Por Rodolfo Ondarza*
En este Día Mundial de la Salud Mental le deseo a mi México que un día pueda librarse del 30% de los líderes que padecen sociopatía y psicopatía, y que se encuentran en todos los órdenes sociales, políticos, económicos y religiosos.
Espero para nuestro México que su pueblo cobremos consciencia clara de nuestra situación social, y luchemos siempre por la justicia social, por la igualdad de oportunidades, y nuestras libertades.
Deseo para nuestro México que nuestro argumento sea siempre la evidencia inteligente y la tolerancia, y no el rumor y la creencia.
Que la desinformación y la infodemia dejen de amenazar criminalmente la salud mental de los mexicanos.
Que cese para nosotros la influencia de pseudo informadores, deportistas y de gente de la farándula que tratan de cambiar nuestras percepciones y valores respondiendo a grandes intereses económicos. Adoradores del “tanto tienes, tanto vales”, sin importar el cómo se obtuvo. Perpetuadores de la corrupción y de la impunidad.
Todo ello lleva a tener una sociedad decadente y mentalmente enferma. Se trata de personeros que desprecian al pueblo, y se inclinan ante el poderoso, que saquean las riquezas nacionales y venden a la Patria.
Que como sociedad fundemos nuestro destino en principios, en la ética, en el reconocimiento del talento, del esfuerzo, del conocimiento, de la inteligencia, de la honestidad, de la meritocracia.
Que como pueblo nos libremos del narcisismo patológico, de los rasgos sociopáticos, de la selfitis, de la vida de fantasía, de la discriminación y de la intolerancia. Y nos apeguemos a la realidad, al análisis, a la verdad.
En este Día Mundial de la Salud Mental, deseo para nuestro México que nunca, como pueblo, dejemos de luchar por despertar y tomar consciencia de nuestra realidad individual y social, para que siempre seamos dueños de nuestro propio destino.
Y con ello lograr la equidad, la igualdad de oportunidades, la justicia social y nuestras libertades, en un entorno de respeto a los derechos humanos.
Para conseguirlo espero para México que la Salud sea vista como una prioridad para los mexicanos, como un elemento fundamental de seguridad nacional y de nuestra autonomía, y se le dé la importancia debida a la atención primaria a la salud, abandonada en sexenios anteriores en su afán de privatización de la Salud.
La Salud Mental debe ser vista como la punta de lanza en esta misión.
Somos seres humanos, pensamos, sentimos, somos creativos y productivos, amamos, gracias a nuestro cerebro, a nuestra mente.
La ansiedad, la depresión y el suicidio han llegado a ser una de las principales causas de muerte, en particular entre los jóvenes de 15 a 25 años. La pandemia por COVID-19 ha agravado la situación con el aislamiento, la incertidumbre al futuro, el miedo a la muerte, la falta de muestras de calidez y afecto humano, los problemas económicos con pérdida de empleos, dentro de una crisis económica mundial que antecedió a la pandemia.
Todo ello ha elevado el alcoholismo, la drogadicción, y como consecuencia la violencia intrafamiliar, el maltrato a menores, el bullyng y cyberbullyng, el abuso sexual, el abandono de adultos mayores, etc.
La peligrosa politización de la pandemia enfocada a la desestabilización gubernamental mediante la desorientación ciudadana ha jugado un papel importante en el deterioro de la salud mental individual y colectiva.
En sexenios anterior se retiró la importancia que tiene la enseñanza del civismo, de la ética y de la filosofía de las aulas escolares, pilares de nuestro comportamiento social, restándose apoyo al deporte, la cultura, etc.
Los anteriores son factores que detonan trastornos mentales y psiquiátricos, y también al abandono de tratamientos, muchas veces simplemente por la imposibilidad de pagarlos, y a enfermedades físicas como gastritis, úlceras gástricas, colitis, cefalea, hipertensión, etc.
El derecho humano a la salud debe ser garantizado universalmente, incluida la Salud Mental. Para lo cual es indispensable un sistema de atención humanista, humanitario, solidario y empático, que visualice la gratuidad y el mismo tipo de acceso, de excelencia, para cualquier ciudadano.
De ahí que los recursos económicos orientados a la Salud , emanados del dinero de todos nosotros, deben ser considerados como los cimientos nacionales sobre los que es fundamental efectuar una inversión racional, y tener una elevación del producto interno bruto destinado a este rubro; elevando, obviamente lo que a la fecha se dedica a la Salud Mental.
Los empleadores, incluida la iniciativa privada deben prever que el ausentismo laboral debido a trastornos mentales, como la depresión, puede ser la causa de 30% de sus pérdidas económicas; y que aunque físicamente se encuentre el empleado en su puesto de trabajo, si su condición de salud mental no es la apropiada, se verá mermada su productividad. Por lo que la inversión en la Salud Física y Mental de los trabajadores siempre incrementará las ganancias de cualquier empresa.
No únicamente la psicología y la psiquiatría clínicas deben ser tomadas en cuenta para conseguir los cambios y transformaciones que requerimos, también lo deben ser la psicología preventiva, la psicología social, y otras disciplinas tales como la antropología social, la sociología, la filosofía, etc.
La problemática debe tener un tratamiento multidisciplinario e interdisciplinario. En donde exista voluntad política, contemplando en todo momento los derechos humanos, con la elaboración de normatividad y leyes que velen por quienes son afectados por algún trastorno mental, que puede ser de una tercera parte de la población.
La noticia que ha dado el Dr. Hugo López-Gatell, Subsecretario de Prevención y Promoción a la Salud, con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, sobre la creación de la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones es de celebrarse, ya que sin duda incidirá muy positivamente sobre las políticas públicas de Salud Mental. Enhorabuena México.
Es deseable para México que exista un mayor entendimiento de la necesidad imperiosa de la Salud Mental individual y social.
Nuestra consciencia, paz y armonía son bienes preciosos e invaluables.
Rodolfo Ondarza* Neurocirujano. Activista en la Defensa de los Derechos Humanos.