“Los mayores hicieron la ciudad;
la hicieron con una cruz y una espalda.”
Jorge Luis Borges
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“En el poder, hay división del trabajo: el ejército, las bandas armadas y los asesinos sueltos se ocupan de las contradicciones sociales y la lucha de clases. Los civiles tienen a su cargo los discursos”.
—Eduardo Galeano.
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Va a pasar a la historia.
Es una frase de Claudia Sheinbaum dedicada al presidente López Obrador, su mentor, el 31 de enero.
No hay honor más grande para un mexicano, al margen de homenajes, reconocimientos y dedicatorias –su nombre, en bronce, en calles, escuelas, colonias y poblados—, que verse en las páginas del libro de texto gratuito, en referencia a las grandes gestas de la nación. Y el sueño del político de Macuspana es acompañar, como el logotipo sexenal, a los grandes héroes que han forjado la patria: Hidalgo, Morelos, Juárez, Madero, Lázaro Cárdenas.
En particular, ha puesto énfasis en la época del indio zapoteca de Guelatao, que llegó a presidente en la sexta década del siglo XIX, enarbolando las banderas de la honestidad y austeridad republicana, y que restauró la república luego de derrotar a la intervención francesa y desterrar al efímero segundo imperio. El telón de fondo es la lucha entre liberales y conservadores, que viene desde los tiempos de la Colonia, que atraviesa dos siglos y que llega hasta hoy, reeditado por el presidente.
López Obrador, en su afán de diferenciarse del pasado neoliberal neoporfirista –no somos iguales—, ha hecho de la polarización el centro del debate. O estamos de un lado o estamos del otro. Pero no podemos estar de este lado y criticar, so pena de ser denostados, lo que percibimos como insuficiencias, contradicciones y desviaciones. Por ejemplo, el contenido y alcance de la cuarta transformación.
En la recta final del sexenio, como sucede con cada administración, emergen una serie de cuestionamientos que ponen en duda políticas y resultados, en materia de seguridad –aquí incluyo las desapariciones, enredadas por el propio gobierno— y de salud públicas. Aunque a lo largo del sexenio, se han desarrollado diversos informes que nos hablan de que muchas cosas no han cambiado y siguen igual, a pesar de la narrativa de Palacio y que el discurso de las mañaneras trata de afianzar.
Que no se nos olvide que la 4T, como proceso, es necesariamente transexenal. De ahí la necesaria continuidad. En contra, una oposición que mira sólo lo malo y no ve lo bueno, se queja el presidente. Pero, la simple transición entraña un desafío, como vislumbra León Bendesky:
“La oferta de una continuidad de las pautas de gobierno, sin cuestionamiento alguno, que hace el partido Morena y su candidata a la presidencia, que avanzan la noción de construir un segundo piso de la 4T es significativa. Representa el hecho de que la elección será esencialmente un plebiscito; es decir, la consulta directa a quienes votan sobre asuntos de relevancia para la colectividad, cosa muy distinta de la elección de un gobierno con personalidad y proyecto propios”.
En las últimas semanas, destacan las acusaciones de corrupción –él, que ha hecho de su combate el leitmotiv de su gobierno— que tocan su círculo cercanísimo, tanto familiar como de trabajo, que involucra tanto tráfico de influencias como financiamiento del narco en su campaña electoral de 2006, que hasta hoy se ventila. ¡Dieciocho años después! La respuesta desde Palacio es negar, afirmando que son calumnias y difamaciones de corte electorero, que manchan, más que a su persona, a la investidura presidencial. En su momento, la administración Obama le dio carpetazo al asunto.
“Son unos viles calumniadores, aunque ganen premios como buenos periodistas; tiene que ver con el hampa del periodismo y de la política”, responde en la mañanera del 31 a uno de ellos.
Abunda:
“Denuncio, no al periodista o a los periodistas, no a los medios, denuncio al gobierno de Estados Unidos de permitir estas prácticas inmorales y contrarias a la ética política que debe de prevalecer en todos los gobiernos del mundo. ¿Está claro o no está claro?” (La Jornada, 1/2/2024).
¿A quién, directamente, acusa del gobierno de EU? De allí que le pide al presidente Biden una explicación.
Al terminar su sexenio, LO se siente incomprendido, a pesar de las reiteradas explicaciones dadas en las mañaneras de que no representa lo mismo de antes, en referencia al modelo neoliberal dominante desde diciembre de 1982. Él, que busca equipararse a Juárez en cuanto a la honestidad. Sin embargo, en algunas esferas de la administración pública, como el determinante de la política económica sigue vivito y coleando el neoliberalismo, cual ajolote, y que la política social de transferencias monetarias, para alentar el consumo interno de algunos bienes, no sirve de contrapeso. Si no véanse la extrema desigualdad, que se expresa en las ganancias extraordinarias de la banca transnacional y del uno por ciento (en nuestra realidad, el 0.26 por ciento).
Sacar a millones de personas de la pobreza extrema, con ser loable, no es suficiente. Ahora que está de moda hablar de pesos y contrapesos, ésta debería tener como objetivo la construcción de una sólida democracia. Y ésta pasa por democratizar la economía.
Como dice Yuriria Iturriaga, el presidente “no incursionó en reformas a la economía, permitiendo, así, la sobreexplotación del trabajo mediante tres fórmulas: facilitar ingresos familiares (Sembrando Vida, Jóvenes… Futuro, remesas) que los trabajadores invierten en la comida industrial, pésima para la salud y facilitadora del aletargamiento mental, mecanismo que sólo engrosa el bien número uno del capitalismo mundial (el de la comida), sino que facilita la indiferencia u oposición ante la actividad sociopolítica en millones de personas potencialmente revolucionarias” (La Jornada, 4/2/2024).
Una alerta cuando se habla de construir un segundo piso de la 4T, con espacios del primer piso, como los de la seguridad y la salud públicas, aún en obra negra, mejor dicho, rojinegra.
Tomás Mojarro advertía sobre los riesgos de delegar y que no basta parecer.
Reaparece –nunca desapareció— la vieja tensión política entre lo deseable y lo posible.
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“Podrán nuestros críticos sumar argumentos más o menos puntuales sobre nuestras debilidades y errores, pero no podrán negar estas verdades que estarán en juego en la próxima elección: la disyuntiva del pasado reciente contra la historia del desastre conservador”, afirma Paco Ignacio Taibo II (La Jornada, 1/2/2024).
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“A muchos mata la policía, y a muchos más la economía. En la ciudad violenta, resuenan balazos y también tambores: los tambores, ansiosos de consuelo y de venganza, llaman a los dioses africanos. Cristo solo no alcanza”.
—Eduardo Galeano, de El libro de los abrazos.
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Se le cuatrapearon los tiempos al presidente. Lo que debió presentar al inicio del sexenio, para aprovechar su capital político, lo presenta al final, cuando, a pesar de la apuesta por la continuidad, el futuro se vislumbra nebuloso.
El 5 de febrero, aniversario 107 de la Constitución, López Obrador presentó su anunciado paquetón de reformas a doña Consti, con su ropaje de por sí harto remendado (hasta con parches de corte neoliberal), con el que pretende darle sustento legal a la transición/continuidad, pero que también es una camisa de fuerza para el siguiente gobierno, que seguiría a su imagen y semejanza, tal cual.
La presentación la hizo en el simbólico Recinto Parlamentario de Palacio Nacional, donde se juró, el 5 de febrero de 1857, la Constitución liberal y juarista, que quedaría desfigurada por el porfirismo, hasta que se retomó, con garantías individuales y sociales, el 5 de febrero de 1917.
Son, en total, 20 proyectos de iniciativas de reforma que, en algunos casos, le cambiarían el rostro al país. Hay algunas, de las que ya teníamos un adelanto, como la desaparición de los organismos autónomos o la elección, en voto libre y directo, de jueces y magistrados. Pero, también la reducción en el número de diputados federales, de los 500 que hay actualmente, a 300, y de senadores, de 128 a 64.
“La esencia de estas normas y nuevos derechos es reencauzar la vida pública por la senda de la libertad, la justicia y la democracia, como lo demandaron y exigieron con sus luchas nuestros antepasados y sus abnegados dirigentes”. Él mismo.
“Mi reflexión va más allá de los próximos años, porque nada en política es eterno y la democracia se gana o se pierde, y el pueblo es el que manda, y si se equivoca vuelve a mandar”.
De allí que volviera a apelar a la revolución de las conciencias y a eso que bautizó como humanismo mexicano.
La política, veleidosa, al fin humana, es pendular.
El debate, dentro y fuera del espacio parlamentario, está abierto.
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De la política a la mexicana.
1. El hackeo de datos de los periodistas que cubren las mañaneras —las conferencias matutinas diarias del presidente— tiene que aclararse.
Para el vocero presidencial, Jesús Ramírez Cuevas, se trató de una sustracción ilegal. Y Emilio Calderón, coordinador de Estrategia Digital Nacional, enfatizó: “La sustracción fue desde un IP desde España. Se utilizó la cuenta de un usuario que ya no trabaja aquí para extraer ilegalmente esos documentos” (La Jornada, 30/1/2024).
La duda queda abierta: ¿por qué y para qué?
Comunicadores rigurosamente vigilados.
En la larga lista, los pro, los anti y los traidores/decepcionados.
2. En plena intercampaña (entre la precampaña y la campaña formal, en realidad, un prolongado espacio espotero, en el que candidatos y presuntos hacen lo que quieren), Xóchitl Gálvez estrenó sus conferencias de la verdad. Un mal remedo –remendado— de la mañanera presidencial, bautizada la mañaneta.
3. El PRI adelantó, a través de su coordinador en la Cámara de Diputados, Rubén Moreira, que apoyará algunas reformas del paquete que presentará López Obrador el 5 de febrero.
Montado en la cresta electoral, transita de su alianza con el PAN al de su acercamiento con el Morena, es decir, del PRIAN al PRIMOR.
4. “A quienes afirman que él (López Obrador) seguirá gobernando, vamos a decirles: aquí gobernará un concepto, el humanismo mexicano”.
Es Claudia Sheinbaum, el 30, a diputados del Morena, Partido Verde y Partido del Trabajo, que constituyen la coalición Sigamos Haciendo Historia, a los demandó unidad.
“Si escuchan a (Javier) Milei en Argentina o la derecha en España, de Vox, es similar a lo que vino a decir (Ernesto) Zedillo a México; (que) representa los fraudes electorales, de la represión que no terminó y continuó hasta Aguas Blancas, Nochixtlán y Ayotzinapa”. En cambio, subraya, el Morena surgió del movimiento estudiantil de 1968”.
Por su parte, Xóchitl Gálvez, en la sede del PRI, afirma que “los malos priistas ya se fueron, se los que creen en México y yo les quiero decir: los necesito, los necesito en la calle, necesito la experiencia y la fuerza de Alito (Alejandro Moreno) porque vaya que es un cabrón” (La Jornada, 31/1/2024).
Me recuerda al grito de Sheinbaum: ¡Viva el Partido Verde!
5. En campaña.
“Planteo que viene una reforma a las pensiones y me dio mucho gusto porque dice el presidente del PRI (Alejandro Moreno) que van a apoyar la reforma y luego me entero que la candidata presidencial del bloque conservador (Xóchitl Gálvez), qué bueno, lo celebro”, indicó el presidente en la mañanera del 1 (Nación 321, 1/2/2024).
La sola propuesta de aumentar las pensiones, electoralmente se traduce en votos, aunque fiscalmente plantea problemas sin una reforma a fondo.
6. López Obrador pide, el 2, no votar por políticos antimigrantes en las elecciones de noviembre en Estados Unidos.
¿Injerencista?
7. “No hay nada que sugiera que elegir a la candidata continuista Claudia Sheinbaum implique un deterioro de la posición fiscal o un peligro para las instituciones”, concluyó, el 2, el banco de inversión inglés Barclays.
“Para los inversionistas, tres cosas son clave, y ambas candidatas principales las respetan: responsabilidad fiscal; ser respetuosas de la autonomía del banco central y del régimen de tipo de cambio flexible, y apoyo total a Petróleos Mexicanos (Pemex)” (La Jornada, 3/2/29024).