*Lo que se discutió y reguló hace más de casi medo año, en Europa, apenas tocas las campanas en México: El teletrabajo a distancia.
La nueva realidad laboral fue uno de los principales factores que modificaron los históricos esquemas al aplicar la energía física, intelectual, administrativa y digital. Los horarios, las sedes tradicionales, la supervisión en la cadena productiva y la misma jornada de ocho horas, fueron modificadas en lo inmediato, según las exigencias de cada rama especializada de la economía y el mercado laboral.
Muchos hogares se convirtieron en áreas de trabajo. Lo que en algún momento fue una concesión de algunos patrones a sus empleados o por factores médicos, el Covid-19 lo convirtió en una nueva forma de cumplir con una acción laboral. Esta imperiosa necesidad, provocó en el mundo, cambios sustanciales en las relaciones obrero patronales, que a casi un año, están permeando los conceptos legales para reestablecer responsabilidad, facultades y límites.
A la aparición del Covid-19, en diciembre pasado en Asia y Europa, la incidencia en la forma del trabajo entró en una nueva modalidad. Ya sin salir de casa, el trabajo continuaba a la distancia, desde el hogar mismo. Bajo el esquema del confinamiento para evitar contagio, como uno de los métodos para prevenir ese letal microbio.
Los trabajadores atendieron sus labores, ahora con más ahínco, con más horas y casi rompiendo los horarios. Ahora trabajaban más sin ganar más, extendían sus horarios más allá de los ocho horas y en ocasiones, estaban sujetos a exigencias fuera de día laborales, es decir, hasta fines de semana, que no incluían los contratos. En casos extremos, por el temor de que la empresa cerrara sus puertas, situación lógica, los nuevos telepatrones, les propusieron bajarles, reducirles el salario, para no ser despedidos. Todas estas situaciones, desde luego que se dieron y siguen vigentes en muchas partes del mundo, pero los países de mayor desarrollo ya las regularizaron y en otros apenas están en tránsito, pese a la gravedad del problema, sí, como una consecuencia de la pandemia.
El teletrabajo rompió todos los esquemas en las relaciones labores y también los pocos contratos laborales o colectivos, donde quiera que existan.
En México, hay una iniciativa, que desde Junio pasado, los senadores enviaron a la cámara de diputados para su revisión y aprobación sobre el Teletrabajo…pero, apenas estos diputados – los cuales algunos tienen la firme intención de reelegirse-, apenas, aprobaron algunas de las importantes reformas laborales, como son:
El teletrabajo será voluntario y regido por un contrato específico
No desaparece el derecho a la sindicalización, como las vacaciones o ausencia por maternidad o paternidad
Con el derecho a la intimidad, solo se podrá usar cámaras y micrófonos para supervisar el trabajo a distancia y se prohíbe la geolocalización del trabajador, ello para evitar el acoso y seguimiento a su persona…
También prevé, que el telepatrón, aporte los gastos de traslado del trabajador, pago de energía eléctrica y otros insumos electrónicos…
Dice que con ellos, se contribuye a disminuir el stress, esto en mi opinión, está por verse
Un paso en el teletrabajo en México…quizá nunca sea tarde.
Viernes 11 de diciembre del 2020