Voces del Periodista Diario

Vodú

Por Gastón Pardo

En 1963 apareció en español la traducción del libro Le vaudou Haïtien, obra del etnógrafo Alfred Métraux. Un documento bibliográfico que demuestra que las creencias ancestrales, en este caso las pertenecientes al pasado africano, podrían rescatar un linaje liberador de los pueblos que tienen la mirada puesta en el aún bien guardado mundo sombrío del inconciente.

El vodú rige el entorno en el que se dan cita nuevos estudios geopolíticos con el despertar africano y la dispersión migratoria de los enlaces haitianos. La república de Guinea prepara su geopolítica imperial.
La geopolitóloga rusa Daria Platonova nos informa en su articulo “El panafricanismo hoy día: del neocolonialismo a la multipolaridad” de que los proyectos de unificación africana aparecieron por primera vez en el siglo 19 diseñados por autores haitianos como Martin Robinson Delany y Benito Sylvain. Agrega la autora eslava que el líder más notorio del panafricanismo era Marcus Garvey, de origen jamaiquino y fundador de la Asociación universal para el mejoramiento de la condición negra, en 1914 en EEUU. Lanzó más tarde el proyecto de retorno a Africa (Back to Africa).
Platonova nos recuerda que el panafricanismo se ha opuesto siempre al colonialismo y su objetivo esencial ha consistido en liberar a Africa de la influencia europea y norteamericana. La autora rusa evoca que los llamados a una Africa Unida se encuentran en todos los rincones de las recientes convulsiones sociales. “Hoy mismo el continente africano es un nuevo centro de confrontación con el neocolonialismo y el expansionismo europeo sobre todo de Francia”.
El análisis imperialista
la geopolitóloga francesa Ana Pouvreau analiza los componentes del plan de conquista africano cuyo alcance permite que los mexicanos lamentemos que la clase política nacional, ignorante y estúpida, no tenga alcance ni siquiera para saber con quién negociar.
La doctora Pouvreau señala que los gangs nigerianos, de los que procede el africanismo haitiano, han sido indentificados en el continente europeo siendo el más poderoso el de la Hermandad del Hacha Negra, que ya se comporta en los países europeos como una verdadera mafia. La investigadora gala cita a nuestro profesor Xavier Raufer, quien ha establecido que la mafia nigeriana se ha implantado ya a escala planetaria y que los nigerianos en los años ochentas se lanzaron al tráfico de heroína y en los noventas al tráfico de cocaína transportada desde Brasil. Los nigerianos se han asociado en Europa con la mafia siciliana, a la que delegaron el tráfico de crack y de heroína.
Una vez que ha enraizado en los bajos fondos de Palermo el Hacha negra se desarrolló en el tráfico de seres humanos, sobre todo de africanas que llegaron a la isla en embarcaciones de migrantes.
La Organización internacional para las migraciones señaló en 2019 que el número de nigerianas llegadas a Italia alcanzó las 11 mil. el organismo internacional estimaba que buen número de ellas se dedicarían a la prostitución.
El engranaje africano del crimen organizado
Las autoridades de Guinea, dice Gumisai Mutume, en Afrique Renouveau (julio de 2007), dice que Guinea Bissau se ha restablecido de la guerra civil de hace 21 años y la pobreza, según Mutume, condujo al país a involucrarse en el mercado de estupefacientes procedentes de América del Sur con destino a Europa. Un kilogramo de cocaína vale en Europa 80 mil dólares contra los 50 mil que vale en EEUU.
La potencia de Guinea es indiscutible por la cantidad increíble de sus recursos en el subsuelo, pero Mutume juzga nos parece que de manera errónea que si la inversión extranjera se ha detenido a la entrada del país, por el altísimo nivel delincuencial, lo mismo ocurriría en los países de la periferia en manos del crimen organizado, lo cual no es el caso. Guinea es una potencia en formación que merece el apoyo turco y a su vez ser el apoyo del panafricanismo que surge incontenible en Haití.

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