El presidente de los Estados Unidos Barack Obama promulgó el viernes pasado una ley para contrarrestar la presunta influencia de Irán en América Latina, la llamada Countering Iran in the Western Hemisphere Act.
Por medio de esta Ley se desarrollara una nueva estrategia diplomática y política por parte del Departamento de Estado, quien cuenta con 180 días para “hacer frente a la creciente presencia hostil de Irán y su actividad” en la región. Aunque la estrategia es confidencial y sólo los legisladores tienen acceso, debe contener un resumen público.
El texto también insta al Departamento de Seguridad Nacional para reforzar la vigilancia en las fronteras de Estados Unidos con Canadá y México para “evitar que los operarios de Irán, la Guardia Revolucionaria (Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Iraní), su Fuerza Quds, Hezbollah o cualquier otra organización terrorista de entrar en el Desatado Estados “.
En los demás países de América Latina, la iniciativa establece un plan de acción de múltiples agencias para garantizar la seguridad en esos países, junto con una “lucha contra el terrorismo y la lucha contra la radicalización plan” para aislar a Irán y sus aliados.
Teherán tiene relaciones con Bolivia, Ecuador y Venezuela, donde ha consolidado su presencia a través de las inversiones.