Voces del Periodista Diario

CDMX: Cuando los patos le tiran a las escopetas

El lecho de Procusto

Por Abraham García Ibarra

Con independencia de los resultados electorales de 2015 para el reparto de 16 delegaciones de la Ciudad de México, el partido del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) por si solo acreditó 27.88 por ciento de la  votación para la Asamblea Legislativa. El PRD, con el Partido del Trabajo a remolque, logró 31.13 por ciento.

A la hora agandallarse los órganos legislativos de la ALCDMX, PRD-PT se confabularon con las minoritarias representaciones del PAN y del PRI-PVEM, para tomar por asalto las comisiones de dictamen más estratégicas.

Tiempos de silencio del jefe de Gobierno

Sin hacer juicio de valor sobre los métodos que aplicaron los partidos que se hicieron de una mayoría artificiosa, no tenemos registro de que el jefe de Gobierno de la CDMX, Miguel Ángel Mancera, haya hecho alguna observación crítica sobre tales procedimientos.

En el desarrollo de la legislatura citadina, Mancera pudo lograr que las iniciativas de su conveniencia fueran planchadas sin  atender los reclamos de la oposición.

Con ese hándicap, el jefe de Gobierno se preparó para contender por la candidatura a la Presidencia de México en 2018. Aunque el PRD ha blasonado sistemáticamente la paternidad del gobierno de la ciudad, Mancera se rehusó tercamente a afiliarse a la formación amarilla.

Al menos desde hace dos años, Mancera ha insistido en la eventualidad de una coalición o un frente partidista que apoyara su aspiración presidencial, colocada ahora en la incertidumbre política a consecuencia del terremoto del 19 de septiembre, antes del cual había anunciado su inminente solicitud de licencia para separarse del encargo para entrar en campaña.

Golpe de timón a la presidencia de la directiva

Precisamente, a causa del terremoto y los planes de reconstrucción, la Asamblea Legislativa entró en ríspida inestabilidad por el choque de trenes entre los diputados del PRD y Morena. Incluso, la presidencia formal de la directiva a cargo de Morena fue sometida a un golpe de timón.

Hasta ese momento, Mancera no fue capaz de decir esta boca es mía. No hizo ningún intento de operación política para tratar de conciliar a los opuestos en la ALCDMX.

Como la crisis en el antiguo Palacio de Donceles continúa, sin guardar las formas, hace unas horas Mancera exigió al presidente nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, que meta al carril a los diputados morenistas.

No se sabe que Mancera haya insinuado siquiera un encuentro personal con el tabasqueño para tratar la cuestión. De buenas a primeras, lo emplazó al través de los medios de comunicación a que le saque las castañas con la mano del gato.

Prioridad amarilla: La candidatura para el relevo 2018

Algunos suponen que la vía más apropiada para enfrentar  el problema debió ser la convocatoria a los legisladores aliados que encabeza la bancada perredista para tratar de encontrarle la cuadratura al círculo.

No pudo hacerlo Mancera, sin embargo. Por una sencilla razón: Empezando por el PRD, su prioridad no es legislar, sino la pugna por la candidatura a la jefatura de Gobierno para 2018.

Conociendo la mentalidad y las formas de hacer “política” de los amarillos, en estas horas no van a poner la carreta delante de los bueyes.

La Capital social, pues, está atrapada y lo seguirá estando eventualmente hasta terminar el actual periodo de sesiones de la ALCDMX, cuando empiecen a definirse las candidaturas a la jefatura de Gobierno, a las 16 delegaciones en tesitura de convertirse en alcaldías y a las 40 diputaciones locales.

Con ese reto electoral inmediato en que está de por medio el control del la Ciudad de México, ¿López Obrador estaría dispuesto a meterse en litigios en los que Mancera no puede ejercer su autoridad política? Por supuesto que no. Es cuanto.

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