Voces del Periodista Diario

2020: El PAN ambula como ánima en pena

Sinfonía Telúrica

Por Abraham García Ibarra

Aunque no somos dados –como hombres de tinta– a registrar sitios en la Internet, de cuando en vez entramos a las redes sociales en oportunidad de alguna amistosa llamada que nos pregunta  si ya vimos la mención de nuestro nombre en uno que otro insulso mensaje. En esta ocasión, se nos asestó de nuevo al adjetivo: Jacobino trasnochado. Qué le vamos a hacer; a estas alturas del partido, no podemos cambiar de identidad.

Dicho mensaje alude nuestra entrega de hace una semana bajo el rubro: En 1998 Salinas dio el beso del diablo al PAN. En el texto correspondiente, recordamos que la nomenclatura azul asistió en las primeras horas de diciembre de 1988 a Los Pinos, a entregar su alma al diablo.

Si fuera necesario precisarlo, en tratándose del PAN, en nuestra propia cosecha reporteril procuramos insertar testimonios de los propios panistas o ex panistas con los que tuvimos contacto personal. Uno de ellos, don Luis Calderón Vega, padre de ya saben quien, y reputado biógrafo del partido fundado en 1939 por don Manuel Gómez Morín (MGM).

Gómez-Morín Martínez del Río: El PAN “perdió su alma”

Del propio memorable nativo de Batopilas, Chihuahua, en alguna ocasión hemos rescatado el texto de una carta que, nueve años antes de la fundación del PAN, dirigió a José Vasconcelos, invocando la necesidad de una organización estable  y advirtiendo sobre el azaroso actuar en coyunturas políticas.

Al día siguiente de un triunfo, escribió MGM, la fuerza adquirida se desmorona o se convierte en un prestigio y en la inercia de la situación adquirida.

Esa advertencia se cumplió 70 años después, cuando el PAN arribó por primera vez a Los Pinos en 2000, abanderando la candidatura presidencial de Vicente Fox.

En julio de 2018, el PAN, con Ricardo Anaya Cortés, pretendió escalar de nuevo las cumbres pinoleras. El partido del queretano obtuvo el peor registro electoral desde 1994 en comicios a esa escala.

El dato anterior fue recuperado tres meses después por el nieto del fundador del PAN, Manuel Gómez-Morín Martínez del Río, al anunciar su precandidatura a la jefatura nacional azul. El 4 de septiembre de 2018, el postulante afirmó en presentación ante los medios que el panismo ha perdido su alma.

Con El Maquío Clouthier, la politización empresarial del PAN

Del derrumbe del partido de las derechas hemos dado cuenta a lo largo de varias entregas recientes. Algunos escritores han tipificado el proceso como el periodo de politización empresarial del partido, tomando como referencia la candidatura del ex presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana y del Consejo Coordinador Empresarial, Manuel de Jesús Clouthier del Rincón, a la primera magistratura, en 1988.

La nominación del empresario agroindustrial sinaloense, fue sancionada en tiempo y forma por el Comité Ejecutivo Nacional, presidido entonces por el paisano de don Manuel Gómez Morín, el también empresario Luis Héctor Álvarez, quien negoció con el usurpador Salinas de Gortari la Alianza estratégica.

Dos años después, el panismo fue convocado a Convención Nacional para elegir a Álvarez a un segundo mandato. Sobre éste evento señoreó otro, que significó una nueva expresión rupturista.

Irrumpe la convención el Foro Doctrinario y Democrático

La convención dio oportunidad a la presentación del Foro doctrinario y democrático, a cuya cabeza aparecieron José González Torres, José Ángel Conchello y Pablo Emilio Madero; el primero y el tercero, ex candidatos presidenciales y ex jefes nacionales del partido; el segundo, también ex jefe nacional.

Les acompañaron con sus firmas y sus voces dos ex secretarios generales del CEN, a saber: Jesús González Schmall y don Bernardo Bátiz. Un mes después, ya destacaba el nombre de Eugenio Ortiz Gallegos, de la plantilla fundadora del partido.

Aunque algunos medios le metieron sordina a la presentación del Foro, a su implantación casi nacional sirvió el hecho de que la mayoría de sus gestores tenía espacio en las secciones editoriales de diarios y revistas metropolitanos.

Uno de ellos, acusó a prominente militante del partido, Norberto Corella, de haber recibido dinero del Partido Republicano de los Estados Unidos.

Los acorralados foristas se fueron, pero dejaron la víbora chillando

A los foristas se les marcó con ficha negra: En lo sucesivo fueron excluidos de las candidaturas a las gubernaturas de los estados, al Congreso de la Unión y a las legislaturas de los estados. Para octubre de 1992, los disidentes, a excepción de Conchello, dieron por concluidas su pertenencia al partido.

Los dimitentes del PAN se fueron, pero dejaron la víbora chillando. Don Bernardo Bátiz escribió en Excélsior: Otras razones de nuestra separación se refieren a la vida externa del partido, a su apoyo a políticas presidencialistas, al desperdicio de oportunidades excepcionales a fin de acercar a nuestra sociedad nacional a prácticas democráticas más auténticas…

Se cita a don Bernardo, porque estuvo en el grupo que concertó en Los Pinos el pacto con Salinas de Gortari en 1988.

El mea culpa del Consejo Nacional del PAN, en León-1991  

Un año antes, sin embargo, el Consejo Nacional del PAN, en una especie de mea culpa por su pacto con Salinas de Gortari de 1988, en sesión celebrada en León, Guanajuato, denunció: La voluntad democrática y con ella el PAN, nos seguimos enfrentando en 1991 a la cerrazón autocrática. Subsiste el gravísimo problema de la falta de legitimidad política democrática, que se fundamenta sólo en el voto libre y respetado.

La convicción autoritaria de una minoría, sigue la declaración de León, simplemente continúa sin estar dispuesta a someterse al juicio y sanción de los mexicanos, y ha demostrado de variadas formas su negativa a que el voto en México cuente y se cuenta.

Mea culpa, repetimos, porque la citada Alianza estratégica de diciembre de 1988 se pactó con base en la permuta de legitimidad de gestión versus concertacesiones electorales. (Roma usa a los traidores y termina dándole puntapiés en el trasero.)

Llora el PAN, pero no por encontrar a sus padres fundadores

Se van a cumplir dos años de que Manuel Gómez-Morín Martínez del Río declaró que el partido “perdió su alma”. El postulante a la jefatura nacional fue avasallado por el entonces todavía calderoniano, el michoacano Karlo Cortés.

En 2020, el PAN anda como ánima en pena, pero no a manera de La Llorona, que busca a sus hijos. El PAN no se preocupa, en sus desgarradores plañidos, por encontrar a sus padres fundadores. Es cuanto.

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