He leído muchos análisis políticos, diagnósticos de científicos, psicológicos, sociólogos, antropólogos, santeros antillanos y pitonisas tratando de encontrar el eslabón perdido en algún “Pantano de Centla”, para poder entender el estilo personal del Señor Presidente Andrés Manuel López Obrador y veo no dan en el clavo.
Esta labor también ha traspasado nuestras fronteras por los efectos colaterales en una conducción política completamente cargada de vanidad , irrespetuoso a la propia Carta Magna , las leyes que de ella emanan y pasarse – como el Río Grijalva – por debajo del puente corporal toda reglamentación existente sin el mínimo rubor.
Sin tener ningún título o especialidad en temas de los recovecos que, el poder omnipotente genera en las endebles neuronas humanas, estoy convencido:
La filosofía e influencia en la materia cerebral del ciudadano de Palacio Nacional, no es ni la historia de Francisco I. Madero, la grandeza de Gandhi y menos la categoría humanista y política de Nelson Mandela los referentes al respecto.
Durante mi retorno de la CDMX a mi querido Campeche, siempre basurero de todas las ocurrencias centralistas y pago de cuotas absurdas por acompañamiento – al sintonizar la radio escuché una rola del célebre tabasqueño Francisco José Hernández Mandujano “Chico Che” dándome señales muy claras de las líneas de influencia jocosa tropical, desde su “ ¿QUIÉN POMPÓ ?, para de inmediato entender a ritmo de que influencias gobiernan México.
Busqué en aplicación moderna musical la colección de rolas y entendí la soberbia de poder con “LA BOTELLITA” pasando a las maniobras para chantajear gubernaturas a ex funcionarios corruptos con Embajadas a cambio de su “colaboración enternecedora democrática“ para entender el dogma de “NO LE HACE QUE CONQUE”
Ahora creo entender y comparto la idea , cuáles fueron los motivos para excretar del gabinete a los que, pensaron podían saltar como si fueran batracios en temporal de lluvias e inundaciones inducidas -a la Adán Augusto – para festinar a ritmo cadencioso -con Pozol agrio con Cacao y tamales de chipilín el demoledor epitafio “ QUE CULPA TIENE LA ESTACA “.
Indiscutiblemente a sus adversarios del Neoliberalismo y partidos de oposición, la dosis musical con terrible sonsonete cargado de picardía y doble sentido se les quiere aplicar “LA MACORINA” como única posibilidad de poder evadir investigaciones intimidatorias de la UIF, FGR o sentencias de la Suprema Corte de Justicia fuera de las consignas del poder omnipotente.
Al margen de lograr superar las letanías musicales del Filósofo de Overol , las gafas peculiares y el mostacho de galán costeño , los mexicanos debemos comprender los entripados del Congreso ( Diputados y Senadores) al ser conminados a cumplir todos los mandatos y tener que responder “ DE QUIÉN CHON” las voluntades del fanatismo.
Desde muy temprano el gallo marca las directrices de la agenda y ante las presiones externas, se aludiría las virtudes de “EL POLVORETE” para que la Paloma nacionalista nadie se la coma.
Sea esta colaboración , una posible línea de investigación para poder entrar al ámbito de predecir el estilo y poder comprender un futuro inmediato mientras: después de un tiempo de escucha, el calor demoledor de la carretera casi entro a la crisis de perder el sentido común bajo el embrujante contexto de “LA ILÓGICA” y decidí suspender la terapia de lo absurdo, para cambiar al neoliberal concierto de “Yanni en la Acrópolis”, pues “LA PIPIS Y GAÑAS “ estaba a punto de ocasionarme un accidente periférico cerebral -posiblemente – irreversible.
Enrique Pastor Cruz Carranza
Primer Premio Nacional de Periodismo en Análisis Crítico