Voces del Periodista Diario

Fútbol molero; diplomacia frijolera

EL LECHO DE PROCUSTO Por: Abraham García Ibarra

Desde que la selección mexicana de fútbol confirmó el apotegma de que en cada torneo internacional juega como nunca y pierde como siempre y en Los Pinos “la pareja presidencial” inauguró la temporada de sudar la verde ante las cámaras de televisión, percibimos cierto paralelismo entre aquel deporte mercantilizado y eso que llaman política en México. Los resultados parecen acreditar la hipótesis siamesa.

Hoy se cantan las glorias a los ratoncitos verdes porque ayer le metieron 3-1 a la selección de El Salvador en la Copa Oro. (“Oro”, sólo que sea por las bolsas que se embuchacan las empresas de medios electrónicos y la Federación Mexicana de Fútbol-FMF).

La FMF litiga en la FIFA por las multas que ésta le ha venido asestando por recurrentes gritos homofóbicos que se escuchan en los estadios. El director técnico del seleccionado, Juan Carlos Osorio regresó de Rusia castigado con seis partidor por el Tribunal de Arbitraje Deportivo por no saber perder frente a los grandes en la reciente Copa Confederaciones.

La selección mexicana jugó ayer contra El Salvador con su director técnico fuera de la cancha. Lo hicieron muy bien los muchachos con su entrenador a distancia. Están a la altura de los mejores de la región bananera: Ya van de nuevo al Mundial de Rusia.

De la prosperidad de AN, a la prosperidad centroamericana

Cambio de página: A principios del siglo XIX los más pesados de la Nueva España se postraron en genuflexiones ante un criollo ilustrado que se autoproclamó Emperador de México. En la segunda mitad del siglo, los de la Junta de Notables trajeron a México a un culto noble austriaco, también investido emperador. Siempre la vocación de súbditos.

Ahora, los “dignatarios” mexicanos tienen que humillarse a los pies de un zafio mercader, huésped de la Casa Blanca: Se las volvió a hacer recientemente en Hamburgo, Alemania, con lo del muro.

El vaquero de las botas de charol, Vicente Fox, se hablaba de tu con los mandones de Washington. Incorporó a México a la Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte. No cualquiera.

Con Luis Videgaray Caso en Relaciones Exteriores, México fue promovido por Washington  al liderazgo de la Alianza para la Seguridad y Prosperidad de Centroamérica después de haber fracasado en la operación  de la Organización de Estados Americanos (OEA), en cuya reciente Asamblea General México fue habilitado como fiscal acusador contra el régimen venezolano. América Central, el hábitat natural del Estado que hasta hace poco tiempo era reconocido como líder de América Latina.

Con esas cartas, que no alcanzan ni para armar una tercia de cuatros, México está emplazado a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Ya lo dijo Trump en Hamburgo: Todo o nada. Revisión total de ese instrumento comercial o saca a los Estados Unidos de ese instrumento.

Lo más que pide México en la agenda que se abrirá en agosto es una reforma migratoria, cuando gruesos segmentos de los estados con más expulsión de trabajadores migratorios hacia la Unión Americana, es la cláusula de libre tránsito de mano de obra, como ya está establecido en Europa.

Conclusión preliminar: México tiene un fútbol molero. México tiene una diplomacia frijolera. Es cuanto.

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