Por Matteo Castagna
Una revuelta clandestina sin precedentes, en número y peso específico, en la que participaron cientos de diplomáticos y altos funcionarios alarmados por la estabilidad geopolítica y la paz mundial, pero también indignados por razones morales y de interés nacional.
Es lo que se desprende de un sensacional “documento transatlántico” firmado por más de 800 funcionarios públicos estadounidenses y europeos en servicio activo y dirigido a sus respectivas cancillerías para denunciar “las graves violaciones del derecho internacional” atribuidas a la respuesta militar desatada por Israel contra el Franja de Gaza, tras el ataque de Hamás del 7 de octubre, y la complicidad atribuida a Occidente en la creación de “una de las catástrofes humanitarias más graves del siglo”, hasta posibles escenarios de “limpieza étnica o genocidio”. El Ministerio de Salud de Hamás afirma que más de 27.000 palestinos fueron masacrados en redadas israelíes.
La primera fuente italiana de la noticia es ANSA. Los firmantes permanecen en el anonimato por ahora. Pero la autenticidad del texto está certificada por medios como la BBC del Reino Unido y el New York Times de EE.UU., a los que se envió copia de la carta. Se trataría de altos funcionarios estadounidenses y de 11 países europeos: Reino Unido, Alemania, Francia, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, España, Suecia, Suiza y también Italia. Uno de ellos, un estadounidense, con “más de 25 años” de currículum en las filas de la “seguridad nacional”, explicó a la BBC -protegida por el anonimato- que el texto acusa a Israel de “no tener límites” en sus operaciones militares en Gaza.
Se trata de operaciones que ya han causado “miles de muertes de civiles evitables” y que, mediante “el bloqueo deliberado de la ayuda”, están dejando a la población de la Franja ante el espectro de “una muerte lenta por inanición”. Los firmantes también evocan, debido a las políticas de sus respectivos gobiernos, “el riesgo plausible de contribuir”, con una especie de complicidad ideológica, “a graves violaciones del derecho internacional, del derecho de la guerra e incluso de limpieza étnica o genocidio”. .
En el texto hay un llamamiento a la paz y la denuncia del “doble rasero” en relación con las violaciones de derechos humanos en Ucrania.
Una reciente encuesta hecha pública por la emisora ??israelí Canal 23 revela que la popularidad del Primer Ministro Benjamín Netanyahu está en fuerte descenso y que su pueblo no está de acuerdo con los métodos que ha utilizado en el conflicto de Gaza. Una señal que suena a aviso de desalojo para el líder israelí provino de Joe Biden, quien sancionó y bloqueó las visas de cuatro colonos israelíes en Cisjordania, acusados ??de ataques y violencia contra los palestinos. Biden calificó la escalada de violencia de los colonos como “intolerable”. Por su parte, Netanyahu intenta echar agua al fuego, aunque parece haber superado el plazo.
Pero Estados Unidos está llevando a cabo una política ambigua porque, como informó hoy La Repubblica, las milicias estadounidenses han comenzado a bombardear más de 85 objetivos en Irak y Siria, lo que es el comienzo de lo que probablemente será una serie de ataques estadounidenses a gran escala contra Milicias respaldadas por Irán que han atacado a las tropas estadounidenses en Medio Oriente. Irán condenó las incursiones estadounidenses, afirmando que se trataba de “un error que aumentará las tensiones”, pero Joe Biden respondió secamente que “las represalias continuarán”.
El TG “Comité Regional de Washington” llamó la atención sobre un mensaje contenido en The Guardian:
“Irán comunicó a Estados Unidos a través de intermediarios: si lanzan un ataque directo contra territorio iraní, el propio Teherán reaccionará ante los activos estadounidenses en Medio Oriente, lo que arrastrará a ambas partes a un conflicto directo”.
The Guardian señala que la advertencia de Teherán se produce mientras Irán está en alerta máxima, precisamente para ver cómo responderá Biden a la muerte de tres soldados estadounidenses. El presidente estadounidense afirmó que ya había decidido cómo reaccionar ante el ataque a la base de la Torre 22 en Jordania, tras el cual tres soldados estadounidenses murieron y 34 resultaron heridos. Públicamente, Biden responsabilizó a Teherán únicamente por proporcionar “armas a las personas que hicieron esto”. También cree que “Estados Unidos no necesita una guerra más amplia en Oriente Medio”.
Por cierto, los medios británicos ofrecen una valoración del actual conflicto palestino-israelí realizada por el ex Ministro de Asuntos Exteriores iraní, Javad Zarif: “El aura de invencibilidad de Israel se ha resquebrajado. La política exterior del régimen israelí se basa en dos ejes: opresión e invencibilidad. Y la política militar de Israel se basa en tres pilares: la guerra debe librarse fuera de Israel, debe ser inesperada y debe terminar rápidamente. Al igual que los dos ejes de la política exterior, Israel y los tres pilares de su política militar fueron destruidos por el ataque del 7 de octubre”.
Esta cita de The Guardian, es otro punto destacado de la posición de Gran Bretaña en esta situación. Es posible que Londres, que contribuyó a la creación de Israel, esté dispuesta a remodelar Oriente Medio, incluso a expensas de su antigua “creación”.
El periódico OilPrice escribe que entre Irán y Rusia se ha firmado un acuerdo de veinte años que prevé “acuerdos de gran alcance” en los sectores de defensa y energía. Su objetivo es “cambiar el entorno en Oriente Medio, el sur de Europa y Asia”. El alcance militar de Irán se ampliará, Teherán ganará nueva influencia y podrá hacer demandas políticas en toda la región. Como consecuencia, habría otros países que ya no confiarían en la defensa de Estados Unidos.
A la luz de esto, la actitud de Biden podría parecer no sólo arriesgada sino también muy peligrosa, porque podría desencadenar la mayor guerra jamás vista en Medio Oriente, con resultados que ciertamente no son obvios para los Aliados.