Esta mañana regresé al bello estado de Baja California, a Tijuana, donde me reuní con el sector productivo de la entidad para reafirmar mi compromiso de impulsar una política de desarrollo industrial que permita fortalecer nuestro mercado interno.
En el norte de México se inició en los años 60 el modelo de maquiladoras que nos permitió encadenarnos a la economía y alcanzar altos niveles de producción avanzada. Lamentablemente, la inseguridad y el ambiente económico internacional han frenado su desarrollo en los últimos años. Baja California no ha crecido a su máximo potencial.
Por ello, en este Gobierno nos hemos propuesto transformar a México, a partir de las reformas estructurales que requiere el país, pero también, con políticas públicas que fomenten la competencia y competitividad.
Nuestras metas son claras:
Reactivar el campo mediante una Política de Estado a largo plazo, que permita a las familias que lo trabajan elevar su calidad de vida.
Diseñar y aplicar una nueva Política de Desarrollo Industrial, que permita la generación de productos con alto valor agregado. En este punto, será fundamental elevar el contenido nacional de los productos que exportemos. Vamos a articular mejor la industria maquiladora, con el conjunto de la economía nacional.
Ampliar y fortalecer nuestra política de libre comercio. Es decir, abrir nuevos mercados y aprovechar al máximo, la amplia red de Tratados que tenemos con más de cuarenta países.
En su conjunto, esta estrategia permitirá que México logre crecer a su verdadero potencial y convertirse en una exitosa economía emergente del siglo XXI. Estoy seguro de que para Tijuana, Baja California y para todo México, viene una nueva etapa de trabajo y logros compartidos.