Las atrocidades de los yihadistas islamistas en Siria no tienen fin, en nombre de la sharia (la ley islámica) asesinan sin más ni más a cualquiera que no siga sus “creencias”, no importa si sea niño, adulto o anciano. Eso incluye a otros musulmanes de diferente secta y ya no se diga en el caso de ser de otra religión, cristiana, budista, hinduista, etc.
Esa es parte de la brutalidad de la “primavera árabe” en buena medida patrocinada por EE.UU. y Arabia Saudita, estos últimos buscando la supremacía sunita absoluta mediante el uso de mercenarios y asesinos muy bien pagados e ingresados a Siria vía Turquía. Recientemente, el medio de comunicación popular, La Verdad Siria, publicó una foto terrible de una niña que vivía en la población de Deir ez-Zor en el este de Siria, en la frontera con Irak.
Según los informes, la niña fue atada con cadenas a una reja desde donde ella fue testigo del asesinato de su madre y el padre, ambos chiítas a manos de los yihadistas suníes que hacen las filas del “Ejército Libre de Siria.” En verdad en Siria se los describe correctamente como takfiris, es decir, los musulmanes que, como al-Qaeda, son asesinos y masacran a otros musulmanes, en este caso, chiítas, a los cuales no consideran “verdaderos” siervos del islam.
Según se informó la inocente criatura después fue asesinada por estos salvajes patrocinados por Obama y Arabia Saudita, los yihadistas le sacaron el corazón a la pequeña… el comentario de que luego lo devoraron es en realidad horrible, aunque en realidad creíble.