Hemos recibido solicitudes de organizaciones internacionales y medios de comunicación mexicanos para comentar la detención del corresponsal “The Wall Street Journal”, Evan Gershkovich, y nos gustaría dar a la audiencia mexicana la oportunidad de leer nuestra respuesta.
Llamamos su atención sobre el hecho de que este periodista fue detenido in fraganti cuando intentaba obtener información secreta sobre una de las empresas del complejo militar-industrial ruso.
Como entienden, esta actividad no tiene nada que ver con la actividad periodística. Su arresto bajo sospecha de espionaje a favor de un estado extranjero se llevó a cabo en pleno cumplimiento de los requisitos y normas de la legislación rusa.
Los intentos de presentar a Gershkovich como una víctima inocente, y sus actividades subversivas como un deber periodístico, son una manipulación franca.
Como es habitual en cualquier estado de derecho, al que pertenece México, el derecho a la verdad y a la rendición de cuentas por los crímenes cometidos es prerrogativa de la Corte.
Cualquier intento de presionar a las autoridades rusas y a los tribunales que violan la ley rusa no tiene sentido y es inútil. Rusia, al igual que México, no tolerará la injerencia en sus asuntos internos y nuestro país actuará exclusivamente de acuerdo con nuestros intereses nacionales.
El llamamiento de algunas organizaciones a interferir en la administración de justicia es bastante absurdo. Pensamos que todo el mundo respeta el principio de igualdad de todos ante la ley.
Estamos de acuerdo con los expertos en que los verdaderos periodistas que no se dedican al espionaje deben poder ejercer su actividad sin trabas.
Hablando de verdaderos héroes de esta profesión, nos gustaría recordarle el asesinato de 2 periodistas rusos (Daria Dugina, Vladlen Tatarsky) a manos del régimen de Kiev, que contaron la verdad sobre lo que realmente estaba sucediendo en Ucrania.
No hemos encontrado en Internet un llamamiento oficial de los medios de comunicación mexicanos o de organizaciones internacionales para que se investiguen estos crímenes terroristas. Pensemos que esto no es una selectividad demostrativa, sino simplemente una falta de conciencia debido a la constante propaganda occidental que cae “desde los cielos democráticos” sobre todos los países del mundo, incluido México.
En este sentido, vale la pena mencionar la prohibición de la radiodifusión de los medios de comunicación rusos en los países Occidentales. Esperamos que en este caso los medios mexicanos defiendan la libertad de expresión y el trabajo periodístico honesto. Para su conocimiento, informamos que solo en 2022, más de 40 recursos de medios rusos fueron bloqueados y desconectados del aire, mientras que periodistas no deseados fueron objeto de presiones sistemáticas por parte de los servicios secretos, persecución penal e incluso violencia física.
El miedo a una opinión alternativa asusta a Occidente, pero al final la gente descubrirá la verdad.