Voces del Periodista Diario

Deporte nacional: Sacar esqueletos del closet ajeno

La Piedra en el Zapato

Por Abraham García Ibarra

Cuando, particularmente en periodo electoral, desde lo alto del poder establecido se habla de normalidad democrática, la suspicacia deja mucho que pensar.

Optamos de nuestra parte por la tesis que sostiene que, la primera característica de la democracia, es el conflicto, en cuyo caso se nos dice que democracia es, precisamente, la sociedad en acción; aquella que reconoce el derecho de las diversas parcialidades del espectro político a disentir.

En última lectura, creemos que en la normalidad democrática, después de conocerse los resultados de un proceso electoral, vencedores y vencidos convienen en conducir sus diferendos por los cauces que indica una civilizada lucha de los contrarios.

En México, después del 1 de julio, los medios de comunicación nos ofrecen dos imágenes: 1) La de los que acuden a la guija ,tratando de sacar cadáveres del closet ajeno, y 2) La de aquellos que, “rechinando de limpios”, se sienten autorizados a lanzar la primera piedra contra todo lo que se mueve.

Todo gira en torno a los proyectos gubernamentales futuros y de aquellos a los que el candidato presidencial triunfante asigna responsabilidades en las nuevas políticas públicas.

Reforma energética, en el centro del debate electoral

Desde que arrancaron las precampañas presidenciales, en el centro del discurso electoral estuvo la eventual revisión de la Reforma energética a la luz de los catastróficos resultados que han impactado la solvencia financiera de las dos empresas productivas del Estado: Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad.

Obviamos los actuales estados de cuentas de esos dos entes, que son ya del dominio público, con su lastre de corrupción.

La naturaleza de este tema, nos anima a abordarlo exponiendo una nómina, a saber: Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez Hernández, Jaime Cárdenas, Manuel Bartlett, Bernardo Bátiz Vázquez, Raúl Carranca y Rivas, Juventino Castro Castro, Lorenzo Meyer, Teresa Aguirre, Sarahí Ángeles, Arturo Huerta.

Antonio Gershenson, Francisco Garaicochea, Felipe Ocampo, Benito Rey Romay, Juan Castaingts, Irma Eréndira Sandoval, Jesús González Schmal, Raúl Jiménez, Arnaldo Córdova, Jorge Eduardo Navarrete, René Drucker, Abelardo Cantú, John Saxe-Fernández, Javier Jiménez Espriu, Flavio Ruiz, Rafael Decelis, Rosalbina Garavito, Eugenia Correa, Claudia Sheinbaum, Arturo Cantú, Arturo Guillén, Alfredo Jalife, Manuel Camacho Solís, Gabriel Vidal, Víctor Flores Olea, Alberto Montoya, Mario Di Constanzo, Cuauhtémoc Velasco y Alberto Anaya.

Don Juventino Castro (+), fue ministro de la Corte, después diputado federal; Arnaldo Córdova (+) uno de los más reconocidos teóricos e ideólogos mexicanos; el doctor Drucker (+), un autorizado divulgador de la Ciencia, Arturo Cantú (+), académico, escritor y analista político, Camacho Solís (+), tres veces secretario de Estado y candidato presidencial.

Lorenzo Meyer y Flores Olea son intelectuales e investigadores de elevado prestigio; Saxe-Fernández, Gershenson, Decelis y Jalife son especialistas en materia energética, con luz propia en el debate de política internacional. Muñoz Ledo, de maciza cultura, fue líder del PRI y titular de diversas secretarías de Estado.

Algunos de los nombrados han optado por conservar su independencia intelectual respecto de los partidos políticos, pero la mayoría de los listados ha militado por ruta propia en diversas épocas en al menos cuatro formaciones políticas nacionales de diverso signo y color.

Petróleo y Seguridad Energética

El denominador común de esos mexicanos es su formación y vocación nacionalista; no pocos, en su condición de legisladores, suscribieron el Frente Amplio, impulsor hace una década del simposio Petróleo y Seguridad Energética, convocado en 2008 cuando el ex presidente panista Felipe Calderón introdujo al Congreso de la Unión la primera versión de la Reforma Energética.

En memorias del simposio se apunta que los primeros pasos para la construcción de un movimiento social en defensa del petróleo, se dieron cuando las fuerzas sociales encabezadas por Andrés Manuel López Obrador alertaron que existía ya una propuesta para privatizar el petróleo.

En el evento comentado, Manuel Bartlett Díaz denunció: No es privatización, es desnacionalización del petróleo. Brujo. Jiménez Espriu advirtió: En juego, el futuro de la ingeniería mexicana, el desarrollo científico y la soberanía nacional.

Alberto Montoya, se refirió al petróleo y la seguridad nacional  y planteó la necesidad de un nuevo pacto social para el desarrollo nacional.

Se menciona especialmente a esos tres ponentes, porque hoy aparecen propuestos para la conducción del sector energético.

Sembrar el petróleo para el futuro de México

De las primeras sesiones de aquel foro, que tenía dos años en gestación, sólo retomaremos unas líneas del mensaje pronunciado por Muñoz Ledo: Decía un gran filósofo venezolano: Hay que sembrar el petróleo en las escuelas.

Aquí, subrayó Muñoz Ledo, vamos a exigir que se siembre el petróleo en ciencia, en tecnología, en crecimiento, en infraestructura; en el salto que necesita dar México hacia el futuro.

Particularmente en el Senado, bajo control del PRI, no se escuchó el clamor de aquellas fuerzas sociales representadas por hombres que sabían de qué hablaban: Se le dio curso a la reforma energética calderoniana.

Misión cumplida: Nuevas administradoras de contratos

Advertido desde entonces, por la Fundación Colosio (del PRI), que la iniciativa de la presidencia panista condenaba a Pemex a convertirse en una mera administradora de contratos, sin embargo Enrique Peña Nieto utilizó el fáctico Pacto por México para reformar la Constitución por la que concretó la segunda Reforma Energética.

Los resultados están a la vista: Pemex y CFE, en efecto, son meras dispensadoras y administradoras de contratos de energía y están en quiebra técnica, si no maquinada, desde todos los costados por las que se les vea.

El mercado mexicano de derivados del petróleo está inundado por productos importados, sus consumidores los pagan a costos de dólar y los usuarios de servicios de energía eléctrica, sobre todo de uso doméstico, no encuentran cómo cubrir las onerosas facturaciones bimestrales.

La Hacienda pública federal y la de los estados,  no obstante la mejoría de las cotizaciones petroleras internacionales, que en este periodo vuelven a la alza, está estrangulada.

El criminal e insoportable impuesto a la pobreza

En su inmensa mayoría, los votantes mexicanos votaron el 1 de julio por cambiar ese estado de cosas.

La decadencia del sector energético mexicano, al final del recorrido, se expresa en una galopante inflación, fenómeno que los fiscalistas identifican como el más gravoso impuesto a la pobreza.

La quiebra de México no está en el presupuesto crítico de los que parlamentan con la guija para sacar esqueletos del closet. Están ocupados en la cacería de brujas, este insano deporte nacional. Es cuanto.

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