Estados Unidos está demandando a Apple por, supuestamente, utilizar su poder en el sector de los teléfonos inteligentes para sofocar la competencia de sus rivales y limitar las opciones de los consumidores.
La medida, se produce mientras Apple enfrenta presión de reguladores, tribunales y rivales de todo el mundo por la forma en que opera el iPhone, poniendo en riesgo sus ingresos por servicios de 85 mil millones de dólares al año. Las acciones de Apple cayeron un 4 por ciento.
El jefe antimonopolio del Departamento de Justicia, Jonathan Kanter, describió la respuesta de Apple a la competencia a lo largo de los años como “una serie de reglas y restricciones contractuales brutales” que le habían permitido aplastar la competencia.
La demanda acusa a la compañía de abusar de su poder de mercado de diversas maneras: aplastar el crecimiento de aplicaciones y servicios de mensajería innovadores, reducir el atractivo de los relojes inteligentes rivales, mantener aplicaciones rivales de tocar y pagar en sus dispositivos y bloquear el desarrollo de aplicaciones de transmisión de juegos. Apple cambió su política que prohibía aplicaciones de transmisión de juegos en su App Store a principios de este año.
Es el primer desafío antimonopolio contra Apple bajo la administración de Biden, que está llevando a cabo casos antimonopolio contra algunas de las empresas más grandes de Silicon Valley.
Los reguladores antimonopolio de la UE multaron a Apple con 1.800 millones de euros (2.900 millones de dólares) a principios de este mes por políticas de “dirección” que impiden que aplicaciones rivales de transmisión de música, como Spotify, dirijan a los clientes fuera de su App Store para realizar pagos.
Este mes también entró en vigor la Ley de Mercados Digitales del bloque, que exige que el fabricante del iPhone realice cambios históricos en su ecosistema móvil en Europa, abriéndolo a tiendas y métodos de pago rivales.
Financial Review