“Sí van a dedicar la inversión a México y se establecerá la planta en Monterrey con una serie de compromisos para enfrentar el problema de la escasez del agua. Ellos van a ayudar en este sentido”, declaró en conferencia de prensa.
La crítica ambientalista a Tesla
“Sin embargo, esa crisis natural por falta de lluvias se ve artificialmente llevada al extremo precisamente por la mala planeación de las autoridades estatales aquí en Nuevo León, que han permitido la sobreexplotación de fuentes de agua dulce por parte de empresas, privilegiando a las industrias encima del consumo humano”, indicó para Sputnik Alejandro Covarrubias, líder de la organización no gubernamental Frente Nuevo León.
“Si el gobernador culpa a la población por un supuesto exceso en el consumo de agua, no entendemos cómo los invitan a que vengan a la entidad. Se contradice: primero dice que no nos preocupemos, que la Conagua revisará el proyecto de Tesla y determinarán si lo autorizan o no. Después, Conagua declara que no lo van a autorizar y luego, [Samuel García] señala que es un rollo político porque Tesla solo utiliza agua tratada”, señaló.
Una cuestión política y empresarial
Las consecuencias
“Además de las [secuelas] ambientales y los residuos, se sigue replicando un modelo de expropiación de recursos. También suele existir una afectación muy directa a las comunidades locales, que terminan fragmentándose. Es parte de un modelo para que esta sociedad no se pueda defender”, ahondó.
¿Qué significa para la industria automotriz?
Sin embargo, su llegada a Nuevo León “representa un gran beneficio. En cuando a la ubicación, la mayor parte de las automotrices están en la región del Bajío, debido a su fácil acceso al Océano Pacífico y el Golfo de México. [El estado donde se colocará la sede de Tesla] ya había experimentado algo similar con KIA y, antes, con plantas de camiones”, apuntó.