El ataque con misiles del 6 de septiembre contra Kostiantynivka, en el este de Ucrania, fue uno de los más mortíferos en el país en meses, matando al menos a 15 civiles e hiriendo a más de 30. La carga útil de fragmentos de metal del arma impactó en un mercado, atravesó ventanas y paredes e hirió a algunas víctimas hasta dejarlas irreconocibles.
Menos de dos horas después, el presidente Volodímir Zelenski culpó a los “terroristas” rusos por el ataque, y muchos medios de comunicación hicieron lo mismo.
Pero la evidencia recopilada y analizada por The New York Times, incluidos fragmentos de misiles, imágenes satelitales, relatos de testigos y publicaciones en redes sociales, sugiere firmemente que el ataque catastrófico fue el resultado de un misil de defensa aérea ucraniano errante disparado por un sistema de lanzamiento Buk.
El ataque parece haber sido un trágico percance. Los expertos en defensa aérea dicen que misiles como el que llegó al mercado pueden desviarse por diversas razones, incluido un mal funcionamiento electrónico o una aleta guía dañada o cortada en el momento del lanzamiento.