La Piedra en el Zapato
Por Abraham García Ibarra
Desde Washington, Donald Trump relanza la pesadilla de la Guerra de las Galaxias anunciando un comando espacial con la mira nuclear puesta en Rusia y China.
Desde hace dos meses, en la región administrativa especial, Hong Kong, se repiten incesantemente movilizaciones en las que se denuncia la tiranía central de la China continental, tratando de resucitar el fantasma de la Plaza de Tiananmén de 1989.
El vocero del gobierno comunista chino advierte: El que juega con fuego termina quemado.
En Medio Oriente, la coalición financiada por Arabia Saudita sigue descargando bombas asesinas sobre el suroeste de Yemen. La Cruz Roja Internacional reporta cientos de muertos.
Israel atiza el holocausto acusando de nuevo a Irán de estar acelerando el montaje de misiles de precisión en territorio de Líbano, empleando como mano de gato a Ezbolá, según reportes tendenciosos desde Jerusalén.
En Italia, la Liga Norte brega por el nazionalismo europeo
En Europa, la Liga Norte dinamita el reciente acuerdo político del italiano Movimiento 5 Estrellas que propuso elecciones legislativas anticipadas. La Liga pretende operar desde Italia una cabeza de playa para restaurar el nazionalismo continental, que tiene animadores en Francia, Alemania y países del norte.
El Reino Unido, vive su propio drama político. El nuevo Primer Ministro Boris Johnson agita las ya de por si turbulentas marejadas con su iniciativa de imponerle a la Unión Europea un Brexit tan duro como sea posible.
Rota la supremacía de la socialdemocracia en Europa, en España el Partido Socialista Obrero Español y su líder Pedro Sánchez no le encuentran la cuadratura al círculo y después de tres meses de desplazado electoralmente del poder el Partido Popular, no se dan las condiciones políticas para formar gobierno.
Algunos actores peninsulares ya piden la intercesión del papa Francisco para que auxilie el regreso de las aguas broncas a su cauce.
Desde Brasil se fertiliza el terreno de la militarización
En América Latina, el gobierno de Jair Bolsonaro coloca a Brasil en la terrible época de los sesenta, que incubó el Plan Cóndor, de militarización del Cono Sur.
En Argentina, las políticas económicas neoliberales de Mauricio Macri han empedrado el camino de retorno del peronismo al poder, expectativa cierta que se definirá en las urnas en la segunda quincena de octubre.
En Colombia, una facción disidente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC) le abre un profundo bache al proceso pacificación, proclamando su retorno a las armas, ahí donde el Ejército de Liberación Nacional (ELN) no ha cedido en sus históricas posiciones intransigentes.
Después de tres décadas de atemperadas las guerras calientes en Centroamérica, Washington sacude la región con su inhumanitaria guerra migratoria.
La disolución, consustancial de la democracia “representativa”
Salvo en China, Rusia y Oriente Medio, los escenarios descritos, tanto de los Estados Unidos, como Europa y América Latina, tienen clavado en sus regímenes políticos el banderín de la democracia representativa, promisoria opción a lo que fue el denominado centralismo democrático.
Ése modelo -el de la “representación nacional”-, es el que remueve y pone en acción los miasmas del neofascismo.
Por la vía de la democracia “representativa”, en México se produjo la revolución electoral pacífica de 2018. Los usufructuarios de ese movimiento popular expresado con millones de votos, fascinados con su propio ombligo, no ven más allá de sus aldeanas narices.
Los emisarios del pasado reciente, operan bajo la conseja campirana en el huerto tricolor: ¿Cuándo has visto que la puerca suelte la mazorca que trae en el hocico?
Ha sido en los recintos de la “representación nacional” donde hemos observado la pugnaz y rabiosa batalla por un insano continuismo en la gestión del Poder Legislativo de la cuarta transformación.
A todo galope el paleolítico del Partido Revolucionario Institucional
“Emisarios del pasado”: Los del paleolítico del Partido Revolucionario Institucional (PRI). El leopardo no puede borrar sus manchas. Por encima de toda consideración al adversario, la mayoría mecánica vuelve por sus fueros.
Será hasta que termine la LXIV Legislatura federal en agosto de 2021 cuando se pueda hacer una correcta y justa evaluación del proceso de formación de leyes y de sus resultados objetivos, y acaso el plebiscito se manifieste en los casos de los diputados que buscarán su reelección.
Los legisladores no pueden esperar “tanto” tiempo: Los de la mayoría mecánica ya han procedido a su autocalificación y se trepan al podio colgándose desde las medallas de oro hasta las de cobre.
Los jóvenes deportistas mexicanos se trajeron 136 de Lima, sede de los recientes juegos panamericanos. Metal les hace falta a nuestros legisladores para acuñar las suyas.
Cuando Muñoz Ledo decretó el fin del Día del Presidente
En 1988, abanderado por el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM) llegó al Senado el ex presidente del PRI, Porfirio Muñoz Ledo. Cuando ante la sesión de Congreso General se presentó Miguel de la Madrid a rendir su último informe de Gobierno, el legislador guanajuatense armó camorra y declaró extinguido El Día del Presidente.
Después (1991) Muñoz Ledo aspiró a la gubernatura de Guanajuato por una coalición Popular a la que concurrieron el PRD y el PPS. En 1993 asumió la presidencia del Sol Azteca. Lo sucedió en el encargo Andrés Manuel López Obrador. En los archivos del partido aparece una fotografía donde el tabasqueño está escoltado, a su derecha por Rosario Robles Berlanga; a su izquierda, por Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
Después de su largo periplo partidista, Muñoz Ledo llegó por Morena a la presidencia de la mesa directiva de la Cámara de Diputados a la LXIV legislatura federal. Pujó por su reelección y presidió la sesión de ayer. Espurio, espurio, voceaban desde las curules opositoras.
Ricardo Monreal le dicta consejos de buena conducta al PAN
Durante la presidencia perredista de López Obrador, Ricardo Monreal Ávila abandonó el PRI. Fue nominado por el PRD y ganó la gubernatura de Zacatecas en 1998. Volvió en 2018 al Senado, postulado por Morena. Preside la Junta de Coordinación Política de la Cámara alta. Bloqueó la reelección de Martí Batres, del mismo partido, en la presidencia senatorial.
Ayer, en San Lázaro, Monreal Ávila recomendó a Morena que no debe aplicar el pisoteo y la exclusión de la oposición. Acotó, no obstante, que el PAN no debe apostar por la confrontación y superar a las alas duras y dogmáticas. Con esas palabras el zacatecano anatematizó a los legisladores panistas.
En su mensaje de ayer, el presidente López Obrador declaró que los conservadores que se oponen al cambio verdadero, andan nerviosos, fuera de quicio: Están moralmente derrotados.
Por la tarde, la bancada del PAN tomó por asalto la tribuna de San Lázaro, colérica porque no se cumplió un acuerdo político que comprometía la presidencia de la directiva para el periodo de sesiones que se inició ayer en la persona de un legislador azul. Le echaron porras los del PRI y el PRD.
Queda aún un saldo del beneficio de la duda
En el siglo XVIII, cobró celebridad el químico, biólogo y economista francés Antoine Lovosier, considerado padre de la revolución científica. De sus experimentos dedujo que nada se pierde, todo se transforma.
Lo que hemos visto en México después de julio de 2018 es que, quien fuera presidente de la Academia de Ciencias francesa no erró: Nada cambia, todo se transforma.
Faltan aún cinco años para saber los resultados de la cuarta transformación. Por lo pronto, el beneficio de la duda en lo que las democracias “representativas” occidentales encuentran la brújula perdida. Es cuanto.