Por Herlindo Alberto Robles
El posicionamiento del presidente López Obrador, respecto de la reubicación de las empresas cerveceras hacia el sur del país, por motivo de la exagerada extracción de agua, que actualmente flagela a la población de los Estados donde se encuentran produciendo un litro de cerveza con el gasto de 2 litros y medio de agua de por medio.
En el año 2020 se exportaron al extranjero 118.7 millones de hectolitros, una cantidad que multiplicada por 2.5, resulta 296.75 millones de hectolitros de agua. Si se quiere sacar la cantidad en metros cúbicos, habrá que multiplicarla por diez.
Por donde se vea la proporción costo-beneficio se convierte en costo-perjuicio, pues las ciudades y sus habitantes recienten la escases de agua. Resulta un falso orgullo que la cerveza mexicana se posiciones en todo el mundo, pues lo que en realidad lleva es un alto desequilibrio ecológico en la etiqueta.
Cuando el presidente López Obrador se opuso a la construcción de la planta de Constellation Brands, un escándalo estalló en medios de comunicación tradicionales, los “opinólogos” (que no periodistas), se retorcían por trastocar los intereses de una empresa que a su decir llevaría progreso a la población, o sea se perfilan para seguir cambiando oro por espejitos.
Así el pasado 14 de agosto, el presidente manifestó con claridad su deseo de no confrontarse con los Estados Unidos, proponiendo un trato entre iguales y respeto a las soberanías de los países. Sin embargo, día tras día resulta necesario que el presidente defienda la soberanía nacional ante los usos y costumbres acuñados por presidentes traidores a la nación, lo explicó en la pasada mañanera de la siguiente manera: “intromisión alevosa de las agencias del Gobierno de EEUU” considerando que se continua con la percepción de los tiempos en que se implemento el brutal programa “Rápido y furioso”.
El presidente manifestó de manera clara que los bienes incautados a las organizaciones criminales y sus miembros por actividades realizadas en México, son recursos que deberán de permanecer en este país, en beneficio del pueblo de México.
Nada más acertado, pues aquella nación debe dejar de ser juez y parte, pues sin importar que su población induce el comercio ilegal de estupefacientes, persigue, captura, condena y confisca los bienes de los delincuentes enjuiciados. Mientras los países donde se realizaron los daños a la población, como lo es el caso de varios Estados de la República, solo sufren consecuencias dolorosas, sin tener una reparación de los daños causados, por ello la defensa de la soberanía que realiza día tras día el presidente de la República, es un acto patriótico y necesario.