Ecuador, 9 de enero. Informe Patricio Santos
La República del Ecuador se encuentra atravesando un capítulo más de la grave crisis de inseguridad, que es producto de las bandas delictivas, las redes del narcotráfico y la corrupción que está vinculada a esas mismas organizaciones que cooptaron los estamentos del estado ecuatoriano, desembocando la concurrencia de estos factores en una “guerra intestina” declarada por el mismo estado ecuatoriano.
La situación se agravó, el pasado domingo, tras la fuga de uno de los principales jefes narcos, José Adolfo Macías Villamar, alias “Fito”, mientras de manera coordinada se desarrollaban incidentes en distintos recintos carcelarios.
Este martes, hemos visto con horror e indignación la toma de estudios de televisión, el secuestro de policías, disturbios y toma en universidades, coches bombas, coches incendiados y, como no se ha visto en muchos años, se declaró la “guerra interna” y las Fuerzas Armadas tienen la disposición de recuperar e imponer el orden en el país para que el estado prevalezca.
El expresidente, Rafael Correa y las demás fuerzas políticas, manifestaron el apoyo pleno al gobierno central, administrado por el presidente Daniel Noboa, y está implantado el “estado de excepción”, al cual se le añadió la “declaración de guerra”, respetando los derechos humanos, a las bandas delincuenciales.