Por Rodolfo Ondarza Rovira
Es clara la estrategia terrorista de sabotaje ucraniana y de la OTAN, tanto en territorio ucraniano como fuera de sus fronteras; con resultados nefastos sobre su propia población y de ecocidio.
Estos actos de sabotaje también han afectado la economía europea y mundial, tanto en la distribución de alimento, fertilizantes y petróleo.
También han existido otras tácticas que ponen en riesgo la existencia misma de la especie humana, como los laboratorios de armas biológicas.
Por ejemplo el ataque a los gasoductos Nord Stream haciéndolos explotar, operación de sabotaje encubierta, en el lecho marino del mar Báltico, a unos 70 metros de profundidad, en septiembre del año pasado.
O la explosión del puente del estrecho de Kerch, el único que une Rusia y Crimea en octubre, también del año pasado.
Ahora se han perpetrado dos actos terroristas más:
La voladura del ducto Togliatti-Odesa, diseñado para conducir amoníaco desde Rusia a través de Ucrania para su exportación a través del puerto de Odesa. Lo que era parte de acuerdo de exportación de granos desde puertos del mar Negro
Este ducto tenía la capacidad de suministrar dos millones de toneladas anuales de amoníaco, con lo que existía la posibilidad de producir fertilizantes para cultivar alimentos para 45 millones de personas.
Aunado a esto se suma el atentado terrorista contra la represa de la hidroeléctrica de Kajovka, ubicada en el río Dniéper, en la región de Jersón. Y en posesión de Rusia desde febrero de 2022; lo que llevó a evacuación de diversos poblados y a la posibilidad de devastación a gran escala.
Esta es una de las seis presas a lo largo del río Dniéper y es fuente del vital líquido para el sureste de Ucrania y la península de Crimea, anexada por Rusia en 2014.
Asimismo, la presa de Kajovka suministra agua para la planta nuclear de Zaporiyia, que se encuentra río arriba que también está ahora bajo control de Moscú, y dado que existen otras fuentes de agua para la refrigeración de sus reactores, se encuentra aparentemente fuera de peligro.
De estos actos terroristas Kiev ha culpado a Moscú. Sin embargo, no existe ninguna razón por la cual Rusia pudiera salir beneficiada.
Estos actos de sabotaje han claramente dañado al pueblo ucraniano, a diferentes regiones europeas, y al mundo entero, sin importar el sitio donde vivamos.
Y colocan a la humanidad en riesgo ante la sombra de un probable estallido nuclear de seguir esta escalada. Algo de lo que nadie saldría indemne.
Rodolfo Ondarza* Neurocirujano. Presidente de la Comisión de Salud durante la VI Legislatura de la ALDF. Activista en la defensa de DDHH. @DrOndarza