A medida que la OTAN se perfila cada vez más como un actor importante en los asuntos mundiales tras la guerra en Ucrania, la falta de transparencia que caracteriza sus procesos de planificación militar a largo plazo plantea un serio desafío para la supervisión democrática.
Esa observación se aplica en particular a las reuniones trianuales periódicas de los generales más importantes de la OTAN, los Jefes de Defensa o CHOD. La última de estas reuniones , en un formato conocido como Comité Militar de la OTAN , tuvo lugar el 10 de mayo en Bruselas. Si bien la cobertura de los medios fue marginalmente mejor de lo habitual, sigue habiendo preocupaciones de que los parlamentarios y el público de los países miembros no conocen uno de los procesos más opacos pero importantes dentro de la OTAN.
En la Cumbre de Vilnius en julio, se pedirá a los líderes políticos de la OTAN que aprueben miles de páginas de planes militares secretos que detallarán, por primera vez, desde la Guerra Fría cómo respondería la alianza a un ataque ruso. La mayoría de estos planes fueron elaborados a puerta cerrada por los representantes militares permanentes en la sede de la OTAN en Bruselas y otros funcionarios de la OTAN y de defensa nacional, sin ningún control previo por parte de los órganos parlamentarios y expertos independientes.
En una conferencia de prensa posterior a la reunión de los CHOD, el presidente del Comité Militar de la OTAN, el almirante Rob Bauer (un Teniente Almirante de la Armada Real de los Países Bajos) lo describió como “histórico” debido a la “integración sin precedentes de la OTAN y la planificación militar nacional”. Bauer agregó que la OTAN “por primera vez desde el final de la Guerra Fría” tendrá “objetivos de capacidad basados ??en amenazas para ofrecer a las naciones”. Y esto permitirá a la alianza “hacer exactamente lo que simboliza la bandera de la OTAN: todos seguiremos la misma brújula”.
Una brújula a menudo se considera una pieza a prueba de fallas en un kit. Pero como cualquier excursionista sabe, también necesita un mapa y una idea muy clara de lo que debe suceder debajo de sus pies mientras camina con el rumbo de la brújula. Si esto no sucede, deberían sonar las alarmas y debe volver a evaluar su camino. No existen tales barandillas con la brújula de la OTAN.
En lugar del mapa del excursionista, los altos mandos de la OTAN han redactado, revisado y fortalecido una serie de planes y conceptos militares, o lo que el almirante Bauer llama “la familia de planes”. ya que “al igual que las familias, están realmente interconectadas”. Aunque estos documentos siguen siendo clasificados, nos tranquiliza el hecho de que fueron revisados ??por los CHOD y se presentarán a los líderes políticos para su aprobación en la Cumbre de Vilnius.
Pero es precisamente porque estos objetivos tendrán un impacto significativo en futuras inversiones y desarrollos de las fuerzas armadas nacionales que el apoyo a nivel político debe ser más amplio que el sello de goma de los Jefes de Estado en Vilnius. La ‘familia’ clasificada de planes y conceptos militares de la OTAN es la siguiente:
El Concepto de Disuasión y Defensa del Área Euroatlántica (DDA): establece cómo opera la OTAN en situaciones de paz, crisis y guerra para cumplir con el compromiso de defensa colectiva. La DDA establece lo que se necesita para disuadir y defenderse de dos amenazas (identificadas en el Concepto Estratégico de 2022): Rusia y los grupos terroristas. Los planes estratégicos y regionales que surgen de la DDA impulsan la estructura, las operaciones y las futuras inversiones de la OTAN, incluidos los equipos, las estructuras de mando y control, la infraestructura y la logística.
Planes Regionales: describen cómo la OTAN defenderá un área geográfica particular (contra Rusia y grupos terroristas). Estos combinan los planes de defensa nacional de los estados miembros de primera línea con los planes colectivos de la OTAN y, por lo tanto, buscan optimizar la capacidad de la OTAN para mover las fuerzas al lugar correcto en el momento correcto.
Planes funcionales o Planes subordinados estratégicos (SSP): detallan cómo administrar los activos de “todo el teatro”, por ejemplo, el “SSP para la habilitación” (que cubre el equipo de transporte, etc.) se está revisando actualmente para reflejar los nuevos planes regionales.
Requisitos de la estructura de la fuerza: la cantidad y los tipos de equipos y organizaciones que la OTAN requiere para implementar la DDA y los planes regionales, en todas las regiones y dominios (aéreo, terrestre, marítimo, espacial y cibernético). OTAN
Modelo de fuerza: establece lo que se requiere para producir más tropas en alta preparación en toda la OTAN. La alianza acordó en 2022 poner 300.000 soldados en alerta máxima, frente a los 40.000 del pasado.
Una vez más, los puntos clave de las conversaciones de los generales se mantuvieron en secreto. Ninguna de las sesiones estuvo abierta al público o a los medios, y los únicos detalles que se pusieron a disposición del público se incluyeron en un resumen de noticias de la OTAN , así como la transcripción de algunos breves comentarios de apertura del almirante Bauer y Jens Stoltenberg al comienzo de la sesión. sesiones, y la rueda de prensa conjunta de clausura. No se proporcionaron detalles sobre las dos discusiones plenarias.
El Secretario General de la OTAN ha pedido a los líderes políticos que eleven el objetivo de gasto militar de la alianza en Vilnius para financiar la implementación de estos planes militares. Se espera que los estados miembros de la OTAN “acuerden un nuevo compromiso de inversión en defensa, con un dos por ciento no como el techo que nos esforzamos por alcanzar, sino un dos por ciento del PIB como mínimo que tenemos que invertir en nuestra defensa”, dijo Stoltenberg antes de la reunión. . También está en la agenda un nuevo “Plan de Acción de Producción de Defensa de la OTAN”, con el objetivo de establecer pautas para aumentar la producción y la capacidad de fabricación de equipos militares.
Si bien estos planes tardarán algunos años en implementarse por completo, colocan a la OTAN y a los estados miembros en un camino del que será difícil desviarse. Por lo tanto, deben ser abiertos y visibles, con las razones de los posibles resultados claramente delineadas. De lo contrario, ¿cómo podemos estar seguros de avanzar en la dirección correcta, especialmente dados todos los costos y riesgos de acelerar la militarización?
Se necesita un escrutinio parlamentario adecuado para garantizar que los procesos de toma de decisiones sean claros, que las personas que toman decisiones rindan cuentas por esas decisiones y para garantizar que haya oportunidades para que los parlamentos nacionales influyan y mejoren los planes.
Sin embargo, ninguno de los 31 estados miembros de la OTAN lleva a cabo un escrutinio parlamentario sistemático de las propuestas de la OTAN antes de que sean aprobadas en las cumbres, y la revisión posparlamentaria de las decisiones de la OTAN es esporádica e ineficaz. Los legisladores saben poco sobre lo que sucede en los grupos de trabajo intergubernamentales de la OTAN, y su conocimiento limitado hace que les resulte difícil, si no imposible, examinar de manera efectiva la participación de su gobierno en la OTAN o pedir cuentas a alguien por las decisiones tomadas dentro de la alianza.
Para abordar este déficit democrático, cada estado miembro debe establecer un nuevo comité selecto de escrutinio de la OTAN. Este comité debe examinar todos los borradores de propuestas de la OTAN, para identificar cuáles requieren un mayor escrutinio y señalarlos a la atención de otros parlamentarios y del público. Para áreas significativas de desarrollo de políticas, como nuevos planes militares, los comités deberían poder pedir evidencia a los funcionarios de la OTAN y garantizar un debate parlamentario sobre los temas que consideren importantes. Además, cada estado miembro debería comprometerse a celebrar un debate anual sobre el “Estado de la OTAN”.
Finalmente, dado que la comunicación efectiva es esencial para construir resiliencia en un mundo volátil, entonces se debe hacer más para crear conciencia y comprensión de los planes de la OTAN entre el público. Esto no solo aumentaría la confianza en las respuestas nacionales y de la OTAN, sino que un mayor acceso abierto a dichos planes también serviría como elemento disuasorio para aquellos que nos amenazan. Si Moscú hubiera entendido más claramente la capacidad de Ucrania para resistir la invasión militar rusa, por ejemplo, podría haberse disuadido de lanzarla en primer lugar.