Por Matteo Castagna
En un mundo donde todo avanza rápidamente, especialmente las noticias, podemos destacar dos de especial importancia: el encuentro entre el presidente de la República Popular China, Xi Jinping , y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden , y el Foro internacional de San Petersburgo. , donde participó el presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin.
Al final de la reunión del APEC en San Francisco, la cumbre Biden-Xi transcurrió como se esperaba: acuerdos sobre el fármaco fentanilo, producido en China y muy extendido en Estados Unidos, sobre algunas cuestiones económicas y sobre el uso de la inteligencia artificial. Más importante es la distensión declarada en las relaciones de guerra en el Mar Meridional de China. No se mencionaron los temas más candentes, como Ucrania y Palestina.
Por un lado, Biden nos ha enseñado que ya no es un “pecado mortal” intentar tratar con alguien a quien él mismo ha llamado “dictador” . Por otro lado, Xi Jinping nos ha demostrado determinación al querer señalar a China como un gran e indispensable interlocutor internacional, al menos a nivel económico y militar. Se puede decir que no fue un encuentro cordial, sino distendido, profesional y diplomático, cuya utilidad quedó profundamente ambigua, dando la impresión de que las dos superpotencias pretendían “olfatearse” mutuamente, ante un futuro próximo que sigue siendo muy incierto.
A pesar de las sanciones, una delegación rusa fue invitada a San Francisco , encabezada por la portavoz del Ministro ruso de Asuntos Exteriores, María Zakharova, que comentó: “Estados Unidos ha comenzado a dar muestras de su voluntad de entablar un diálogo pragmático e informal con nosotros, incluso si detrás de escena”.
Mientras tanto, todos los observadores asisten a la involución de la cuestión de Ucrania , donde Zelensky está cada vez más débil y solo, por miedo a un giro definitivo de Occidente, que le haría perder pronto la guerra con Rusia. Así lo demuestra la oportuna llegada, en misión urgente, a Kiev del director de la CIA, William Burns.
El régimen del ex comediante corre el riesgo de derrumbarse, también debido a conflictos internos y víctimas insuperables. ¿Se declarará la derrota de Zelensky o se acerca un golpe de Estado?
Tras la repentina ralentización de la UE en la garantía de armamento y de nuevas ayudas a Kiev, la oficina de prensa de la Casa Blanca emitió un comunicado anunciando que el presidente, Joe Biden, ha firmado la ley denominada “Ley de nuevas asignaciones y otras extensiones de financiación para 2024”, cuyo contenido ya había sido ha sido aprobado por ambas cámaras del Congreso de Estados Unidos, que proporciona a las agencias federales asignaciones para el año fiscal 2024, que no incluye la ayuda a Ucrania e Israel.
Vladimir Putin asistió al Foro Cultural Internacional de San Petersburgo, donde criticó la “globalización vulgar” y la expansión cultural, destacando que han aumentado el potencial de conflicto en el mundo. Subrayó la buena salud de las finanzas rusas en comparación con las europeas, anunciando que a finales de año el crecimiento del país será superior al 3%.
“Rusia -declaró Putin con satisfacción- ha aumentado el gasto en cultura 20 veces en 10 años”, estigmatizando a cierta cultura occidental , que también ha intentado inmiscuirse en el arte y la literatura rusos. Finalmente, prometió un gran esfuerzo en el sentido identitario para limitar el uso de palabras extranjeras en el espacio público, incluida la publicidad y los medios de comunicación.
Putin defendió tenazmente “el valor de la diversidad cultural para un mundo multipolar justo”, y dijo que “declarar la exclusividad de alguien en la sociedad humana es inaceptable; las personas no pueden dividirse en primera y segunda clase, como la carne” y declara a Rusia preparada para un mundo multipolar.
A la pregunta: “¿Rusia debería cerrar la ventana a Europa?”, el Presidente ruso respondió sagazmente: “Si hay viento, puedes cerrarla un poco para no pasar frío”.