Ojo Público
Por Norberto Hernández Montiel
El secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, durante una breve participación en la conferencia de prensa mañanera, se refirió a un tema que requiere una reflexión profunda: El de la autorización para el funcionamiento de casinos en nuestro país; reveló cifras respecto al número de concesiones durante la gestión de Vicente Fox y más concretamente durante el tiempo en el cual Santiago Creel Miranda ocupó la Secretaría de Gobernación.
A través de tal declaración, del pasado 12 de mayo, López Hernández detalló que de los 340 casinos abiertos durante el sexenio foxista, los permisos para la operación de 153 se extendieron bajo la gestión de Santiago Creel, evidente aspirante panista a la candidatura por la Presidencia de la República para 2024.
¿Por qué meditar sobre los casinos? Leamos un fragmento de la novela testimonial “Casino”, escrita por Nicholas Pileggi durante la década de los noventa. El autor relata la forma como Frank “El Zurdo” Rosenthal, legalmente perseguido por el Federal Bureau of Investigation (FBI), a causa de transacciones sucias relacionadas con apuestas, descubre que en la ciudad de Las Vegas él no es un delincuente, como en su natal Chicago, sino se le ve como un próspero hombre de negocios.
Dijo “El Zurdo”: “En mi vida he visto un negocio en el que la gente estuviera tan dispuesta a entregarte su dinero. Les proporcionas una copa y un sueño y ellos te entregan la cartera.
“Una noche cogí el coche y fui a Henderson, a cenar tranquilamente con alguien. Era un lugar pequeño. Había una mesa de dados y dos de black jack (un juego de baraja). Allí se detuvo una casa móvil y de ella bajó un tipo con toda la familia. Estaban a casi 50 kilómetros de Las Vegas, pero era su primera parada.
“Se habían detenido allí porque fuera vieron un letrero que decía: ‘Comidas a 49 centavos durante las 24 horas del día’. Aquel individuo se metió al establecimiento para comer barato y se puso a jugar al black jack. Tan sólo durante el tiempo que permanecí yo allí sentado él dejó dos mil 400 dólares. Ni siquiera llegó a Las Vegas. Metió de nuevo a la familia en la casa móvil y regresó. ‘El Zurdo’ nunca olvidó aquel incidente. Le fue obsesionando la idea de aprender todo lo posible en aquel negocio”. Fin de la cita.
Esta novela sirvió como base para la película, también llamada “Casino”, dirigida por Martin Scorsese, en la cual se nos brinda un atisbo al mundo sórdido al cual se atrae a un número tan incalculable de incautos, como formidables son las ganancias de los propietarios de estos lugares, que además de fomentar la adicción al juego de azar, operan con base en el engaño de que alguien puede obtener un fabuloso ingreso sin trabajar, cuando el fundamento del negocio es que sólo la casa gana. Se apela a la codicia para hacer caer a la víctima.
Es necesario repetirlo: El verdadero ganador en estos negocios, es el organizador y sus enormes ingresos provienen de ilusos que anhelan enriquecerse sin un esfuerzo aparente, porque no sólo acaban disipando lo apostado, sino pierden la tranquilidad, del mismo modo que un adicto a cualquier clase de droga.
Tal adicción se ha fomentado masivamente en nuestro país desde los inicios de la radio y posteriormente la televisión. El incremento de audiencia en emisoras como XEW y los canales de Telesistema Mexicano se basó, además del entretenimiento, en programas de sorteos, de los cuales uno que otro participante regresaba a su casa con algún aparato electrodoméstico.
El principal impacto de estas trasmisiones es cultural, debido a que se induce entre un auditorio descomunal –porque la señal llega regularmente a multitud de países– la idea, es indispensable reiterarlo, de una ganancia fácil y se fomenta la adicción al juego de azar con todas las consecuencias personales, familiares y sociales que lleva aparejadas, pero además se destruyen valores y principios.
Esta perniciosa influencia viene de mediados del siglo pasado, con Televicentro-Telesistema Mexicano-Televisa transformada en una empresa de dimensiones monstruosas, cuya oferta, básicamente estuvo y está basada en el entretenimiento intrascendente y los programas de concursos y sorteos, que en el fondo refuerzan la ilusión de la que habló Rosenthal.
Recordemos una vez más al próspero empresario de Las Vegas, a los incautos se les “proporciona una copa (la embriaguez del juego de azar) y un sueño (el de la ganancia fácil) y ellos te entregan la cartera”. Él mismo reconoció que se trata de un robo, disimulado detrás de una oferta que apela a la codicia con el fin de esquilmar a sus despreocupadas y descuidadas víctimas.
La bruñida superficie de la ruleta es un engaño hipnótico y el “giro de la fortuna” es inexistente. Todo ese aparato esconde una estafa legalizada.
Volvamos a la declaración de Adán Augusto López Hernández: Durante la administración de Vicente Fox, se otorgaron permisos para la operación de 340 casinos, la mayor cantidad durante las últimas administraciones, “e incluso en la historia del país”. De ese total, 153 se autorizaron durante el periodo en que el secretario de Gobernación era Santiago Creel, un número mayor a los entregados en las gestiones de Felipe Calderón Hinojosa o Enrique Peña Nieto.
¿Cómo sería un sexenio gobernado por este hombre, que promovió la instalación de tal cantidad de casinos en nuestro país? ¿Pensó por un momento en la repercusión social de tales actos? Gobernar un país es una gran responsabilidad que no se puede dejar en manos de cualquiera.