Rusia rechazó que pretenda interferir en el caso de los activistas de Greenpeace detenidos en esa nación desde mediados de septiembre tras escalar una plataforma de petróleo de la compañía estatal Gazprom en el Ártico.
“La Justicia debe seguir su curso y no hay que interferir”, indicó el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, en una rueda de prensa en Bruselas, donde se reunió con su homólogo belga, Didier Reynders.
Afirmó que Moscú se quejó de las acciones ilegales del buque Artic Sunrise, que transportaba a los activistas, en repetidas ocasiones.
Las preguntas fueron dirigidas al gobierno de Holanda, bajo cuya bandera navegaba la embarcación, pero quedaron sin respuesta, según el canciller.
Acusados de piratería y de violar normas internacionales y rusas, los 30 miembros de Greenpeace, de 18 nacionalidades diferentes, se encuentran en prisión preventiva en Moscú y pueden ser condenados hasta 15 años de prisión.