ETIOPÍA, (RT), 1 de abril de 2019 .- Los expertos responsabilizan del accidente al sistema de aumento de características de maniobra (MCAS), que se habría activado en pleno vuelo, provocando que la nariz del avión se inclinara hacia abajo.
Una investigación de The Wall Street Journal ha revelado cuáles fueron las últimas palabras de uno de los pilotos del vuelo de Ethiopian Airlines que se estrelló el pasado 10 de marzo, provocando la muerte de las 157 personas que viajaban a bordo.
Según el periódico estadounidense, el piloto del Boeing 737 Max gritó “¡Levántalo, levántalo” momentos antes de que el avión empezara a precipitarse. The Washington Post detalla que el vuelo ET302 de Ethiopian Airlines tuvo problemas inmediatamente después de despegar del aeropuerto de la capital etíope, Adís Abeba. De acuerdo con personas cercanas a la investigación en curso citadas por el periódico, el copiloto, Ahmed Nur Mohammed, contactó con la torre de control e informó de un “problema de control de vuelo“.
La torre solicitó detalles cuando el capitán Yared Getachew intentó levantar el avión y corregir la trayectoria de planeo. Tras dos minutos de vuelo oscilante tuvo lugar una fuerte sacudida, después de lo cual el avión empezó a caer en picado. El vuelo duró en total menos de seis minutos.
De acuerdo con las fuentes del periódico, el accidente se produjo debido a que el sistema de aumento de características de maniobra (MCAS) se activó accidentalmente poco después del despegue; a raíz de eso, la nariz de la aeronave se inclinó hacia abajo en un momento en que el aparato se encontraba a 137 metros de altura.
El informe se produjo en medio de la creciente presión que enfrenta Boeing para actualizar el ‘software’ para su avión más vendido, el 737 Max. Actualmente Gobiernos y compañías aéreas de todo el mundo han prohibido el vuelo de este modelo, y un gran número de aerolíneas están perdiendo dinero debido a la cancelación de vuelos.
La actualización final del sistema de estabilización MCAS para los 737 MAX fue presentada este viernes en la sede de Boieng en Washington (Estados Unidos), ante más de 200 pilotos, técnicos y reguladores gubernamentales.
VP/INTERNACIONAL/AM