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La reina virgen y el “vampiro gay” | Mitos y mitotes

MITOS Y MITOTES

La reina virgen y el “vampiro gay”

Héctor Chavarría

 

Bram Stoker es famoso por su novela Drácula y muy pocos saben que además de esta obra cumbre de la literatura de horror, escribió varias otras cosas, entre ellas el libro Impostores famosos, publicado en Inglaterra en 1910, apenas dos años antes de su muerte.

BRAM TUVO una vida peculiar y, a pesar de ser un excelente escritor, no obtuvo en vida la fama que merecía y sus trabajos fueron famosos después de su muerte, la cual tuvo lugar en la miseria y aunque Drácula ya era relativamente famosa, pocos se enteraron del fallecimiento del autor pues en esos días la noticia era la tragedia de la Titanic, ocurrida cinco días antes de la muerte de Stoker.

         En su libro sobre impostores cita una conocida leyenda sobre la reina Isabel I… la de que la última monarca Tudor era un hombre.

         Una habladuría en boga desde que la reina aún vivía, en buena medida en busca de una explicación a su recio carácter.

La Reina Virgen

LA REINA ISABEL I de Inglaterra, la última monarca de la dinastía Tudor, murió soltera y sin hijos, allá por el año 1603. De haber dado a luz algún descendiente, hubiera sido toda una sorpresa. Presumiblemente, su corona de reina la sostenía un cuerpo de hombre. Leyenda que nació a la sombra del hecho peculiar de que, a la reina fallecida, no se le practicó autopsia.

Para entender la leyenda, quizás habría que retroceder hasta su niñez, cuando aún gobernaba su irascible padre, Enrique VIII, rey de Inglaterra y señor de Irlanda. La pequeña princesa Isabel, hija de la desventurada Ana Bolena, había viajado a la localidad de Bisley con su institutriz. Allí, el viento frío de la comarca la enfermó. Según esta versión, Isabel contrajo unas fiebres que acabaron con su vida, justo cuando su progenitor Enrique VIII, llegaba a la aldea para visitarla. La institutriz de la princesa no se atrevió a dar la triste noticia a su monarca, temiendo su reacción y trazó un plan atrevido.

La niñera buscó en la comarca una niña sustituta para recibir al rey, pero no la encontró. Ninguna tenía ni la edad ni la estatura de Isabel. A punto de claudicar, la institutriz se arriesgó, creando una “ilusión”. Así, vistió de princesa a un joven niño, con el cual la difunta Isabel se había encariñado.

Ni en cuenta del engaño

LA VISITA REAL aconteció sin mayores percances. No en vano, el monarca apenas pasaba tiempo con su hija y, durante el breve encuentro, la pequeña Isabel –ahora joven impostor—, ni siquiera suscitó las sospechas de su padre.

Aquella impostura duró años. La localidad de Bisley estaba lo suficientemente aislada del reino para salvaguardar el terrible secreto. Sin embargo, los acontecimientos intrigas y asesinatos, situaron a la joven princesa Isabel en la línea de sucesión al trono de Inglaterra.

Entonces, como en otra intriga, todos los conocedores del novelesco cambio de personalidad, desaparecieron de la faz de la Tierra.

Tan sólo dos personas quedaron vivas. Una de ellas era la institutriz de la princesa, la señora Ashley, además de Thomas Parry, supuesto padre del joven sustituto, quien se convertiría, bajo su disfraz principesco, en la última reina de Inglaterra en la dinastía Tudor. Isabel I llegó al trono inglés soltera y nunca contrajo matrimonio ni tuvo descendencia. Su pueblo la llamaba La Reina Virgen. Sin embargo, a pesar de su máscara de frialdad andrógina, hubo muchas habladurías sobre sus amantes e incluso sobre el supuesto parto de un bastardo, el cual habría sido criado en secreto. Isabel siempre dijo que ella “estaba casada con Inglaterra” y rechazó las múltiples propuestas de matrimonio de otras dinastías pues “…no estaba dispuesta a ser dominada por un hombre.”

Su reinado fue brillante y sentó las bases para la grandeza de Inglaterra, ganó guerras, impulsó la exploración y el comercio, acosó a sus enemigos mediante corsarios y fue un ejemplo a seguir para futuros reyes y reinas.

Creador de vampiros y otros monstruos

BRAM STOKER TUVO una infancia difícil.De pequeño sufrió una enfermedad que no le permitía caminar, por lo que sus primeros años los pasó en cama. Para animar sus días, su madre le contaba historias de fantasmas y misterio, las cuales le marcarían el resto de su vida, pues en su adultez mantuvo la preferencia por ese género para escribir sus propios relatos. Repuesto de su enfermedad llegó a ser campeón juvenil en deportes.

Entre 1867 y 1868 trabajó como funcionario en el castillo de Dublín, sede del gobierno en Irlanda. Durante esa misma época realizó crítica de teatro para el Dublin Evening Mail, cuyo copropietario era el escritor Sheridan Le Fanu, autor de Carmilla, una de las primeras obras de vampiros, de la cual Stoker tomaría varios elementos para crear a su famosísimo conde Drácula. Carmilla fue en su tiempo un escándalo, por su abierta mención de la homosexualidad femenina… tema tabú en aquellos púdicos años victorianos.

A los 31 años, Stoker se casó con Florence Balcombe, una hermosa joven de apenas 19 años, quien había sido “novia” de Oscar Wilde, el genial y famoso escritor homosexual, protagonista de un fenomenal escándalo.

En su edad madura, durante la última década del siglo XIX, mientras trabajaba con Henry Irving, Bram Stoker comenzó a escribir novelas, entre las que destaca Drácula: obra maestra del escritor irlandés, con la que adquirió gran fama e inmortalidad. Al respecto de Drácula, Oscar Wilde expresó que era la novela de terror mejor escrita de todos los tiempos. El libro también recibió grandes elogios de otros excelentes escritores, como Arthur Conan Doyle. Drácula fue publicada en 1897, cuando su autor contaba con 50 años. Desde entonces no ha dejado de publicarse, siendo traducida a 50 idiomas diferentes y vendiendo más de 12 millones de copias.

¿Por qué atacar a Isabel?

NUNCA HA quedado claro el motivo de Stoker para revivir la leyenda de la masculinidad de Isabel, el propio autor jamás lo comentó, por lo menos que se sepa y él, tampoco estuvo a salvo de habladurías, se dijo que la sífilis que lo mató no la contrajo por frecuentar burdeles, sino por relaciones homosexuales pues en el círculo de sus amigos había varios, de los cuales el más notorio era Wilde. Esa podría haber sido una causa, la otra y no menos importante era que el irlandés Bram era católico y éstos sentían un particular encono contra Isabel pues ella había afianzado a la iglesia anglicana de su padre, marcando la separación definitiva de Inglaterra respecto de Roma.

Finalmente, Bram Stoker murió en 1912, a la edad de 64 años. Su esposa, Florance se quedó administrando su legado literario, y a su muerte dio a conocer el breve relato: “El invitado de Drácula”. También emprendió una demanda, reclamando una compensación económica y el reconocimiento intelectual de su esposo, por la producción alemana de la película Nosferatu, basada en la obra de Stoker. Lo de la “hombría” de Isabel, quedó para la historia como un trabajo más de ficción.

 

Revista VOCES DEL PERIODISTA Edición 399.

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