MINSK, (Sputnik), 13 de febrero de 2021 .— El Comité de Seguridad Nacional de Bielorrusia (KGB) desestimó que los actores externos puedan relanzar las protestas en el país en los próximos meses.
“Habrá tentativas de reactivar las protestas en los próximos meses, pero no vemos premisas para hablar de que las fuerzas extranjeras lograrán su objetivo”, indicó el director del KGB en una comparecencia ante la prensa.
El alto funcionario señaló que la situación se ha estabilizado al quedar atrás el pico de las manifestaciones que, de hecho, se diluyeron.
Por su parte, el presidente del país, Alexandr Lukashenko, declaró que Bielorrusa no cederá ante los intentos de las fuerzas externas de generar tensiones en la sociedad bielorrusa.
“Pese a las tensiones generadas en la sociedad de manera artificial por las fuerzas externas, el Estado resistirá”, dijo en la sexta Asamblea Popular bielorrusa, que reúne a representantes de distintas ramas del poder público, empresariado, ciencia y arte, así como a delegados de las regiones de Bielorrusia.
El presidente bielorruso denunció que “las plataformas multilaterales creadas para mantener la paz y la seguridad se están degradando y ya no pueden cumplir con sus funciones de manera eficaz”.
Además, Lukashenko declaró que el país seguirá fortaleciendo sus instituciones amadas proporcionalmente a los retos y las amenazas.
“Pese a las propuestas de nuestros fugitivos y oposicionistas de reducir la plantilla del Ministerio del Interior, liquidar las tropas del Interior, suprimir el KGB y en vez del Ministerio para Situaciones de Emergencia crear destacamentos de voluntarios semiprofesionales, seguiremos fortaleciendo nuestras instituciones armadas proporcionalmente a los retos y las amenazas”, dijo.
El mandatario bielorruso efectuó relevos en estas estructuras, en particular designó a nuevos secretarios del Consejo de Seguridad, titular del Interior y jefe de la Policía de Minsk.
Soberanía de Minsk y Moscú
Bielorrusia y Rusia deben preservar una soberanía plena al avanzar en su integración en el marco del Estado de la Unión, declaró Lukashenko.
“Hoy declaramos abiertamente nuestra disposición a seguir trabajando de forma sustancial para mejorar la cooperación intersectorial en el marco del Estado de la Unión, respetando los intereses mutuos y basándonos en la igualdad de los dos miembros de la Unión”, dijo Lukashenko, subrayando que “este proceso implica una completa preservación de la soberanía de ambos países, sin formación de cualquier nuevo organismo supranacional”.
El líder bielorruso destacó que el sistema de órganos del Estado de la Unión ya está creado y sigue siendo viable.
Lukashenko precisó que, según una reciente encuesta, más del 70% de los bielorrusos apoyan la integración con Rusia.
“En el último estudio sociológico preguntamos a las personas qué piensan de la integración con Rusia, la UE; (…) el 71,5% se expresó sobre todo a favor de la integración con Rusia, cerca del 30%, con la UE”, afirmó.
El aliado principal
Las relaciones con la Unión Europea son importantes para Bielorrusia, pero su aliado estratégico y principal socio económico es Rusia, afirmó Lukashenko.
Bielorrusia no es un “país mendigo ni un Estado satélite con aguarda con la mano tendida subsidios y créditos a cambio de renunciar a sus opiniones y al sentido común”, declaró el mandatario.
“Nos importan las relaciones con la UE, con la que tenemos la frontera más extensa y un alto grado de interdependencia de índole económica, social, cultural y, finalmente, política… Al mismo tiempo, el principal socio económico y aliado estratégico [de Bielorrusia] ha sido y será nuestra Rusia, un país que no es extraño para nosotros”, manifestó Lukashenko.
Los rusos, prosiguió, son un pueblo con el que los bielorrusos han “convivido desde hace siglos y luchado —a veces espalda a espalda, a veces hombro a hombro— en el mismo lado de las barricadas”.
A este respecto, el líder bielorruso destacó el apoyo brindado por Rusia al país vecino en los últimos meses.
“El apoyo de Rusia ha sido crucial para nosotros. Al mismo tiempo, cabe subrayar que esta posición de Rusia no consiste en apoyar a las autoridades sino al país y al pueblo bielorruso hermano en el contexto de las actuales y futuras transformaciones”, puntualizó.
Por otro lado, el presidente bielorruso aseguró que su país no considera enemigo a ningún Estado.
“No vemos a ninguno de los países como enemigo, condenamos todo conflicto bélico y defendemos firmemente la resolución pacífica de disputas”, aseveró.
Bielorrusia, resaltó, busca desarrollar relaciones con “todos los países y alianzas sobre la base de la igualdad, el respeto mutuo y la no injerencia en nuestros asuntos internos”.
En Bielorrusia continúan las protestas desde las elecciones presidenciales del pasado 9 de agosto, que otorgaron el sexto mandato a Lukashenko, en el poder desde 1994.
Según el escrutinio oficial, Lukashenko obtuvo el 80,1% de los votos, seguido de la opositora Svetlana Tijanóvskaya con el 10,12% de los apoyos. Los otros tres candidatos opositores reunieron juntos poco más del 4%.
La oposición bielorrusa no reconoció los resultados y exigió la repetición de los comicios, opción que Lukashenko rechazó en términos contundentes.
El presidente acusó a Polonia, República Checa, Lituania (países miembros de la Unión Europea) y Ucrania de estar detrás de las protestas.
En diciembre pasado la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la Unión Europea, aprobó un presupuesto millonario para ayudar a los opositores bielorrusos.