A FUEGO 
LENTO
Por Enrique Pastor Cruz Carranza
La confrontación muy visceral y carente del mínimo sentido político entre una oportunidad del evento para colocarse -Biby Ravelo presidenta municipal de Campeche en calidad de agredida – y el nada gran favor de sus descocados colaboradores al endosar a la Gobernadora Layda Sansores en calidad de soberbia y la agresora sin rubor (la culpa no la tiene el indio…) tiene un fondo político perfectamente definido en corto y mediano plazo.
Para tratar de ilustrar mi comentario, me remonto a las pláticas con el General José Ortiz Ávila quien siendo gobernador, ante la brillante trayectoria de Rafael Rodríguez Barrera como Alcalde de la capital, por grillas e intrigas bien estructuradas desaforó al “Chel” Rodríguez, hasta que fue rescatado por Carlos Sansores y de ahí hasta el mítico Cuarto Piso.
Rodríguez Barrera como gobernador mantuvo una gran capacidad de diálogo y política de tolerancia, al no poder evitar le impusieran en el cargo capitalino a Carlos Pérez Cámara y posteriormente al jurista Álvaro Arceo Corcuera y con ellos transitaría en un marco de dos vías, donde el respeto y civilidad fue piedra angular.
No así en el caso del Carmen, pues si bien el primer trienio correspondía a su entrañable amigo Don Mario Boeta, en el segundo, la llegada de David Razú Vera fue una prueba contundente para la tolerancia del gobernante ante las provocaciones e insolencias de la cuota de Fernando Raffull.
Estas historias – sintetizo- se repitieron en varios niveles de desacuerdos, hasta llegar a los temas correspondientes en la primera alternancia con el PAN en 2000 y las metamorfosis de desacuerdos sin llegar más allá, de algunos recordatorios maternales y posteriores acuerdos inconfesables.
Hoy la pugna entre los “ colaboradores con garras y pintas de jaguar “ de la Gobernadora contra la Alcaldesa de “Las Albóndigas Naranjas” muestra que por un lado , no se aprende la historia y por otro , que las “ victimizaciones” al final permitirían cobrar jugosas facturas políticas, mientras el respetable , creen estar disfrutando de una telenovela- tragedia , cuando en realidad es el proscenio de un montaje distractor para – como dice la Señora Biby Ravelo con elegante y no menos desatinada vulgaridad – “seguirnos jodiendo al pueblo “ por ambos lados.
Mientras Campeche se hunde entre baches, robadera de los piratas sin compromiso con esta Liberal y Heroicamente Vituperado Estado.
Estos patéticos duelos de vanidades divierten hasta la locura a la “Suave Patria”