Debido a la presencia de la economía china en distintas cadenas de influencia del mundo, además de sus alianzas comerciales con países como Brasil y Rusia, una desaceleración de su economía podría tener efectos planetarios.
Sin embargo, Elias Jabbour, profesor de la Universidad del Estado de Río de Janeiro y autor del libro China: el socialismo del siglo XX, el gigante asiático está en un proceso de desarrollo económico independiente del llamado bono demográfico, cuando la población económicamente activa es mayor que la inactiva, como ancianos y menores de edad.
“China va a seguir demandando mucho de países tanto centrales, o sea, en esta cuestión tecnológica, como periféricos, en cuestión de mercancías. Eso no cambia, hasta porque China está en una transición entre el campo y la ciudad, y las personas que llegan a la ciudad cambian sus hábitos de consumo, elevan su uso de proteína”, apuntó.