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“Potencial hay [del vino boliviano en Rusia], pero este depende de hasta qué punto Bolivia pueda consolidar a sus productores, presentarlos, promocionarlos aquí, como han hecho otros países. Pero, de todas maneras seguirá siendo un vino de nicho”, aseguró Alexandr Stávtsev, jefe del centro de información WineRetail.
El especialista de WineRetail, agregó que la viticultura en este país está a un nivel bastante alto, pero el atractivo del vino dependerá también de que se resuelva la cuestión de la logística, ya que el transporte marítimo es ahora bastante caro. “En general, el precio de venta del vino boliviano de calidad empieza en torno a los cinco dólares por botella, y hasta que llegue a la estantería de Rusia, su precio rondará los 3.000-4.000 rublos [40-50 dólares]. Los más premium pueden ser más caros”, subrayó el experto.
Por otra parte, Dmitri Isáchenkov, director de desarrollo de la distribuidora de licores Ladoga, comentó que Rusia es tradicionalmente un gran mercado para cualquier marca de vino o también puede ser coñac, sin embargo, el consumidor de esta categoría es conservador y tiende a beber productos de los países de la antigua URSS.
Isáchenkov, añadió que los intentos de aficionar a los rusos al pisco, por ejemplo, los que son producidos en Chile y Perú, no han tenido mucho éxito. Pero, tal como una especialidad gourmet puede reponer un portafolio de surtidos, Rusia tiene sus puertas abiertas a la elaboración de vinos de cualquier país con calidad y precio competitivos, y Bolivia no es la excepción, sobre todo porque ya se ha probado el vino de este país.
Anteriormente, el embajador ruso en Bolivia, Mijaíl Ledeniov, declaró que el país latinoamericano está interesado en suministrar a Rusia frutas tropicales, productos mineros, así como vinos bolivianos y una bebida alcohólica única, el singani (aguardiente blanco de uvas de nuez moscada).
Sputnik 16 febrero 2023