Voces del Periodista Diario

Occidente provocó la guerra en Ucrania

 

Matteo Castagna

 

Por Matteo Castagna
El Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, dijo, en el programa Big Game del Canal 1 de Rusia, el viernes 10 de marzo de 2023: “Se está utilizando un lenguaje, una retórica y acciones extremadamente agresivos contra Rusia, especialmente en forma de sanciones ilegales y sin precedentes. Occidente ha decidido por sí mismo que esta es una guerra a muerte. […] La filosofía ‘con nosotros o con Rusia’ se ha nutrido en la Unión Europea desde el inicio de la situación geopolítica, tras la desaparición de la URSS ”.
Cuando hay una guerra de poder geopolítica de por medio, domina la propaganda partidista, por lo que son necesarias las lecturas imparciales en la medida de lo posible, porque en tales situaciones y, sobre todo, cuando alguien gane, escribirá la historia a su manera, imponiendo un pensamiento único, que, muy a menudo, está lejos de la verdad.
La filosofía “o con nosotros [Occidente], o con Rusia” no es un invento de Lavrov, sino que es la realidad que vivimos todos los días. La impresión es que se trata de una estratagema para impedir la investigación y el reporte de los hechos, sin la mediación de la propaganda. Pero no todos se doblegan a esta superficialidad, no por ser “contrarios”, sino porque si los hechos se convierten en delitos y se descubren las mentiras, el juicio se vuelve más realista.
A pesar de un creciente consenso general, el gobierno de Meloni no encuentra el apoyo del 57% del pueblo italiano, según una encuesta realizada por IAI-LAPS, sobre el apoyo militar en Ucrania. Con una deuda que ronda el 150 % del PIB, servida íntegramente por el ahorro privado mundial, Italia no puede permitirse una política como la húngara de Víctor Orbán, que, sin embargo, tiene una deuda soberana del 75 % del PIB y presume de la posibilidad de practicar un política monetaria independiente con inflación anual del 20%.
Según el historiador estadounidense Benjamin Abelow, Estados Unidos y la OTAN son los principales responsables de la crisis de Ucrania.
A través de una historia de 30 años de malas decisiones políticas y provocaciones que comenzaron durante la disolución de la Unión Soviética, Washington y sus aliados europeos han colocado a Rusia en una situación considerada insostenible por Putin y su personal militar.
Abelow, en el libro “Cómo Occidente llevó la guerra a Ucrania” (Fazi Editore, febrero 2023) mostró, en forma clara y convincente, utilizando 70 páginas para ello,  cómo Occidente desencadenó el conflicto ucraniano, poniendo a sus propios ciudadanos, y al resto del mundo, en un riesgo real de guerra nuclear.
Para fundamentar su visión, Abelow da voz a diversos analistas políticos autorizados.
Todos estos son expertos en política exterior y en el expansionismo de la OTAN en Europa del Este y, además, son partidarios de la tesis que sostiene que la superpotencia, al querer ampliar su dominación en Europa del Este, cometería un peligroso error estratégico. George Kennan, que puede considerarse el estadista estadounidense más famoso del siglo pasado, ya lo advertía en 1997: “La ampliación de la OTAN sería el error más fatal de la política estadounidense en toda la era posterior a la Guerra Fría”.
 Kennan luego agregó, al año siguiente, en una entrevista con Thomas Friedman: “¿Pero no lo entendemos realmente? Nuestras diferencias durante la Guerra Fría fueron con el régimen comunista soviético. Y ahora le estamos dando la espalda a las mismas personas que organizaron la mayor revolución incruenta de la historia para derrocar ese régimen”.
Por su parte, Fiona Hill, que está bien posicionada dentro de los círculos de Washington y que, además, es una antirrusa convencida, especificó  “Creo que hay un plan racional y metódico que se remonta a mucho tiempo atrás, al menos a 2007, cuando [Putin] advirtió al mundo, y ciertamente a Europa, que Moscú no aceptaría una mayor expansión de la OTAN.
Pero, un año después, en 2008, la OTAN abrió sus puertas a Georgia y Ucrania. Ciertamente, el origen del conflicto se remonta a esa época”.
Esto demuestra que, ya en 2007, siete años antes de la anexión de Crimea, la inteligencia estadounidense era consciente de que existía “un riesgo real y concreto” de que, en respuesta a la expansión de la OTAN, Rusia anexionaría Crimea, así como también sabía que esta expansión hacia el Este podría desencadenar una acción militar rusa mucho mayor, que se extendería a Ucrania y Georgia.
Abajo se analiza, en realidad, un relato contrafáctico, pero muy útil para entender la situación: “Si Estados Unidos no hubiera extendido la OTAN hasta las fronteras con Rusia; si no hubieran desplegado sistemas de lanzamiento de misiles con capacidad nuclear en Rumania y no los hubieran puesto en proyecto en Polonia y posiblemente también en otros países; si no hubieran contribuido al derrocamiento del gobierno ucraniano elegido democráticamente en 2014; si no se hubieran retirado del tratado ABM y del Tratado de Misiles Nucleares de Alcance Intermedio, y luego hubieran ignorado los intentos rusos de negociar una moratoria bilateral sobre tales despliegues; si no hubieran realizado ejercicios con fuego real en Estonia para practicar el ataque a objetivos dentro de Rusia; si no hubieran vinculado al ejército estadounidense con el ucraniano, si Estados Unidos y sus aliados de la OTAN no hubieran hecho todas estas cosas, la guerra en Ucrania probablemente no habría estallado”.
Creo que es una afirmación razonable. En una entrevista reciente, el Profesor emérito de Política Rusa y Europea de la Universidad de Kent, Richard Sakwa, argumentó que Zelensky podría haber buscado la paz con Rusia pronunciando solo esta expresión: “Ucrania no se unirá a la OTAN”.
Pero Zelensky hizo todo lo contrario, debido a la continua intromisión de los Estados Unidos y la OTAN.
“Hoy –concluye Benjamin Abelow– los líderes políticos de Washington y de las capitales europeas, junto con los alineados y cobardes medios que informan acríticamente sus sandeces, están tratando de salir del fango pero están metidos hasta el cuello. Es difícil imaginar cómo aquellos que fueron lo suficientemente tontos como para pisar ese lodo podrían encontrar la sabiduría para salir de él antes de hundirse por completo y llevarnos a todos con él”
Informazionecattolica.it

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