Voces del Periodista Diario

Ucrania: hacia una encrucijada mundial

 

Por Cnl My (R) Gabriel Camilli

La contraofensiva ucraniana se tambalea actualmente, dado que Rusia está logrando detener los avances de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
“Para resumir, describiría la situación como la miseria de una guerra de desgaste”, dice el coronel austríaco Markus Reisner. El experto militar se refiere a la situación actual en la guerra de Ucrania. La contraofensiva ucraniana se tambalea actualmente porque el ejército ruso está mejor preparado para resistir los ataques. Además, según Reisner, las tropas de Putin son simplemente superiores en algunos aspectos.
Podemos comparar la situación con la Primera Guerra Mundial. En esta guerra estamos en cierto sentido en 1915 y en camino a 1916. Una táctica de entonces se puede ver actualmente en ambos bandos: la táctica de las tropas de choque. En la guerra de Ucrania, ambos bandos confían en tácticas de la Primera Guerra Mundial.
“El intento se hace para disminuir las ganancias territoriales del enemigo con unidades pequeñas y manejables, en combinación con la artillería”, explica Reisner. Luego, intentan avanzar detrás de su propio fuego de artillería. Ucrania, sobre todo, tiene grandes problemas para “sincronizar esta lucha de armas combinadas” porque carece de algunas habilidades y capacidades para ello.

Como hemos señalado en otras oportunidades, Ucrania carece de “una fuerza aérea en funcionamiento o misiles tierra-tierra de largo alcance que podrían penetrar profundamente en el dispositivo enemigo”. Los problemas comienzan ya con el reconocimiento. “Los rusos tienen una muy buena imagen de la situación en Ucrania, lo que se debe sobre todo al hecho de que siempre hay miles de drones en el campo de batalla. Incluso si esto se aplica a ambos lados, el atacante, en la contraofensiva de Ucrania, tiene el problema de salir a exponerse, ser localizado de inmediato.

Algo novedoso. Con gastos muy módicos, Rusia convierte drones baratos en “armas poderosas y de alta precisión”. En general, los drones de Rusia son un gran problema para Ucrania. Con ellos y otros medios de guerra electrónica, el ejército ruso interrumpe y bloquea al enemigo y sus comunicaciones e incluso las intercepta en algunos casos. Pero con los drones, el ejército ruso no solo reconoce, sino que también ataca.

En particular, el uso de drones kamikaze tipo Lancet y FPV (FPV es el acrónimo inglés de First Person View, es decir, Visión en Primera Persona, que son aquellos en los cuales la cámara FPV es el dispositivo que permite nuestra presencia virtual a bordo del aparato, permitiendo que el operador se sienta inmerso en el campo de combate sintiendo que “viaja” en el propio dron) está causando problemas en Ucrania. Estos últimos son drones simples que, en realidad, se usan para aplicaciones civiles y no necesariamente militares.

En la guerra, sin embargo, estos están equipados con una carga explosiva, por ejemplo, la cabeza de proyectil de un misil antitanque RPG-7, y guiados al objetivo por una cámara. El operador usa anteojos de realidad virtual que reciben una imagen en vivo de la cámara del dron y, por lo tanto, puede dirigir el dron hacia el objetivo a alta velocidad. Los puntos débiles de los tanques también se pueden atacar de manera específica. Los drones FPV son, por lo tanto, armas de alta precisión baratas y potentes.

La ofensiva ucraniana

Drones, bombas de racimo, fuerza aérea: cómo Rusia detiene la ofensiva ucraniana. Incluso con sus aviones de combate, Rusia logra detener repetidamente los ataques ucranianos. “Cuando los ucranianos se preparan para atacar, los rusos lo reconocen en parte y, luego, los atacan con bombas de racimo”, explica el ya mencionado Reisner. “Cuando la parte ucraniana se acerca a la llamada línea defensiva, se utilizan helicópteros artillados rusos para atacar las columnas ucranianas desde una distancia segura”.
Después de eso, las columnas ucranianas son atacadas por la artillería o los drones. Empeorando aún más la situación, los campos de minas de los rusos siguen siendo un gran problema. “Cuando se retiran las minas en el frente, los rusos ya están colocando otras nuevas en la parte de atrás”.
“En resumen, vemos una serie de capacidades en el lado ruso que Ucrania todavía está luchando por contrarrestar”. El creciente despliegue de reservistas también está causando problemas a Ucrania. “Muchos de los soldados que pasaron seis meses de entrenamiento con la OTAN ya no existen”, dice el coronel del ejército austríaco.
Sin embargo, Ucrania sigue intentando ganar territorio a través de los avances de sus tropas de choque. Esto está sucediendo actualmente al este y al oeste de Robotyne, cerca de Pjatychatky al norte de Melitopol, cerca de Velyka Novosilka al norte de Mariupol y especialmente en Bakhmut.
De todos estos ataques, los de Bakhmut son los más exitosos en esta ofensiva, y es lógico pensar que los rusos en Bakhmut no pudieron atrincherarse tan eficientemente en esa zona por una cuestión de tiempo desde su victoria en la conquista de la localidad. Esto permite a las fuerzas armadas ucranianas ejercer una fuerte presión al sur y al norte de dicha ciudad.
Mientras tanto, Rusia ha logrado avanzar hacia el oeste, en el área de Swatove al norte de Kremina y Sievjerodonetsk, un promedio de cinco a siete kilómetros. No son avances significativos que puedan concluir en un éxito contundente. Esto solo reafirma nuestra definición de estar en una Guerra de desgaste.
Según observamos en la última semana, con un movimiento de pinzas, Rusia planea avanzar hacia el río Oskil. Para ello, los rusos probablemente recurrirán al 1° Ejército de Tanques de la Guardia, una unidad que sufrió grandes pérdidas en los primeros meses de la guerra, pero que se ha reequipado y que, según videos e informes que circulan en las redes, fue reforzada con tanques T90 de nueva producción, permitiendo concluir que su objetivo es un terreno llave: el río Oskil, ya que él permitiría al ejército ruso obstaculizar los avances de las reservas ucranianas y aislar sus sitios de avance, obligándolo a tener que hacer un franqueo de un curso de agua defendido, una de las operaciones más complejas y que mayor número de bajas acarrea al atacante.
En general, diferentes analistas militares califican de fracaso la primera fase de la contraofensiva a principios de julio, y creen que Ucrania tiene poco margen de maniobra a nivel táctico.
Un gran avance en la dirección de Melitopol o Mariupol, como se deseaba, no parece posible por el momento. Si bien ello permitiría dividir el dispositivo ruso, por el momento es solo una intención. Las consecuencias de una guerra de desgaste, prolongada e irrestricta.

El Plan de la UE

Como dato político adicional, hemos visto en diversos medios occidentales que: “Hay señales de descontento en la Unión Europea. El plan de la Unión Europea de aumentar las contribuciones presupuestarias de los estados miembros para continuar financiando el largo conflicto de Ucrania con Rusia es escandaloso, dijo el conservador Partido de la Libertad de Austria (FPÖ). Petra Steger, la vocera de ese partido para asuntos europeos, insistió en que la Unión Europea no debe avivar el conflicto proporcionando un suministro interminable de apoyo militar y financiero a Ucrania, sino que debe promover conversaciones de paz en la región.
De esa forma Steger criticó los planes propuestos por el máximo diplomático de la UE, Josep Borrell, para que la Unión Europea proporcione, además de las medidas existentes, hasta 5.000 millones de euros al año para las necesidades de defensa de Ucrania y garantice una contribución sustancial al programa de entrenamiento militar de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
Dijo que el plan era un “pozo sin fondo” y su partido, luego, reiteró su llamado al gobierno federal austríaco para que suspenda sus contribuciones adicionales al presupuesto de la Unión Europea.
Lo mismo está ocurriendo en Hungría: “La enmienda presupuestaria de la Comisión Europea diseñada para proporcionar a Ucrania 50.000 millones de euros durante los próximos cuatro años está mal considerada y no es apta para una consideración seria”, dijo Balázs Orbán, director político del primer ministro Viktor Orbán, en una breve pero significativa publicación de Facebook el lunes pasado. Balázs Orbán, que no está relacionado con el primer ministro, resumió las fallas de la propuesta en que no han habido estudios serios que avalen la necesidad de dicha enmienda, agregando que “Toda decisión debe ir precedida de una investigación seria”.

Y también en Polonia se oyen voces de descontento. La respuesta del gobierno polaco se conoció en una declaración del Primer ministro @MorawieckiM: “La guerra en Ucrania no debe tener un impacto destructivo en la agricultura nacional. Hemos bloqueado la entrada de productos agrícolas para proteger el campo polaco y nuestra economía. Al mismo tiempo, estamos implementando el tránsito y facilitando las exportaciones de productos de Ucrania”.

Una encrucijada de difícil solución

Rusia tiene como objetivo poner fin a la guerra “prolongándola” (desgastar), mostrando que Occidente no puede ganar y que Ucrania no puede tener éxito. Por otra parte, los Estados Unidos y la UE no quieren ni pueden perder la guerra en Ucrania. Por lo tanto, como venimos señalando en La Prensa, esta guerra se ha convertido en una lucha por el poder global y un nuevo ordenamiento geopolítico.

*El Autor es Director del Instituto Elevan

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