Voces del Periodista Diario

Neuromarketig y Neuropolítica. Conociendo al cerebro, y el control mercantil y político de nuestras decisiones. En México se coquetea con la Neuropolítica.

El supermercado, un campo de batalla.

 

Por Rodolfo Ondarza Rovira

Cuando entramos a un supermercado, pasamos a un campo de batalla en donde todo el conocimiento sobre neuromarketing esta dirigido a que consumamos y gastemos, nada se deja al azar; es estratégica la localización de los productos en la exposición a la venta, por ejemplo los productos de primera necesidad, siempre están al final para que recorramos lo máximo posible de la tienda para encontrarlos y para que en nuestro camino nos enganchemos con otros productos que inicialmente no planeábamos adquirir, los productos más rentables para el comerciante son los más visibles, nos hacen creer que compramos cosas “exclusivas” o baratas, se nos engaña con las rebajas, el desorden en que se encuentra un área de “ofertas y rebajas” se encuentra también muy calculado pues pretende hacernos creer que los clientes, en su afán de compra, han provocado desorden y caos en dicha área, etc.

El neuromarketing.

El neuromarketing consiste en la utilización de las neurociencias para el estudio del funcionamiento cerebral y del comportamiento humano como respuesta físicas y sensoriales ante estímulos específicos. Proporciona una explicación a las elecciones, motivaciones y deseos del consumidor, y pretende predecir su comportamiento.

El neuromarketing parte del conocimiento de que la mayoría de las decisiones que tomamos en la vida cotidiana están condicionadas por nuestro subconsciente, por lo tanto, ocurre lo mismo con nuestras decisiones de compra, que son irracionales. Aporta información inconsciente significativa para la realización de anuncios publicitarios eficaces.

En buena medida se concentra en el estudio tanto de la atención como de la emoción, que son variables fundamentales en la generación de memoria, de recuerdo; y que tienen implicaciones fundamentales sobre el posicionamiento de las marcas y productos en la mente de los consumidores. Controlando estas tres variables fundamentales del proceso es posible optimizar un anuncio para que su impacto sea mayor. Es conocido que la creatividad y la atención son factores fundamentales para el éxito en publicidad, relacionados con el recuerdo más firme de la marca. Los anuncios son así diseñados de forma certera hacia una preferencia establecida y, con una activación cognitiva favorable.

Neurociencias y neuromarketing.

El neuromarketing conjunta conocimientos de diferentes ramas de las neurociencias, entre las que se encuentran la psicología, neuropsicología, neurología, etc. Con ello evalúa las respuestas cognitivas y emocionales de los consumidores, y emplea para ello diversos métodos de estudio de gabinete para realizar sus investigaciones objetivamente, tales como sistemas de codificación de los gestos faciales, análisis de la mirada, eye tracking (rastreo ocular), test de asociación implícita (tests de respuesta implícita (que miden la rapidez con la que la gente reacciona a cierto mensaje), medición de la actividad eletrodérmica, electroencefalografía (EEG), la magnetoencefalografía; así como técnicas de neuroimagen para conocer la activación de diferentes zonas cerebrales de una persona, como la resonancia magnética funcional, o la tomografía de emisión de positrones (PET), al exponer a los sujetos ante estímulos de márketing, como el diseño de los productos, publicidad, la respuesta de un individuo al video de un candidato político o a sus afirmaciones, etc.

El conocimiento que genera el neuromarketing se pone al servicio del marketing, y se emplea con fines de modificar el comportamiento humano y lograr la inducción de compra de un producto. El neuromarketing penetra a través de los sentidos, las dos vías más utilizadas con la visual y la auditiva, ocasionalmente se emplean estímulos dirigidos al olfato, al gusto y al tacto.

Estrategias y neuromarketing.

Así, el neuromarketing provee estrategias científicas de venta, como lo pueden ser los contenidos en los anuncios. De esta manera las empresas pueden mejorar sus productos, envases, publicidad e incluso su establecimiento a través de estímulos que atraen a los clientes y potenciales clientes.

Mediante publicidad apropiada, que despierte emociones positivas, las empresas pueden acercarse y convencer al consumidor, consolidado fuertemente un vínculo entre él y su producto, estableciendo diferencias con la competencia y alcanzando que su producto sea recordado más fácilmente a la vez de que se consigue una identificación empática con los intereses, necesidades o valores del consumidor, logrando con ello su fidelidad a la marca.

Los mejores resultados se obtienen con estímulos positivos, con la transmisión de felicidad, con estímulos cómicos. La atención se gana con un sonido fuerte, súbito, inesperado. El color bien elegido en la publicidad es muy eficaz para evocar emociones, la traducción del sitio web a otros idiomas es un truco empleado, lo mismo que el marketing en las redes sociales, o la transmisión de videos testimoniales, llegando al punto en que el envase puede se más importante que el contenido para el crecimiento de ventas.

Cuestiones éticas y neuromarketing.

Mucho hay que trabajar en la ética de estas técnicas. Por todo lo anterior al comprar debemos ser conscientes de nuestras verdaderas necesidades y de nuestras limitaciones presupuestarias, así como de nuestros valores, sin llegar a ser presas de anunciantes e influencers, que manipulan nuestro comportamiento a través del inconsciente usando nuestro propio narcisismo, aspiracionismo e imaginario, nuestro deseo de aceptación social o de felicidad, llevándonos a ser sus propios anunciantes al portar visiblemente sus logos de marca, alejándonos de nuestra propia autenticidad. Pensemos también en las condiciones de los trabajadores de esas empresas, en lo saludable o no del producto, en la calidad y el uso que le daremos al mismo.

Neuromarketing, el inconsciente y las decisiones políticas.

El neuromarketing, que emplea técnicas pertenecientes a las neurociencias en el ámbito de la mercadotecnia, tiene también otras aplicaciones además de la mercantil, como es el caso de la política. Se fundamenta en el conocimiento de que un 85% de lo que nuestro cerebro procesa se lleva a cabo inconscientemente y no únicamente de la valoración de factores puramente políticos, históricos, socioeconómicos y culturales, sino también de mecanismos cerebrales que actúan en milisegundos en la toma de decisiones. Esto es particularmente cierto cuando se desconoce con qué grado de veracidad habla cada partido político o candidato, y cuando las evidencias no son claras en la narrativa o el grado de desinformación e infodemia es alto. Es entonces cuando el cerebro busca rutas cortas, rápidas, intuitivas, atajos para definirse políticamente.

Neuropolítica.

El neuromarketing también se auxilia e incorpora los conocimientos aportados por la neuropolítica, intersección interdisciplinaria de la política con las neurociencias, haciendo uso de métodos de la neurociencia cognitiva en la investigación de toma de decisiones, cuestiones y actitudes ideológicas y políticas, etc., en donde confluyen otras ramas de la ciencia y del conocimiento humano tales como la psicología, la neuropsicología, la neurociencia cognitiva social, la etología, la genética conductual, la sociobiología, el neuroderecho, la neuroética, la neuroeconomía, etc.

(https://ore.exeter.ac.uk/repository/bitstream/handle/10871/31979/Neuropolitics%2020%20Years%20Later%20-%20Final%20Draft.pdf?sequence=1).

Por ejemplo, se sabe que la “inteligencia política” facilita la formación de coaliciones y dinámicas políticas en otras especies animales, y que es posible la existencia de una correlación entre el desarrollo del neocórtex de un animal y el éxito de un grupo social dirigente que le permite la manipulación estratégica de terceros.

El avance en los conocimientos sobre neuropolítica y neuromarketing hace que cada vez haya más métodos que generan mejores estrategias en la motivación y la predicción del voto.

Neuropolítica y las diferencias cerebrales de acuerdo a ideología política.

Los estudios de neuropolítica realizados por investigadores estadounidenses sugieren que existen diferencias cerebrales entre liberales (demócratas) y conservadores (republicanos). Los primeros muestran mayor volumen de materia gris en la corteza del cingulo anterior, mientras que los conservadores lo tienen en la amígdala. Estas diferencias no se encuentran únicamente anatómicamente, sino que también existen desde el punto de vista funcional, pareciera que los cerebros liberales y conservadores procesan la información política de manera diferente al tomar decisiones de riesgo; los liberales muestran significativamente mayor actividad en la ínsula izquierda, mientras que los conservadores la tienen en la amígdala derecha. Para Darren Schreiber, et al (2013), estos resultados sugieren que ambos grupos emplean procesos cognitivos diferentes cuando piensan sobre riesgos, teniendo los conservadores mayor sensibilidad ante estímulos amenazantes.
Estas diferencias neuroanatómicas y neurofisológicas pueden explicar las creencias y actitudes políticas en ambos bandos

(https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0052970, https://scholar.google.com/citations?view_op=view_citation&hl=es&user=54te17IAAAAJ&citation_for_view=54te17IAAAAJ:hqOjcs7Dif8C, https://scholar.google.com/citations?user=54te17IAAAAJ&hl=es).

En la publicación Behavioral and Brain Science un grupo de investigadores mostró sus resultados en los que los conservadores presentan tendencias hacia la negatividad, indicando que la aceptación a la exposición a nuevas experiencias está más asociada a personas de carácter liberal, contrariamente a los conservadores, que presentan más resistencia a los cambios.

Los neurotransmisores se asocian también a estas circunstancias, la dopamina, por ejemplo, es un neurotransmisor ligado a motivación, búsqueda de cosas nuevas, y recompensa.

Por otra parte, estudios sugieren que existen diferencias entre el cerebro de las personas apartidistas políticos y los de aquellos con una fuerte filia política, según demuestran investigaciones de la Universidad de Exeter (Reino Unido) publicadas en el Journal of Elections, Public Opinion, and Parties con la autoría de Darren Schreiber. Sus cerebros difieren en el procesamiento de información de tres regiones conocidas por su papel en la cognición social (la región medial del polo temporal derecho, la corteza prefrontal orbitofrontal/medial y la corteza prefrontal ventrolateral derecha).

Los votantes no partidistas se comprometen de manera diferente con las tareas no políticas. De esta manera, los no partidistas deben ser considerados como un tercer grupo de votantes desde un punto de vista neuropolítico

(https://ore.exeter.ac.uk/repository/bitstream/handle/10871/122194/Neural%20nonpartisans.pdf?sequence=1).

Neuropolitica y estrategias de neuromarketing.

El neuromarketing analiza las reacciones cerebrales ante los mensajes e información política con el objetivo de conocer el proceso en la toma de decisiones en la actividad política, y cómo es posible cambiar las pensamientos, conductas, e intenciones de voto en campañas políticas empatizando con un líder político. lo que termina cambiando sociedades y el curso de la historia alterando en diferentes sentidos la seguridad y el bienestar de las personas.

De la misma manera que ocurre con el neuromarketing mercantil, en el político se incide particularmente en la esfera emocional, ya que es en este nivel, más que en el racional, donde se toman la mayoría de las decisiones, y el neuromarketing lo consigue a través de la comunicación verbal, no verbal y de propaganda, llegando de esta manera a la mente de las personas. Estas estrategias diseñan campañas promocionales dirigidas a conectar una marca política con la mente del ciudadano para influir sobre sus gustos, preferencias y sus intenciones políticas.

El mensaje político que alcanza emocionalmente el subconsciente logra una toma de decisiones favorable a dicha información; esa es la meta cuando se desea implantar una marca política.

Importancia de las emociones en el neuromarketing político.

Se han descrito seis emociones primarias: la ira, el enojo, la alegría, el disgusto, la ansiedad y la tristeza, además de 101 emociones secundarias y ocho estados de ánimo. Las emociones están reguladas por un sistema que incluyen diversas partes del sistema nervioso, llamado el sistema límbico: área ventral tegmental, núcleo accumbens, hipocampo, núcleos septales laterales, la corteza frontal, la amígdala y la corteza orbito-frontal. La corteza frontal se encarga de procesar los estímulos emocionales y los integra a las funciones cognitivas expresando decisiones racionales, integrando las creencias y valores éticos y morales. Todo ello activa el sistema de consolidación de la memoria.

Estas estructuras cerebrales permiten el procesamiento de la información emocional, el neuromarketing utiliza algoritmos para comprender lo que revelan las microexpresiones. Los investigadores pueden medir el impacto de las emociones en grupos focales para comprender sus reacciones, o para poner a prueba contenidos mediáticos, e inferir lo que puede ocurrir en la población.
Así se ha descubierto que de manera automática se genera una atribución de confianza o desconfianza a partir de la expresividad emocional del rostro de un candidato; los rostros con una expresión de felicidad transmiten confianza, mientras que aquellos con una expresión de enojo son de los que se desconfía.

Estudios experimentales muestran algo de suma importancia, y es que la percepción que tenemos de los personas que integran un listado electoral puede estar condicionada previamente por la percepción que tenemos del líder de esa lista.

La repetición constante de la propaganda política asociando una imagen a una emoción intensa hace que ésta se fije en la memoria. La repetición activa las conexiones cerebrales de las que hemos hablado y produciéndose una reacción intuitiva de aprobación o no de la situación.

Cuando la decisión es difícil, una persona puede, consciente o inconscientemente, de manera cómoda y para encajar socialmente, copiar y elegir la tendencia grupal de su entorno.

De esta forma las emociones también complementan la información obtenida con nuestro razonamiento sobre la base de la ideología, el programa político del candidato, etc.

Estrategias del neuromarketing político.

Con ese objetivo los mensajes políticos son analizados científicamente y modificados en laboratorios para que concuerden perfectamente con la reacción y la respuesta emocional del elector en cuanto a los deseos de la gente y lo que espera oír y sentir, ajustándose a necesidades reales y sentidas.

Necesitamos predecir la conducta de un candidato para poder votar por ella o por él, y esto se consigue emocionalmente por medio de la empatía con la gente. Es decir mediante la capacidad de vivencia y experimentación de los pensamientos y sentimientos de otros, tanto cognitivamente, comprendiendo su pensar y sentir, como compartiendo el componente afectivo del estado emocional de otros.

Importancia de la empatía en la neuropolítica.

Desde el punto de vista neurofisiológico esto se realiza mediante la activación de las neuronas espejo o neuronas especulares, descritas por el neurobiólogo italiano Giacomo Rizzolatti en 1996, en la Universidad de Parma. Las neuronas espejo participan en varios procesos cognitivos importantes, como la imitación, la empatía permitiendo el desarrollo de la comprensión de la intencionalidad del otro, el aprendizaje a través de la imitación, además de tener un rol importante en el desarrollo del lenguaje (formas de comunicación), sentir si alguien nos está mintiendo o engañando, y en la interacción social. Estas neuronas se activan actuando u observando a otro actuar. Son un componente esencial para comprender las acciones y los sentimientos de los demás.

Se han descrito dos redes neuronales principales que conforman el sistema de neuronas espejo una perteneciente al lóbulo parietal, a la corteza premotora, e incluye a la parte caudal de la circunvolución frontal inferior; y otra formada por la ínsula y la corteza frontal medial anterior. El observar el dolor ajeno proovoca la activación de la corteza cingulada, de la amígdala, y de la ínsula. La ínsula es particularmente importante en la integración de representaciones sensoriales, tanto internas como externas, siendo la conexión entre el sistema límbico y la corteza somatotópica asociada al dolor, constituyendo la base evolutiva de la empatía.

Al percibirse las emociones de los demás, las neuronas espejo, que se encuentran conectadas con los centros emocionales del sistema límbico, producen una retroalimentación facial, cuyo mecanismo especular deriva de resonar o simular internamente como propias las expresiones observadas en otro a través del denominado “reflejo especular”. En una campaña política se busca que el candidato asimile las emociones del público y que el electorado haga lo propio, identificándose con las emociones del candidato.
En un discurso todo se pone en juego, en ese ejercicio de comunicación, el sitio, el contexto, la imagen del candidato, su lenguaje no verbal y su discurso empático, cognitivo y emocional.

Ejemplos clásicos del uso ganador de la neuropolítica.

Existen casos clásicos del uso, o del mal uso, del neuromarketing, la neuropolítica y de las redes sociales para ganar campañas políticas. Facebook es un ejemplo, empresa basada en inteligencia artificial y una de las start-ups más populares de Silicon Valley. Facebook ha logrado la segmentación de usuarios o microtargeting, con lo que se incrementan mucho las posibilidades de clic en un mercado muy específico en su universo de usuarios, lo que da a los anunciantes un mayor rendimiento por su inversión, también sus algoritmos permiten predecir quién hará clic en qué anuncio, o predecir a quién le gustaría o compartiría qué publicación, y construyen modelos que maximizan la participación incrementando la polarización, de hecho las publicaciones en redes sociales pueden influir en los estados de salud mental individual y social. De esta forma las redes sociales tienen un gran impacto en la vida de las personas.

Esta red social pretende aumentar su propio crecimiento a través de la participación sus usuarios, aunque eso signifique difundir e incitar al odio, teorías de conspiración, desinformación, el extremismo y la polarización política.

El director de Inteligencia Artificial (IA) en Facebook, Joaquín Quiñonero Candela, pidió disculpas al público el 23 de marzo de 2018, poco después de que saliera a la luz el escándalo de Cambridge Analytica, de lo que hablaremos más adelante (https://www.technologyreview.es/s/13278/historia-completa-de-como-facebook-se-volvio-adicto-la-desinformacion?

fbclid=IwAR3F4npBVwFmexc3_ccLLv2uteC2DmP2Alud4jKyJXLWBPT3u_KrIql7Q2k).

Neuropolítica y redes sociales.

La importancia de las redes sociales en los temas electorales, y por ende en el comportamiento social, quedó demostrada por la campaña del “presidente 2.0”. Barack Hussein Obama fue el primer clasificado en redes sociales, con más de 30 millones de seguidores en Facebook y más de 20 millones en Twitter; seguido por su rival Mitt Romney con casi 9 millones de seguidores en Facebook y algo menos de millón y medio en Twitter.

El caso de Cambridge Analytica y el cambio en el curso de la Historia.

Cambridge Analytica, empresa, creada en 2013, con sede en Londres, es consultora de marketing y publicidad dedicada a realizar perfiles de los votantes y de modelaje psicográfico, procesó información fundamental para las elecciones de Estados Unidos usando ilegalmente información privada de los perfiles de Facebook de más de 50 millones de usuarios, sin su consentimiento, con el fin de desarrollar técnicas que apoyaran en la campaña de 2016 del presidente Donald Trump. Siendo esta una de las estrategias con las que “ crearon la herramienta de guerra psicológica de Steve Bannon”, exasesor estratega de Trump, necesaria porque “Quieren librar una guerra cultural en Estados Unidos”, y “Se suponía que Cambridge Analytica sería el arsenal de armas para combatir esa guerra”, de acuerdo con Christopher Wylie, uno de los fundadores de Cambridge Analytica (de acuerdo con entrevistas y publicaciones de The New York Times, The Observer y The Guardian).

Con estos 50 millones de datos robados, Cambridge Analytica diseñó un programa informático que permitía predecir el sentido del voto de estas personas con el fin de influir en sus decisiones.

Las mismas intenciones tenían otros conservadores en una campaña presidencial para el senador de Texas Ted Cruz.

Esta información es fundamental para que una empresa como Cambridge Analytica pueda diseñar mensajes políticos óptimos basados en neuromarketing y neuropolítica.

Para afinar sus análisis Cambridge Analytica deseaba asociarse con el Centro de Psicometría de la Universidad de Cambridge, donde se desarrolló una técnica para mapear los rasgos de personalidad con base en lo que les había gustado a las personas en Facebook. Este Centro terminó rehusándose a trabajar con Cambridge Analytica. Sin embargo, el profesor de psicología Aleksandr Kogan, quien laboraba en dicha universidad, aceptó la asociación, él conocía la metodología y creó su propia aplicación, iniciando en junio de 2014 a recolectar datos, argumentando “motivos académicos”. Para lo cual diseño un test de personalidad con el que obtuvo información sobre la personalidad de los usuarios de la red social, sus gustos, sus inclinaciones políticas y sus ideales.

Cambridge Analytica se ha vinculado con la empresa Strategic Communication Laboratories (SCL Group) que realizaba actividades militares (tales como estrategias de desinformación en redes sociales) y políticas (teniendo al votante como blanco). Uno de los inversionistas de SCL fue el banquero Paul David Ashburner Nix, padre de Alexander Nix, director ejecutivo de Cambridge Analytica

(https://en.wikipedia.org/wiki/SCL_Group).

De acuerdo con una publicación del rotativo The New York Times de marzo de 2018, en enero de ese año, “en un video encubierto que grabó Channel 4 News en el Reino Unido, y que vio The New York Times, Alexander Nix, se jactó de haber contratado empresas fachada y exespías en nombre de clientes políticos de todo el mundo, incluidos Kenia y México, e incluso sugirió formas de involucrar a políticos en situaciones comprometedoras”. Los servicios de Cambridge Analytica también fueron empleados durante la campaña “Vote Leave”, a favor de la salida de Reino Unido de la Unión Europea. El escándalo de Cambridge Analytica, con el uso de datos personales de los usuarios y los atentados contra la democracia le costaron a Facebook un desplome de más de 100,000 millones de dólares

(https://www.nytimes.com/es/2018/03/20/espanol/cambridge-analytica-facebook.html?fbclid=IwAR0ZAA4zLMLE-7TSmxJ32VxDCsPqDcQHU7LXLu__BjfZsbEEpLNImQyzFns).

¿Se hace neuropolítica en México?

Antoni Gutiérrez-Rubí, reconocido estratega político español, cuyos principales clientes son figuras de ideología de izquierda, y que llevó a Gustavo Petro a la presidencia de Colombia, fue contratado por la jefa de gobierno de la Ciudad de México Claudia Sheinbaum, con motivo de brindar asesoría sobre comunicación digital para un periodo aproximado de siete meses, aunque no especificó cuáles son los objetivos finales de dicha asesoría, y cuando ya existe un equipo de comunicación ciudadana en su gobierno. El costo total, será de alrededor de 400,000 pesos, señaló Sheinbaum en septiembre de 2022.

Antoni Gutiérrez-Rubí trabaja en el ámbito de las neuropolítica y del neuromarketing, es diseñador gráfico de formación, no es científico, pero entiende la importancia de las neurociencias. Es cercano al neuropoder, y ha mencionado que “Los equipos de campaña se sofistican: a los sociólogos y políticos se sumaron los estadísticos y matemáticos; a ellos, ahora, se suman los visualizadores y los científicos de datos; y necesitamos, con urgencia, a los neurólogos y antropólogos para comprender mejor al votante, para comprender sus emociones que se metabolizan en razones”.

Ha dicho que es necesario “entender mejor las emociones nos permite acercarnos mejor a lo que piensan los electores. Y eso es tener una mejor formación emocional y en neurociencia nos ayuda a entender como funciona el cerebro y comprender. Mi punto es que no se puede representar al que no se entiende y no te puedes identificar con quien no empatizas”. También ha comentado que “La tecnología no nos vuelve tontos, pero dependerá de la actitud que tengamos respecto a los caminos fáciles, a escoger lo cómodo, lo previsible. Hay que empezar a alejarse de esos entornos que nos envuelven en un líquido amniótico como garantía de la libertad y la independencia”, porque “si dejamos de escoger dejaremos de tener libertad, y si dejamos de tener libertad dejaremos de pensar, de tener discernimiento”.

Antoni Gutiérrez-Rubí publica el libro “Gestionar las emociones políticas” (2019), editado por Gedisa, donde entre otros temas trata de las emociones, que terminan por ser determinantes al momento de elegir o de dar un voto de confianza a un gobierno. Gutíerrez-Rubi explica, que los políticos comienzan a valorar la gestión de las emociones como vehículo decisivo para generar sentimientos que les permita trasmitir mensajes en mejores condiciones. Ha dicho que cuando asesora a un político, ya sea “un presidente o un partido, un candidato, o un alcalde (lo ayuda) a entender mejor la sociedad a la que quiere representar, con quien se debe y quiere identificar.

Trabaja en España y en diversos países, como Argentina, Chile, Ecuador, y en República Dominicana. Adicionalmente en Uruguay y en Panamá, en México y en Estados Unidos. El 90% de su facturación proviene de América Latina y su equipo está constituido por gente que llegó de diferentes áreas como la tecnología, el humanismo, de los medios de comunicación, de la sociología, y de la política.

Por supuesto que Claudia Sheinbaum en México está empleando los conocimientos de las neurociencias, del neuromarketing y de la neuropolítica en la Ciudad de México a través de Antoni Gutiérrez-Rubí.

Gutíerrez-Rubi menciona que cuando hay una profunda decepción del electorado la gente piensa: “confié en ti, sentí que estaba cerca, me hiciste creer que me entendías y… en base a eso me pediste la representación, te la otorgue con el voto y ahora me estoy cuenta que eso fue solamente un momento instrumental”, ocurriendo una desconexión de los electores con sus representantes, que lleva al descrédito y a la desconfianza en el sistema.

De esta manera podemos entender la importancia y el impacto de las artes audiovisuales en el marketing y en la neuropolítica, desde una fotografía hasta los promocionales, pasando por los documentales y el muralismo.

Sería aquí donde la clave de la nueva comunicación política, de la posibilidad de reconexión entre un político y el electorado lo constituye el discurso emocional: llegar al cerebro y al espíritu de los votantes, lo mismo en campo, en territorios electorales que en las redes sociales y en los medios. Si no se tiene un discurso emocional no es posible ganar.

Rodolfo Ondarza*. Neurocirujano, activista en defensa de DDHH, Presidente de la Comisión de Salud durante la VI Legislatura de la ALDF, por mayoría relativa del Partido del Trabajo, México. Periodista. Presidente del Capítulo Ciudad de México de la Asociación Benemérito Juárez Siglo XXI, A.C.

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