donde la corrupción de políticos es alarmante, al punto de conocerse como uno de los países más corruptos del mundo. Con este panorama al frente la gente decidió salir a las calles al igual como en su momento lo hicieran el pueblo ecuatoriano y posteriormente el pueblo chileno.