Un cateo que duró más de 13 horas en un rancho de la carretera Chetumal-Escárcega, concluyó con el que quizá sea el decomiso más grande en México: 22.2 millones de cigarros de procedencia asiática, valuados en más de 15.5 millones de pesos.
Las acciones fueron encabezadas por elementos de la Marina-Armada de México adscritos al XXV Batallón de Infantería de Marina de la XI Zona Naval, quienes desplegaron un cerco de seguridad perimetral y revisaron siete automotores con equipo especial de resonancia (para detectar dobles fondos) y rayos equis.
El predio estuvo asegurado desde el exterior durante toda la semana pasada y fue cateado el fin de semana por personal castrense, acompañados por dos binomios caninos (policía federal y perro) entrenados en detección de drogas y explosivos.
Cuando los efectivos de la Semar cercaron el lugar se realizó la detención de Gabriel Santarosa, quien fue puesto a disposición del Ministerio Público Federal, y se dio a conocer que ya se buscan otros cómplices.
Los frutos de meses de investigación se materializaron luego que un juez federal liberó la orden de cateo en la propiedad ubicada a la altura del kilómetro 16 del Camino Nacional 186 Chetumal-Escárcega.
Durante más de 13 horas se contabilizó y verificó el tabaco dentro del tráiler International blanco (con matrícula 996-AF-7 del Servicio Público Federal y de remolque 190-BR-1), un Torton (placas de Yucatán YP-99-416).
También cinco camionetas: una Chevrolet con camper gris con negro, placas TB-45-953 de Quintana Roo; una Suburban blanca (placas yucatecas ZAF-23-54); otra Chevrolet con camper (placas de Quintana Roo SZ-3607-A); una Ford Ranger blanca con placas del Estado de México, y una Nissan LUV verde con placas TB-79-411 de Quintana Roo.
Entre las marcas que fueron aseguradas están paquetes con cajetillas de Marshal, Jaisalmer, María y Juana, y Royal, aunque se informó que hay de otras hechas en Taiwán y la India; en su mayoría son de China.
Los cigarros de contrabando fueron puestos a disposición del Servicio de Administración Tributaria (SAT) en la aduana de Subteniente López; el predio quedó asegurado por la PGR.
Durante la espera para la orden de cateo se instaló a un costado del predio una cocina móvil, donde se preparaban los tres alimentos del día para los cerca de 100 infantes de marina que permanecieron en ese lugar por seis días.
Con información de La Jornada