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Un entorno frágil al cierre del 2017: CEESP

CEESP.40 aniversarioAnálisis Económico Ejecutivo

Por el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP)

Hace algunos días la OECD dio a conocer sus pronósticos de crecimiento señalando que México cerrará el 2017 mejor de lo esperado, toda vez que estima que tenga un avance de 2.4%, medio punto porcentual por arriba de la estimación previa. El Fondo Monetario Internacional hizo lo mismo y elevó su pronóstico a 2.1%, dos décimas de punto porcentual más. No obstante, estas estimaciones no parecen reflejar la evolución reciente de los principales indicadores económicos de México.

Banco de México. Foto: Wikipedia
Banco de México. Foto: Wikipedia

Por el contrario, el Banco de México realizó un ajuste a la baja que ubica el pronóstico de crecimiento del PIB de México para el presente año en un rango de entre 1.8% y 2.3%, después de que anticipaba uno de 2.0% y 2.5%. Esto bajo el argumento del impacto que tuvieron los sismos de septiembre pasado sobre la actividad productiva del país.

No obstante, los indicadores de nuestro país, más allá de solo reflejar el efecto temporal de los sismos de septiembre, muestran una tendencia a la baja desde principios del año, lo que sugiere que el último trimestre mantendrá esa dinámica.

En este entorno, las cifras indican que en septiembre la actividad industrial ya acumuló tres meses consecutivos con variaciones anuales negativas, respondiendo principalmente al debilitamiento de la producción petrolera y de la actividad de la construcción, especialmente en el rubro de infraestructura, lo que refleja la constante caída en la inversión pública.

ANTAD. LogoEn cuanto a la evolución del consumo, las ventas al menudeo reportaron en septiembre su primera caída anual desde octubre del 2013, además de que cifras más actualizadas sobre el comportamiento de las ventas de la ANTAD reportan que en octubre las ventas a tiendas iguales acumularon seis caídas consecutivas en términos reales y las ventas totales reportaron su primera variación negativa desde septiembre del 2014. El sector servicios, aun cuando mantiene resultados positivos, muestra una clara tendencia descendente.

La inflación por su parte, retomó fuerza en la primera quincena de noviembre, reflejando por una parte, el efecto estacional del ajuste de las tarifas eléctricas, aunque un factor que ha presionado el indicador general es el ajuste que han tenido los precios del gas doméstico y de las gasolinas, que muestran en el primer caso, alzas anuales superiores a 30% y en el segundo cercanas a 20%. En este entorno, la inflación al cierre del 2017 podría acercarse a 6.6%, con su consecuente efecto sobre el poder adquisitivo de los hogares.

Evidentemente la inflación ha incidido negativamente en el poder adquisitivo de los salarios, incluso los datos de la Secretaría del Trabajo muestran que durante los primeros diez meses del año el salario contractual real reporta variaciones anuales negativas.

Edificio CONEVAL
Edificio CONEVAL

De hecho, el CONEVAL informó que durante el tercer trimestre del año el ingreso laboral per cápita se redujo 2.1% en términos reales respecto a similar lapso del año pasado, además de que el porcentaje de la población con ingreso laboral por debajo del valor de la canasta básica se ubicó en 41.8%, lo que significó un aumento de 1.8 puntos porcentuales en comparación con el porcentaje del tercer trimestre del 2016.

Aunado a esto, el índice de tendencia laboral de la pobreza (ITLP) “que muestra trimestralmente la tendencia de la proporción de personas que no pueden adquirir la canasta alimentaria con el ingreso de su trabajo” reportó un aumento anual de 4.6%, que es su primera alza después de cinco descensos consecutivos.

SNSP. EscudoPero el entorno general no solo muestra una moderación en la evolución de los indicadores económicos, también resalta un deterioro importante en temas de corrupción, impunidad e inseguridad que inciden directamente en la toma de decisiones de los hogares y las empresas, que al final de día impactan al consumo y la inversión. Los datos son preocupantes en este ámbito, puesto que según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), octubre fue el mes más violento en los últimos 20 años al reportar 2,371 casos de homicidio doloso.

Ante un entorno como este, además de la incertidumbre que prevalece sobre los posibles efectos de la renegociación el TLCAN y de la reforma fiscal en los Estados Unidos, es evidente que se requerirá un plan de gobierno que contemple acciones que lleven a México a convertirse en un país seguro, productivo y competitivo.

Los candidatos a la presidencia deberán hacer frente a esta situación, por lo que es fundamental que tengan una visión clara de lo que se requiere para lograr que nuestro país retome un camino de crecimiento sostenido con empleo suficiente y bien remunerado para satisfacer las necesidades de un mayor bienestar de los hogares.

Las propuestas de campaña deberán ser claras, creíbles y concretas. No solo un puñado de metas populistas que simplemente se quedan en promesas sin cumplir a costa de un mayor deterioro de la situación de las familias. Sobre todo, cuando estamos entrampados en un entorno históricamente negativo en materia de corrupción, impunidad e inseguridad, además del cambio estructural que pueden representar las modificaciones en las reglas del comercio con el exterior.

Sin duda la población está dispuesta a depositar su confianza en acciones que den resultados visibles y permanentes.

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Redacción Voces del Periodista